ARCAL: nueva reunión sobre aplicaciones nucleares en agricultura

Por María Julia Echeverría. En U-238 Marzo 2013

Se trata de la última reunión de coordinación de un proyecto sobre prácticas de manejo de cultivos y fertilidad de los suelos, cuyo eje fue puesto en los pequeños productores de los países de Latinoamérica y el Caribe. Además de presentar los resultados alcanzados por los distintos grupos de investigación, se discutió el éxito de las aplicaciones de las técnicas nucleares en la agricultura.

 

Entre el 4 y el 8 de febrero, se desarrolló en la Ciudad de Buenos Aires, la tercera reunión de coordinación del proyecto sobre “Prácticas de manejo de cultivos y de la fertilidad de los suelos adecuadas para la sostenibilidad alimentaria y para incrementar los ingresos de los productores de bajos recursos”.

La misma se realizó en el marco del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe (ARCAL). Participaron del encuentro representantes de Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, República Dominicana, Haití, México, Paraguay, Venezuela y Argentina, además de Royal Kastens y Karuppan Sakadevan, expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), quienes oficiaron como moderadores de los distintos paneles.

Según informaron sus organizadores, esta reunión tuvo por objeto “brindar las técnicas nucleares a los agricultores con menores recursos, porque son herramientas claves para el desarrollo de estrategias de manejo de suelos y de la fertilización para asegurar la productividad a mediano y largo plazo”.

Durante toda la semana se presentaron además los resultados alcanzados por los distintos países que participan del proyecto y se discutió el éxito de las aplicaciones de técnicas nucleares para resolver los problemas de los pequeños productores, según la realidad agroclimática de cada país en la región.

 

El pequeño productor, el verdadero protagonista

La doctora Silvia López, encargada del Departamento de Aplicaciones Agropecuarias de la División Aplicaciones Agronómicas de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y organizadora local del encuentro, comentó que “esta es la última reunión de un proyecto que comenzó en 2010 y tiene como objetivo ampliar las contribuciones de las técnicas nucleares utilizadas en distintos aspectos de la agricultura. La idea es poder focalizarlas para contribuir al mejoramiento de la productividad y la producción, así como a la conservación de los recursos naturales utilizados por pequeños productores o productores de escasos recursos, que son el verdadero tema de interés de esta reunión”.

Los agricultores con menores recursos y con extensiones de tierras productivas limitadas enfrentan día a día desafíos técnicos particulares para mantener su producción. En nuestro país, se estima que alrededor del 70% de los productores agropecuarios son, en realidad, pequeñas unidades familiares.

Para dar respuesta a estos sectores, el gobierno nacional decidió crear en 2008 la Subsecretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar convocando a distintas entidades científicas, incluyendo a la CNEA.

Particularmente, la Comisión cuenta con un predio experimental en el Centro Atómico Ezeiza, donde trabaja la División Aplicaciones Agronómicas del Departamento de Aplicaciones Agropecuarias, que dirige la doctora Silvia López.

En el marco del Proyecto ARCAL, esta División ha trabajado sobre la introducción de un sistema de manejo alternativo de labranza con menor uso de fertilizantes químicos, compatible con la tecnología disponible para un pequeño o mediano productor de maíz dulce de la Provincia de Buenos Aires.

 

La potencialidad de nuestras tierras

Durante el acto de apertura, la presidenta de la CNEA, la licenciada Norma Boero, ofició de oradora y recordó que “en la Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica del año pasado, el tema del Foro Científico, leit motiv de toda la Conferencia para ese año, fue ‘Alimentos para el futuro: enfrentar los desafíos con aplicaciones nucleares’. Como ven, el proyecto que estuvieron desarrollando apunta a esta temática y resulta de gran importancia para nuestros países, hecho que se refleja en las prioridades del organismo”.

En este sentido, Boero puso el énfasis en el objetivo del proyecto de “incrementar los ingresos de los productores de bajos recursos. Sabemos que esta es una problemática de nuestros países, donde los pequeños productores requieren de capacitación y alternativas viables para aumentar su capacidad de producción y para acceder a una extensión de su mercado local e internacional”.

Finalmente, la presidenta de la CNEA llamó a no olvidar “la potencialidad que tenemos, con nuestras tierras, de ser proveedores de alimentos para los países (supuestamente) más desarrollados, por lo que los invito a pensar con grandeza en la posibilidad de que las técnicas nucleares ayuden al crecimiento de los pequeños productores para transformarlos en exportadores, contribuyendo más aún al crecimiento de nuestros países”.

 

Un encuentro muy “productivo”

Durante la última jornada del evento, la doctora Silvia López expresó a U-238 que este “ha sido un proyecto muy positivo, con mucha información, no solamente a nivel técnico sino a nivel de difusión y diseminación de conocimientos”.

Por su parte, Royal Kastens, representante de la OIEA, comentó que “las conferencias que hemos escuchado fueron muy profesionales y eficientes a la hora de definir y diseñar nuevas estrategias para mejorar e incrementar la productividad, especialmente, de pequeños productores. También hemos escuchado propuestas interesantes para mejorar el estado de conservación de los suelos”.

Además, Kastens aseguró que “si bien este proyecto está concluido, estamos discutiendo la posibilidad de desarrollar un plan para mantener los lazos y el conocimiento que hemos adquirido. O sea, la idea es continuar compartiendo la información y las experiencias para desarrollar futuras prácticas y consolidar la cooperación y la colaboración entre países”.

En consonancia, la doctora López agregó que el próximo paso, tras la finalización del proyecto, es “armar una red de comunicación entre los países y aquellos investigadores que utilizan técnicas nucleares en sus estudios, para poder difundirlas entre los técnicos y productores locales”.