Avanza el proceso de extensión de vida útil de Embalse

En diciembre de 2015, la Central Nuclear Embalse salió de servicio para iniciar una parada de reacondicionamiento que permitirá extender su vida útil por otros 30 años, además de adecuar sus instalaciones a los nuevos requerimientos regulatorios e incrementar su potencia eléctrica en 35 megavatios (pasando de 648 a 683 megavatios).

“La repotenciación es una oportunidad que se tiene al hacer un upgrade de la planta, con el objetivo principal de generar más energía para el sistema interconectado nacional y, complementariamente, contribuirá a conseguir una amortización en menos tiempo de los gastos que esto implica”, explicó el ingeniero Claudio Tubello, subgerente de obra del proyecto de extensión de vida.

Embalse es el tercer reactor de la línea CANDU6 –de tecnología canadiense, que utiliza uranio natural como combustible y agua pesada como moderador y refrigerante– en ser sometido a un programa de extensión de vida, que incluye procesos como retubing y refurbishment, luego de los casos de la central surcoreana Wolsong I y de la canadiense de Point Lepreau.

“Es un trabajo de relojería”, graficó el ingeniero Tubello. “Es más complicado que una obra nueva, ya que hay que realizarlo con varios sistemas en operación”, argumentó, al tiempo que precisó que “se trabaja con máquinas que están especialmente preparadas para la extracción de material radiactivo del reactor”.

“El desafío –añadió– es concluir el programa en menos tiempo que Wolsong”, cuya parada de reacondicionamiento llevó 27 meses. “Por cronograma –detalló– nosotros tenemos 24 meses para finalizar el retubado del reactor y se requerirán entre dos y tres meses más para la puesta en marcha de la central al 100%”, lo que podría ocurrir durante el primer cuatrimestre de 2018.

Para cumplir con estos exigentes plazos, más de 3000 personas cumplen tareas en calidad de contratados, a los cuales se suman los 700 trabajadores de la planta permanente, además de 15 asesores técnicos de CANDU Energy. Todo el plantel está muy bien entrenado, ya que fue capacitado durante dos años en mock-ups que reproducían a escala las condiciones en las cuales hoy están llevando adelante sus tareas.

“La experiencia acumulada del programa de extensión de vida de Embalse nos va a permitir, además, contar con un equipo conformado por personas experimentadas y muchos jóvenes que se formaron aquí y han adquirido experiencia que se va a poder volcar a la construcción de la cuarta central que será de una tecnología similar a la Embalse”, afirmó Carlos Terrado, vicepresidente de NA-SA.

Por su parte, el presidente de la empresa, Rubén Semmoloni, destacó “la incorporación de un grupo de aproximadamente 200 técnicos y profesionales que, luego de finalizar la ejecución del programa de extensión de vida, se incorporarán al nuevo plantel de operación del segundo ciclo de vida de Embalse y, en otros casos, formarán parte de los nuevos proyectos que NA-SA deberá gestionar y que están incluidos en el plan nuclear argentino”.