Cabina de hisopado

La CNEA, junto al CONICET trabajan conjuntamente en un proyecto para evitar contagios del personal de salud durante la toma de muestras de pacientes infectados con COVID-19.

Investigadores del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología – INN -dependiente del CONICET y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)- y de la Gerencia de Desarrollo Tecnológico y Proyectos Especiales de la CNEA, junto con especialistas de INVAP, trabajan en el desarrollo de una cabina, del tipo “caja de guantes”, para que médicos puedan tomar muestras de pacientes con COVID-19 de manera segura.

La iniciativa surgió a partir de la inquietud manifestada por un grupo de médicos residentes del Hospital Argerich sobre la bioseguridad en el ámbito hospitalario, ya que la toma de muestras mediante hisopados nasofaríngeos es uno de los procedimientos más riesgosos debido a la posibilidad de contagio del COVID-19 a través de aerosoles o gotículas respiratorias.

Estas cabinas son una especie de gabinetes cerrados y transparentes que cuentan con guantes insertados en una de sus paredes, lo que le permitiría al médico o enfermero tomar el hisopado sin entrar en contacto directo con el paciente, como ocurre habitualmente.

“Además, cuentan con un sistema de presión controlada y atmósfera filtrada que impediría que el aire que pudiera estar infectado se expanda hacia otras zonas del centro de salud”, explica Laura Steren, responsable del Laboratorio de Nanoestructuras Magnéticas y Dispositivos de la CNEA e investigadora del INN.

Una vez tomada la muestra, esta se colocaría en un tubo y se dejaría en una “zona de transferencia”. Cuando el paciente se retira de la cabina, se sacaría el tubo con la muestra y se procedería a la desinfección del gabinete. Posteriormente, la manipulación de la muestra seguiría el protocolo convencional: se coloca en una bolsa biosegura, luego en un frasco y finalmente en una caja que sería enviada al laboratorio que realiza el análisis.

Estas cabinas podrían instalarse en hospitales, establecimientos de salud y también en centros móviles para testeos masivos. De esta manera, no solo protegerían a los médicos durante los hisopados sino que también ayudarían a organizar el desplazamiento del público y personal sanitario en forma segura e independiente.

El proyecto ya superó la etapa de diseño y ahora los investigadores avanzan hacia la fase de fabricación del primer prototipo, que se desarrollará en el Departamento de Tecnología de Materiales Compuestos del Centro Atómico Constituyentes de la CNEA.

Siguiendo todos los protocolos y con el fin de mantener la distancia social, “entre 10 y 15 personas trabajarían por turnos en la construcción de la cabina”, precisa Steren. Una vez construidos los prototipos y realizados los ensayos que permitirán verificar el buen funcionamiento de los gabinetes, estos podrían ser instalados y probados en instalaciones hospitalarias.

Financiamiento aprobado
La iniciativa fue una de las seleccionadas en la convocatoria de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en el marco de la Unidad COVID-19, que impulsa el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.