El Balseiro asume el desafío de las telecomunicaciones

Por María Laura Guevara. En U-238 Septiembre 13

Hace 58 años que el Instituto Balseiro forma a los científicos más prestigiosos del país en las áreas de ingeniería nuclear, física e ingeniería mecánica. Hoy, a raíz de los requerimientos del Estado Nacional, afronta un nuevo desafío: formar ingenieros en telecomunicaciones.

El Instituto Balseiro fue fundado en 1955, bajo el nombre de Instituto de Física de San Carlos de Bariloche. Su creación, consecuencia del fallido Proyecto Huemul, se formalizó y concretó con la firma del convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo. A su vez, el instituto también quedó integrado al Centro Atómico de Bariloche (CAB), lugar donde está emplazado.

El Instituto Balseiro comenzó dictando la Licenciatura en Física, hasta que en 1977 decidió incluir la carrera de Ingeniería Nuclear, momento en que el gobierno nacional establecía un ambicioso programa de desarrollo de la energía nuclear que preveía la instalación hasta fin de siglo de seis centrales nucleares de potencia para atender la demanda energética del país.

Única y Argentina

“No hay otra carrera como Ingeniería Nuclear en ningún otro país de Latinoamérica”, comenta el ingeniero Edmundo Lopasso, profesor y Vice-Director del área de Ingeniería Nuclear del Instituto Balseiro. La unicidad de esta carrera no sólo está dada por que no se dicta en ningún otro país de Latinoamérica, sino también por ciertas características irrepetibles que posee el IB como institución académica.

El ingreso al IB es en tercer año, es decir que los alum nos deben haber completado las materias básicas correspondientes a los dos primeros años de ingeniería o física en cualquier universidad. Luego de rendir el examen de admisión y de una pequeña entrevista, los alumnos que logran ingresar al Instituto Balseiro, para cualquiera de sus cuatro carreras de grado, son totalmente becados, es decir, que sólo se tienen que dedicar a estudiar y no necesitan de un trabajo extra para financiar sus estudios. Además, al estar radicado dentro del CAB, los alumnos tienen en un mismo predio las aulas, los laboratorios y los pabellones de dormitorios.

Por año ingresan alrededor de 10 y 15 alumnos y, hoy por hoy, cuentan con cerca de 30 estudiantes en ingeniería nuclear. “Los alumnos están todo el tiempo en contacto con los docentes y las cátedras suelen estar formadas por muchos docentes. En los primeros años hay clases de 40 alumnos, con 10 docentes y en los cursos superiores, para 10 alumnos las cátedras están formadas por 3 o 4 docentes. Todo esto hace que la tasa de deserción sea muy baja”, afirma Lopasso.

Las materias son cuatrimestrales, pero no se puede pasar al siguiente cuatrimestre si no se aprobaron todas las materias anteriores. Es decir, si los alumnos no aprueban todas las materias que cursan, pierden la regularidad y también la beca.

Desde lo académico, la carrera cubre muchos aspectos diferentes. La fuerte integración de los alumnos y docentes del Instituto Balseiro con grupos activos de investigación y desarrollo del CAB otorga características distintivas a los Ingenieros Nucleares egresados del IB.

La carrera de Ingeniería Nuclear se diferencia en la incorporación de conocimientos de Física de Neutrones y de Reactores, Protección Radiológica, Materiales y Combustibles Nucleares. Se estudia la Instrumentación y Control desde un punto de vista específicamente nuclear y se integran conocimientos en Seguridad y Diseño y en Plantas Nucleares.

Edmundo Lopasso, quien, además de desempeñarse como profesor, es el encargado de neutrónica del proyecto CAREM 25, explica: “Uno tiene muchas opciones dentro de la carrera. La preparación que tienen los alumnos es muy versátil porque, de la manera en la que está dada, es una carrera que fomenta el desarrollo y la innovación”.

A diferencia de otras instituciones, la universidad y los laboratorios no están separados. Los alumnos están todo el tiempo en contacto con tecnólogos, investigadores, y eso hace que se genere una conciencia de desarrollo innovativo. “El egresado de ingeniería nuclear del IB tiene un perfil con tendencia a encarar cosas nuevas”, agrega Lopasso.

Llegando al final de la carrera, los alumnos realizan un proyecto de investigación y/o de desarrollo tecnológico, llamado Proyecto Integrador. Este trabajo final tiene que completarse durante los dos últimos semestres de la carrera y se lleva a cabo fuera del ámbito puramente académico, en grupos de investigación o de desarrollo de la Comisión Nacional de Energía Atómica situados en Bariloche, o en el ámbito de alguna empresa afín.

Actualización permanente

El avance tecnológico, los sucesos mundiales y la investigación científica hacen de la ingeniería nuclear una disciplina en permanente movimiento y renovación. Y la carrera que se dicta en el IB no es la excepción.

La gran mayoría de los docentes del Instituto Balseiro no se dedican de manera exclusiva a la docencia. Por el contrario, también participan en empresas del sector o en grupos de investigación de Conicet, CNEA, INVAP, etc. Son docentes activos, que participan en desarrollos.

“Los alumnos reciben esa experiencia en las clases y los contenidos de las materias se actualizan casi de manera automática a través de las clases y a través del trabajo en los laboratorios. Por ejemplo, hubo profesionales en seguridad nuclear del Instituto Balseiro que viajaron a Japón cuando sucedió lo de Fukushima. Esa misma persona después viene y da clases. La forma de actualizar es casi automática”, explica Edmundo Lopasso.

La excelente calidad de los egresados del Instituto Balseiro se ve reflejada en las ofertas de trabajo. Grandes empresas como Techint, Pescarmona, Bunge&Born, YPF e INVAP, entre otras, ofrecen trabajo y/o becas de perfeccionamiento a los graduados del IB. La CNEA también ofrece becas de maestría y doctorado para que los nuevos ingenieros puedan continuar su carrera académica.

Nuevos desafíos, nuevas respuestas

En 2012, las autoridades del Instituto Balseiro fueron convocadas para hacer frente a un nuevo desafío: crear la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones. Al igual que sucedió en 1977 con Ingeniería Nuclear, la implementación de esta nueva carrera surge de las necesidades planteadas desde el sector público. Y, una vez más, el Instituto Balseiro brinda respuestas.

El Estado argentino, a través del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, está llevando adelante el Plan Nacional de Telecomunicaciones “Argentina Conectada”, una política de Estado cuyo objetivo principal es generar una plataforma digital de infraestructura y servicios para el sector gubernamental y la vinculación ciudadana.

Gracias al despliegue e implementación de la Red Federal de Fibra Óptica, surge la necesidad de formar técnicos y especialistas con conocimientos específicos en la materia, con el fin de lograr el desarrollo necesario para poder traducir estas acciones en oferta de servicios a los ciudadanos.

“Todo este plan estratégico en el área de telecomunicaciones requiere profesionales con una formación específica que el país no tiene. Argentina se dedicó a formar profesionales en el área de las comunicaciones, pero que sirvieron para operar el equipamiento comunicacional de ciertas empresas, no fueron formados para trabajar en investigación y desarrollo”, reflexiona el ingeniero Oscar Fernández, director del Instituto Balseiro.

Hoy, luego de la acreditación correspondiente frente a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), la flamante carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones es una realidad y ya cuenta con alrededor de 10 alumnos, de los cuales dos se encuentran cursando el tercer semestre.

La carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones del Instituto Balseiro brinda a sus estudiantes formación y entrenamiento en todas las áreas relacionadas con las ciencias de la información y la tecnología de las telecomunicaciones.

Los alumnos se capacitan en el desarrollo, operación y gestión de sistemas de procesamiento y transmisión de información, lo que marca la diferencia respecto de otras instituciones educativas.

“El IB es distinto por la manera en que se forman nuestros profesionales. Más que una carrera es una iniciativa en el área de telecomunicaciones que se aborda desde el punto de vista de formación de recursos humanos e investigación, ya sea en carreras de grado, maestrías o doctorados. Esto es posible porque hay grupos de investigación activos que le dan soporte a toda el área”, comenta Fernández.

Las autoridades del IB están tratando de fomentar la interrelación con otras universidades argentinas donde se dicte la carrera. Además, pretenden repetir la experiencia de ingeniería nuclear y buscar relaciones estratégicas con otros países de Latinoamérica.

¿Por qué Bariloche?

La respuesta parece fácil de hallar. Las características distintivas del Instituto Balseiro, ya sea el financiamiento de los alumnos, el acceso a laboratorios y prácticas reales como también la estrecha relación que se fomenta entre docentes y alumnado, parecen erigirlo como el candidato perfecto.

“El egresado del Instituto Balseiro tiene una capacidad especial para abordar la resolución de problemas”, afirma Fernández. Y agrega: “Puede sonar raro que se formen ingenieros en telecomunicaciones dentro del marco de la CNEA, pero creo que habla bien de la Comisión Nacional de Energía Atómica porque, en todos sus años de vida, ha podido responder bien a lo que naturalmente tenía que responder y también en otras áreas en las que, en principio, no tendría por qué haberse involucrado”.

Para el director del IB, el objetivo no sólo radica en ganar relevancia en cuestiones académicas, sino también por la tecnología que se pueda generar. “Como institución académica aspiramos a que, de acá a un tiempo, el Instituto Balseiro también sea conocido y prestigioso por su carrera de telecomunicaciones, como ya lo es por sus otras carreras”, concluye el ingeniero Fernández.