Entrevista a Adrián Paenza

Por Laura Cukierman. En U-238 Diciembre 12 (Versión Completa)

 

Adrián Paenza es Doctor en Matemática, docente, periodista, divulgador científico y escritor. Pero sobre todo es un apasionado que contagia por todos lados su amor por la ciencia. Tanto, que convirtió un libro de matemática en un best seller; un programa de ciencia, en uno de los más premiados de la televisión argentina; sus charlas, en auténticos espectáculos repletos de fans. Niños, jóvenes y adultos lo paran por la calle para pedirle autógrafos. Hizo la presentación de su libro en el Teatro Maipo junto con la Presidenta de la Nación. Además, es uno de los hombres más respetados y queridos en el ámbito académico y periodístico, lugares en los que despierta el mismo interés y reconocimiento. Vive desde hace diez años en Chicago, pero puede hacer un análisis detallado de todo lo ocurre en el país. Nunca dejó de interesarle lo que ocurre con la política nacional. Adrián Paenza es muchas cosas. Sobre todo, un personaje muy singular. Está en la Argentina para presentar su séptimo libro, Matemática para Todos, recientemente editado por Sudamericana y, claro, para hablar de matemática, ciencia y política. Sus grandes pasiones, de las que habla, en exclusiva, para U-238.

 

Ya tenés seis libros de matemática editados y todos fueron best seller. ¿Alguna vez pensaste que podía suceder esto?

Estoy escribiendo un promedio de un libro por año. Matemática para todos es mi séptimo libro sobre matemática. Si alguien me hubiera dicho que iba a terminar haciendo esto, no le hubiera creído. Es muy extraño lo que pasó porque mi carrera dio un vuelco de una forma muy inesperada para mí. Yo empecé como un periodista dedicado al deporte, haciendo matemática en la facultad, después terminé haciendo periodismo político y luego quise hacer la experiencia de vivir en Estados Unidos. Nunca pensé que me iba a quedar diez años viviendo afuera, ni que me iba a dedicar a escribir libros de matemática, ni que iba a realizar columnas para la contratapa de un diario como Página/12, ni que la Presidenta iba a venir a la presentación de un libro mío.

 

¿Y por qué te parece que sucedió todo eso?

Todo parece indicar que hay una necesidad y que la sociedad fue cambiando. Lo que está escrito en mis libros no son cosas que yo aprendí en los últimos cinco años, cuando fueron publicados. Yo hubiera podido escribir lo mismo hace treinta años atrás. Tampoco son cosas mías. Salvo mis opiniones y la selección del material, el resto ya se conoce hace muchísimo tiempo. Yo no estoy escribiendo nada original. No puedo decir “esto se me ocurrió a mí”. Cuando Diego Golombek me propuso escribir el primer libro en 2005 para la editorial Siglo XXI le pregunté: “¿A quién le puede interesar esto?”. Me equivoqué pero él no sabía, yo no sabía, ni la editorial sabía lo que iba a suceder. Para la primera edición imprimieron cuatro mil ejemplares y para el segundo libro hicieron cuarenta mil ejemplares. Se vendieron más de un millón en total. Una barbaridad que nadie imaginaba. Y después me pasé a la editorial Randome House que también aceptó gustosamente que los libros pudieran bajarse de forma gratuita por Internet.

 

Hablando de sueños, ¿alguna vez pensaste que la ciencia iba a ocupar el lugar que hoy tiene en la sociedad?

Voy a ser más general: yo nunca pensé que iba a estar viviendo lo que estoy viviendo ahora en la Argentina. Como yo vivo desde hace diez años afuera veo las cosas desde otra perspectiva. Me puedo correr del ruido y de la cuestión más cotidiana y ver que hay muchos cambios profundos en la sociedad en este momento. Muchos de esos cambios son muy difíciles de juzgar ahora porque están en gerundio, todavía están pasando. Son muchas modificaciones en muchas áreas muy importantes y, como estos cambios afectan tantos intereses, hay mucho ruido. Hay mucha gente que está muy enojada. Mucha gente que tiene voz y que se la escucha porque tienen medios para comunicar, para expresarse. Pero hay mucha más gente todavía que está muy contenta y que no tiene los medios de comunicación para decirlo. En los lugares donde yo me desenvuelvo, advierto esta situación. En el mundo de la ciencia estamos viviendo algo que ni siquiera fue soñado en los sueños más ambiciosos. Un Ministerio de Ciencia y Tecnología era algo impensable que tiene una importancia enorme y fundamental para el país. Algún día Cristina se va a ir y va a cambiar el gobierno, pero va a ser muy poco probable que alguien pueda sacar de su gabinete a un Ministerio de Ciencia y Tecnología. Esto ya está acá para quedarse.

 

¿Cuánto influye tener una política científica para el desarrollo de un país?

Basta con mirar y prestar atención a algunas cuestiones que pasan para darse cuenta de lo importante que es tener una política científica. Escuché a Tulio Calderón, uno de los ingenieros del INVAP, decir que la Argentina es uno de los ochos países que está en condiciones de poner un satélite en órbita. Los construimos nosotros, los hacemos nosotros. Esto es muy importante. La Argentina no tiene la octava economía del mundo y sin embargo tiene condiciones de hacer esto y de exportarlo. La NASA está interesada en la Argentina para asociarse en varios proyectos. Además, lo que producen las universidades nacionales en Argentina es maravilloso. En las áreas que yo conozco más, como matemática, física, química, biología, ingeniería, informática, etc., hay una búsqueda en todo el mundo de científicos argentinos. Todas estas cosas son casi invisibles, intangibles, no están en la agenda de todos los días, pero están sucediendo y son realmente importantes. Hay mucha gente de la ciencia que ahora está volviendo y eso no es un dato menor. Muchos de los que se fueron porque no tenían posibilidades reales en la Argentina hoy están regresando al país. Por eso digo que hay muchos cambios estructurales que no son fácilmente observables, pero están ahí. Incluso creo que la gente que hoy está en la oposición, si hay algo que les reconocerían a los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández es la notable evolución que se ha producido en la ciencia argentina.

 

¿Cuál es tu vínculo con el sector nuclear?

Yo no tengo un vínculo directo con el área, pero tengo muchos amigos que han trabajado históricamente en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Entonces conozco desde qué lugar han venido y en qué lugar están ahora, la importancia que hoy se les da. Un ejemplo claro: a la Presidenta hoy le interesa —al Poder Ejecutivo le importa— que empecemos a discutir cuáles son las fuentes de energía y, sobre todo, dónde vamos hacer investigación científica. La cantidad de dinero no es infinita, entonces hacer política es pensar dónde se distribuyen los fondos y para qué se utilizan. Eso se está pensando ahora y es fundamental.

 

¿No te parece que vos tuviste mucho que ver con todos estos cambios?

La primera respuesta es no. Yo lo comparo con otra instancia de mi vida. Hace treinta años estaba en Estados Unidos con León Najnudel, que era el director técnico de la selección de básquet de Argentina, el creador de la liga nacional, y que fue el primero que me llevó a ver un partido de la NBA. Cuando salí de ver ese espectáculo pensé que teníamos que traer a la Argentina los derechos de televisión. Fuimos a hablar con David Stern, el máximo dirigente de la NBA, para decirle que quería ver la forma de poder contactarlo con gente del país para televisar los partidos. Stern me ofreció venderme a mí los derechos para televisión. Le dije que era periodista, que no podía comprar derechos de televisión, pero él insistió y me propuso vendérmelos por dos mil dólares al año. No pude decirle que no. Los traje, y Canal 9 me dio un espacio los domingos a las doce de la noche. Se produjo un hecho notable: de pronto la gente empezó a mirar la NBA cuando ni se sabía quién era Michael Jordan. ¿Fue algo mío? ¿Fue mi responsabilidad? Y, la verdad es que no. Yo sólo fui la persona que estuvo en el lugar adecuado, en el momento justo. Lo mismo sucede ahora. Fueron muchas condiciones que se dieron juntas: que a Diego Golombek se le haya ocurrido que yo podía hacer un libro, que a Claudio Martínez se le haya ocurrido hacer Científicos Industria Argentina y después Alterados por Pi, que se dieran las condiciones en la sociedad para que hubiera un Ministerio de Ciencia y Tecnología, para que existan canales como Encuentro y Tecnópolis TV… Fueron muchos factores que congeniaron al mismo momento. Antes no sucedió. En 1988, Carlos Ulanovsky me pidió que escribiera una nota para Clarín sobre matemática, que se tituló “En defensa de la matemática”. Al día siguiente no me llamaron para decirme “están ardiendo los teléfonos”. No pasó nada. Tuvo una repercusión en el ámbito académico y nada más. Esto quiere decir que también hubo algún cambio importante en la sociedad. Se generó una necesidad concreta.

 

¿A dónde te parece que tiene que ir la política científica argentina?

A pensar el país. Yo en principio valoro el hecho de que tengamos una política y que tengamos gente que la esté pensando y que la estemos discutiendo y consensuando. Desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología se deberían elegir cuatro o cinco puntos críticos para desarrollar y trabajar ahí. Lamentablemente no podemos investigar todo. Ningún país puede. La Argentina tiene problemas para resolver, entonces hay que planificar eso, tener una estructura de personas que estén pensando, aunque después se cambien los temas y surjan otras necesidades, es ahí donde tenemos que hacer foco. Primero hay que saber dónde invertir los fondos que se tienen y luego discutir cuáles son los problemas más urgentes.

 

Adrián Paenza: su historia

Nació en Buenos Aires en 1949, en el barrio de Villa Crespo. Empezó el colegio primario a los cinco años, el secundario a los once y la facultad a los catorce. Como le gustaba mucho el fútbol, se ofreció para trabajar a los 16 años en La Oral Deportiva, junto a José María Muñoz, y lo aceptaron. Es Doctor en Matemática de la Universidad de Buenos Aires y Profesor Asociado del Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la misma universidad. Además es periodista. Primero se dedicó al periodismo deportivo y luego al periodismo político. Trabajó con Jorge Lanata, Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda. Introdujo la pasión por el básquet y luego por la ciencia en la Argentina, dos áreas aparentemente disímiles que Adrián Paenza logra hacer congeniar con total facilidad. Es amigo de periodistas, deportistas y científicos por igual. Ganador del Premio Konex en la categoría “Periodismo Deportivo Audiovisual” y del Konex de Platino por su trabajo en la Divulgación Científica, el cual arrancó con mas fuerza en 2003 en la Televisión Pública con Científicos Industria Argentina. Le siguieron: Alterados por Pi, Explora, Laboratorio de Ideas, Grandes temas de las matemática y ¿Matemática estás ahí?

Para muchos, Paenza tuvo una influencia destacada para la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología en la Argentina. La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, concurrió el año pasado a la presentación de un nuevo libro sobre matemática en el Teatro Maipo.

Actualmente es columnista especial de Página/12.

Trabajó en los principales diarios, radios y canales de aire de Argentina y fue redactor de varias revistas. Publicó siete libros de matemática y lleva más de diez ediciones agotadas en varios países de América Latina por la facilidad con la que acerca los conceptos matemáticos al lenguaje cotidiano. También son editados en Alemania, España, Rusia, Italia, República Checa, Brasil y Portugal.

Adrián es hijo de Ernesto Paenza, quien fue un ferviente promotor del desarrollo científico en la Argentina. Divide su tiempo entre la Argentina y Chicago, donde vive desde hace diez años.

 

 

Los números de Paenza

►► Empezó la carrera de matemática a los 14 años.

►► A los 16 años comenzó a trabajar en el periodismo.

►► Lleva 10 años en el aire con Científicos Industria Argentina.

►► Va por la quinta temporada de Alterados Por Pi, un programa dedicado en forma exclusiva a la matemática.

►► Tiene 7 libros editados sobre matemática.

►► Vendió más de un 1 millón de ejemplares.

►► Ganó 4 Premios Martín Fierro con un programa de ciencia.

►► Ganó 4 Premios Fund TV por Científicos Industria Argentina.

►► Ganó 3 premios por Alterados por Pi, que se emite por el Canal Encuentro.