Entrevista a Esteban Pellegrino, Ingeniero Nuclear del Instituto Balseiro

Por Pablo Domini

“La mala percepción del riesgo es una de las principales razones que causan la resistencia a la energía nuclear”. Esa es la visión del joven ingeniero nuclear Esteban Pellegrino, un formoseño que dedica el tiempo libre a dar charlas informativas en su provincia natal. Este egresado del Instituto Balseiro dialogó con U-238 y explicó por qué cree necesaria una mejor y mayor comunicación desde los científicos hacia la sociedad y, además, dio algunos detalles sobre la futura instalación de un reactor CAREM en Formosa.

Si es más eficiente que las fuentes de energía que se utilizan en forma habitual y genera menos riesgos que muchas de las actividades que realizamos cotidianamente, como conducir un automóvil, ¿por qué la energía nuclear sigue siendo resistida por amplios sectores de la sociedad? Buena parte de la respuesta a esta pregunta hay que buscarla en un hecho clave: la escasa o mala información que hay sobre el tema. Tal es la visión que tiene Esteban Pellegrino, ingeniero del Instituto Balseiro que, con 26 años, ha decidido tomar partido para intentar modificar la comunicación que se genera en torno a la energía nuclear.
Esteban es oriundo de la ciudad de Clorinda, en Formosa, provincia en la cual realiza charlas y exposiciones tanto para público especializado como para jóvenes y estudiantes de colegios. Lleva adelante esta tarea en sus vacaciones, ya que actualmente vive en Buenos Aires, donde trabaja en Tecna, empresa de ingeniería y construcciones. No es el único vínculo que mantiene con su provincia natal, ya que luego de recibirse de Ingeniero Nuclear, en 2010 comenzó a trabajar en el Centro Atómico Bariloche (CAB) en el proyecto del CAREM, reactor que en un futuro próximo se instalaría en suelo formoseño.
La conexión de Esteban con el mundo nuclear comenzó desde muy joven, con un padre ingeniero civil que lo incentivó a estudiar física y matemática. El mandato paterno lo llevó a la carrera de Ingeniería Civil y luego a la licenciatura en Física, ambas en la Universidad Nacional de Córdoba. Pero tras dos años y medio, en 2007, se mudó a Bariloche, al Instituto Balseiro, donde selló su vínculo con la energía nuclear y comenzó a convertirse en un exponente de la nueva camada de ingenieros y técnicos que apuntan a provocar un cambio generacional sobre el concepto y el uso de este tipo de recurso energético.

¿Cuál es tu respuesta ante las resistencias que genera el uso de la energía nuclear?

La mayoría de estas posturas se debe a una mala percepción del riesgo. Toda actividad humana lleva asociada un riesgo intrínseco. Por ejemplo, jugar fútbol, al básquet, al rugby, practicar boxeo, esquiar, viajar en auto, en colectivo o en avión. Tener un accidente automovilístico fatal es mil veces más probable que el hecho de que ocurra un accidente severo en una planta nuclear. Y, a pesar de todas las muertes que uno ve día a día en las noticias, la gente sigue viajando en auto. ¿Por qué? Porque el transporte es una necesidad. Los individuos aceptan el riesgo que dicha actividad implica, ya que se ven favorecidos por sus beneficios. ¿La producción de energía no es una necesidad? ¿Por qué el público no acepta el riesgo asociado a la actividad nuclear, que claramente es mucho más bajo que cualquier otra actividad que hacemos diariamente? Probablemente esta mala percepción del riesgo está relacionada con asociaciones de la palabra “nuclear” a temas bélicos y bombas atómicas. Y lo peor de todo es que muchas personas que califican a la energía nuclear como peligrosa e insegura consideran aceptable otras actividades mucho más riesgosas.
La industria nuclear es una de las actividades más seguras desarrolladas por el hombre. Basta con leer un libro sobre seguridad nuclear para darse cuenta de la gran complejidad de la materia y de la importancia que tienen sus principios en una planta nuclear. Más del 50% del presupuesto de una planta nuclear es destinado solamente a sistemas seguridad, y la mayoría de ellos ni se utilizan a lo largo de la vida útil de la planta. La mayoría de las personas no tiene presente que el principal problema de la energía nuclear y de los reactores no reside en sus posibilidades técnicas, sino en la tremenda lucha burocrática que hay que vencer en cualquier cosa que se refiera a la energía nuclear para usos pacíficos.

¿Cómo argumentás en tus charlas sobre los beneficios de este tipo de energía?
La principal ventaja es la gran densidad energética del uranio: 5 gramos de uranio producen la misma energía eléctrica que 810 kilos de carbón, 565 litros de petróleo o 480 metros cúbicos de gas natural. Otra ventaja es el volumen de los productos generados por el funcionamiento de la central y el posterior tratamiento y almacenamiento. Por ejemplo, una central nuclear de 1000 MW genera en un año tan sólo 155 toneladas de combustible irradiado, que queda depositado bajo severísimos controles de seguridad. Por otro lado, una central de gas natural de 1000 MW libera a la atmósfera durante un año 5 millones de toneladas de dióxido de carbono, 14 toneladas de azufre, 12.200 toneladas de óxidos de nitrógeno y 454 toneladas de cenizas.

¿Qué opinas del uso que hace Argentina?
Creo que va por buen camino, ya que la opción nuclear en la Argentina, a diferencia de otros países de la región, siempre tuvo como eje rector la participación de técnicos y científicos nacionales en el desarrollo de la actividad. El hecho de que la Argentina apueste a la energía nuclear genera un impacto tecnológico muy favorable en la matriz energética y en el desarrollo del país. Un claro ejemplo es el proyecto Atucha II, que destinó desde el año 2005 hasta el 2011 la mayor parte de su presupuesto a bienes y servicios nacionales, donde están incluidas la mayoría de las empresas de ingeniería del país, así como también algunas de las principales universidades argentinas.

¿Por qué pensás que no es positiva la imagen de la energía atómica en nuestro país?
Creo que la principal deficiencia del desarrollo nuclear en la Argentina se refiere a aspectos de comunicación pública y percepción social. Tengo entendido que la CNEA está haciendo un esfuerzo en esta cuestión a través de su Gerencia de Comunicación. Asimismo, el trabajo que están haciendo en U-238 es formidable y creo que esta situación va a cambiar en muy poco tiempo. Un país con la cultura nuclear que tiene la Argentina debe contar con medios para informar a la sociedad sobre la actividad nuclear y sus aplicaciones. Yo creo que esto se debería aplicar a mayor escala en nuestro país mediante un programa nacional de comunicación pública de la ciencia y la tecnología.

Puntualmente en tu provincia, Formosa, ¿qué importancia tiene la energía nuclear?

En mayo de 2010 en Formosa se firmó un convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y el gobierno provincial para impulsar la construcción de un reactor nuclear CAREM, que brindará un aporte energético superior a los 150 MW. Esto generó mucha polémica y movilización en la población formoseña, lo cual es algo bueno, ya que la mayoría de las personas se interesaron en la actividad nuclear y empezaron a investigar sobre el tema, ya sea porque están a favor o en contra. En varias ocasiones di charlas en escuelas de nivel secundario y terciario, en organizaciones como el Rotary, el Club de Leones y en el Colegio de Ingenieros de la provincia de Formosa. El público fue muy variado, desde jóvenes con pocos conocimientos técnicos hasta funcionarios públicos y profesionales destacados en el área de ingeniería de la provincia.
Tuve el agrado de trabajar dos años y medio en el proyecto CAREM, mediante una beca de perfeccionamiento de la CNEA. Va a ser un gran hito en la historia de la CNEA y de la Argentina, ya que será la primera central nuclear de potencia diseñada y construida en el país. Esto va a colocar a nuestro país en un selecto grupo que tiene la tecnología e ingeniería para construir un reactor nuclear con un diseño innovador y único en el mundo.

¿Qué se puede saber sobre el proyecto del CAREM en Formosa?
Actualmente se está trabajando en el prototipo del CAREM-25 que va a ser construido en un predio que la CNEA posee en la zona de Lima, provincia de Buenos Aires, cercano al de Atucha I y II. De acuerdo al cronograma oficial del CAREM, se tiene planeado la primera carga de combustible para fines del 2016, y través de éste se van a verificar todos los aspectos del diseño y del concepto para el reactor de Formosa. Este es un punto muy importante, porque el CAREM-150 que se instalará en Formosa no es un prototipo o reactor de prueba, sino que será el primer CAREM en escala comercial, cuyo principal objetivo es la producción de energía eléctrica. El CAREM de Formosa se va a construir después del CAREM-25 en Lima, por lo que estamos hablando de un proyecto que empezará a concretarse luego del año 2016.
Las centrales nucleares demandan una cantidad considerable de bienes y servicios de la industria nacional, tanto en su operación como su construcción. Un proyecto como el CAREM-150 va a contribuir con el desarrollo económico del país y en particular de las comunidades cercanas a su futuro sitio de emplazamiento. Esto va a generar un aumento en la calidad de vida y una evolución tecnológica/científica en la provincia de Formosa.

La molécula del Cesar
Muchos de los argumentos que critican el uso de la energía nuclear se apoyan en la ocurrencia de accidentes como el de Chernobyl, en la Unión Soviética, en 1986, o el reciente caso de Fukushima en Japón, en marzo de 2011. “Lamentablemente las personas muestran una tendencia a escuchar una voz llena de mensajes catastróficos y alarmistas, lo que da lugar a una psicosis colectiva ante la instalación de una planta nuclear”, señala Esteban Pellegrino, que aclara lo siguiente respecto de una polémica que llegó a ganar espacio en los medios de comunicación de Formosa: “Recordemos que el accidente de Chernobyl es el más grave de todos los acontecidos en la historia de la industria nuclear y afectó de forma inmediata a plantas y animales que se encontraban en un radio de 30 km. Luego del terremoto en Japón, se instauró un radio de evacuación de 20 km alrededor de la central nuclear de Fukushima. Hace poco, en los medios formoseños, un biólogo expresó que ‘en caso de un accidente en el CAREM de Formosa el impacto por contaminantes podría extenderse 500 km o más a la redonda’.
En mi opinión es una afirmación cuyo único objetivo es propagar un miedo infundado e irracional en la población formoseña y de países vecinos”. Para ilustrar el tema, Pellegrino se sirve de una reflexión hecha por el físico tucumano Alberto Rojo, quién aplicó un cálculo de probabilidades sobre la difusión mundial de átomos de Fukushima utilizando como referencia una pregunta publicada en un libro de James Jeans, físico, astrónomo y matemático británico: “¿Cuál es la probabilidad de que en la bocanada de aire que ustedes acaban de inhalar haya al menos una molécula de las que exhaló César antes de ser apuñalado? El cálculo preciso está en Innumeracy , de John Allen Paulos, y la respuesta es un sorprendente 99%. La razón es que, si bien una sola molécula representa una ínfima fracción del aliento, resulta ser casi igual a la fracción del volumen total de la atmósfera ocupado por el aliento.
Entonces, si el aire del pulmón del César en su momento último se distribuyó uniformemente por el aire del planeta, ustedes acaban de respirar al menos una de sus moléculas. Y lo mismo se aplica a los átomos de plantas contaminantes del planeta, por las que no nos preocupamos”.
“La radiación aumenta si hay nuevos átomos radiactivos en el ambiente —continúa Pellegrino—; de eso no hay duda. El asunto es cuánto. Es por eso que, a partir de cálculos conservativos, se delimitan zonas de evacuación (30 km en Chernobyl y 20 km en Fukushima), dentro de las cuales la dosis recibida es mayor a la aceptable por causas naturales. Fuera de esa zona la radiación recibida a causa del accidente es muchísimo menor a la radiación que ya recibimos por fuentes naturales (por ejemplo, por el bombardeo de rayos cósmicos)”.
“Hablar de un radio de alcance de 500 km es completamente disparatado y es una declaración sin fundamentos técnicos. Además, el CAREM es un reactor de naturaleza muy distinta al de Chernobyl y Fukushima, ya que su diseño contiene sistemas de seguridad pasivos y la seguridad no depende de la actuación del operador ni de sistemas que son accionados mecánicamente o por alimentación externa”, concluyó Pellegrino.

16 COMENTARIOS

  1. me llena de orgullo que Esteban Pellegrino sea mi sobrino nieto, fuera de esto me maravilla q un joven de 26 años explique de manera clara para q entendamos los neofitos esto q tanto miedo y preocupacion nos
    causa, por mi parte digo q me causaba mucho temor por mi ignorancia sobre el tema, me parece tan loable que este joven dedique sus vacaciones para dictar charlas educativas en formosa Dios te conserve asi y sirvas de ejemplo a otros jovenes

  2. teresita frutos, charly, a mi me causa miedo es como estar viviendo al lado de un volcan, activo…. pero bueno son los tiempos q corren asi como usamos los celulares y otros cuyo material, se extrae de las montañas con altos costo de vida humana tros dicen q genera cancer, etc, etcc.

  3. Brillante exposición sobre el uso y los mitos en energía nuclear, a propósito del reactor en Formosa. Sinceramente a mi no me asusta el reactor ahí, lo que me asusta es que de nuevo nosotros creemos que descubrimos la pólvora cuando, por ejemplo, el pueblo japonés está volviendo de este camino e insta a que se busquen otras alternativas y señalan las enormes capacidades que tenemos en nuestra región de generar energia. Paraguay por ejemplo tiene la central hidroeléctrica más grande del mundo y no tiene modo de distribuir esa energía… ¿irónico no? Veo esto de la central nuclear como un gran negociado, así como el petróleo en Formosa, que termina mal explotado en manos de unos pocos y sobre todo queriendo complicar una situación habiendo tantas alternativas. De seguro que alguien dirá: «¿y por qué no dice que otras formas hay?» Ahí van (teniendo en cuenta la zona formoseña a la que nos referimos: EÓLICA, SOLAR, DESDE YACYRETÁ (sale más barato llevar la energía desde allí que plantear la central nuclear), PLANTA RECICLADORA DE BASURA (ver el ejemplo de Finlandia), et., etc., etc.

  4. Entrevista a Esteban Pellegrino, Ingeniero Nuclear del Instituto Balseiro ‹ U-238 | Tecnología nuclear para el desarrollo, ¿Puedes explicarnos màs?, me resulta insterense esta informacion. Saludos.

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