El Gran Colisionador de Hadrones encuentra nuevas partículas ‘extrañas’ y ‘encantadas’

Científicos que trabajan en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) han descubierto casualmente cinco nuevas partículas elementales que componen nuestro universo. Se trata de una variación de bariones —unas partículas subatómicas formadas por tres unidades más pequeñas llamadas quarks— en cinco diferentes estados de excitación.

En particular, los científicos confirmaron que descubrieron bariones de la familia omega-c (Ωc) compuestos de dos quarks ‘extraños’ (s) y uno ‘encantado’ (c). Las partículas fueron descubiertas en el marco de la investigación LHCb —también conocida como «experimento de belleza»—, destinado a investigar las partículas compuestas por el quark ‘bello’ (b).

«Los nuevos elementos pueden ser vistos tanto como partículas distintas o también como diferentes estados de excitación de la misma partícula. (…) Cada una de las cinco variantes puede ser vista como una entidad separada, a pesar de que se componen de los mismos quarks», explica el físico teórico Lubos Motl.

Las partículas ‘extrañas’ y ‘encantadas’ recientemente descubiertas constituyen un hallazgo significativo. Mediante la medición de sus propiedades, los físicos esperan obtener una mayor comprensión sobre la naturaleza de la fuerza nuclear, que es el fenómeno que mantiene a las partículas atómicas unidas.

Sobre el LHC

Con el objetivo de explorar qué sucedió justo después del Big Bang, el Gran Colisionador de Hadrones es un acelerador, colisionador y detector de partículas elementales. Utiliza un túnel magnético de 27 km de circunferencia, ubicado bajo tierra en la frontera franco-suiza. Miles de físicos de decenas de países participan en el proyecto.

En julio de 2012, los científicos que trabajan en el Gran Colisionador hicieron historia al capturar el bosón de Higgs, conocido como ‘la partícula de Dios’. Se trata de una pieza fundamental del universo, gracias a la cual los elementos obtienen masa y cuya existencia fue predicha por el físico británico Peter Higgs en la década de los 60.

Gracias al detector LHCb fue finalmente probada la existencia de los pentaquarks (partículas compuestas por cinco quarks). Uno de los principales objetivos del LHCb, así como de todo el complejo acelerador, es buscar una nueva física más allá de su modelo estándar (el modelo básico que describe la transformación de las partículas elementales).