Innovación en el desarrollo de preparaciones radiofarmacéuticas para diagnóstico

Por María Julia Echeverría – En U-238 Diciembre 12

 

Desde hace más de treinta años, Laboratorios Bacon, una empresa 100% nacional dedicada a la medicina nuclear y a la tecnología médica, no sólo se ocupa de producir preparaciones radiofarmacéuticas y productos de diagnóstico de uso in vivo e in vitro, sino también destina parte importante de sus esfuerzos al desarrollo de nuevos productos, a través de la investigación científica y tecnológica de punta, en permanente interacción con los centros médicos y de diagnóstico, que son sus clientes naturales.

 

En el corazón del barrio de Villa Martelli, en la provincia de Buenos Aires, funciona desde 1979 Laboratorios Bacon S.A.I.C.. Su amplísima trayectoria, regida desde sus inicios por la concepción de “innovación permanente”, le ha permitido afianzarse como proveedor confiable y riguroso de los mercados que abastece, tanto en Argentina como en los países de Latinoamérica.

A principios de la última década, la empresa abrió el mercado del diagnóstico con tecnología PET (Tomografía por Emisión de Positrones), incorporándose como único proveedor de la 18F-FDG. Esto permitió enriquecer su catálogo de productos exclusivos y marcó tendencias en el campo de la medicina nuclear, lo que se sumó a la plataforma consolidada de medios de contraste para abastecer las áreas de tomografía computada y resonancia magnética.

Estas nuevas incorporaciones se añaden a una larga lista de productos, algunos de los cuales son elaborados en el país únicamente por Laboratorios Bacon. Tal es el caso de las semillas para Braquiterapia (Braquibac®), empleadas en el tratamiento localizado de cáncer de próstata, tumores cerebrales y retinoblastomas; y las cápsulas de ioduro de sodio (Cápsubac 131I), para el tratamiento del hipertiroidismo y casos especiales de carcinoma de tiroides.

Sobre estas últimas, Mariano Nicolini, Director de la Empresa, destacó que brindan una mejor tolerancia y seguridad en el tratamiento: “Ingerir una cápsula disminuye considerablemente la radiación innecesaria a la que están expuestos, tanto el paciente como el médico”. Cuando el tratamiento consiste en administrar una solución oral, el líquido, que se presenta en un vial, se coloca en un vaso para que el paciente lo beba, pudiendo generar contaminación por derrames involuntarios. A su vez, el médico lo manipula, se contamina el vaso y se generan residuos que deberán ser adecuadamente tratados. “En cambio, con las cápsulas, el iodo (131I) administrado se absorbe mejor. Además, un estudio realizado por el doctor Roque Luis Balbuena, Director del Servicio de Medicina Nuclear del Centro Diagnóstico Maipú, comparó pacientes tratados con ambos productos y pudo determinar que las cápsulas generaban menos efectos adversos”, comentó Nicolini.

 

La innovación como premisa fundamental

“Lo que nos caracteriza es la acción permanente, promoviendo el desarrollo de soluciones innovadoras destinadas a mejorar la calidad de vida y la salud de nuestra comunidad”, afirmó la doctora Patricia Zubata, Directora Técnica de Laboratorios Bacon, al definir lo que identifica a la empresa en el mercado.

“Desde los inicios —continuó la doctora Zubata—, la premisa fundamental fue tratar de visualizar cuáles son las necesidades del mercado en el área de la medicina nuclear y trabajar para asistir en esa falta. El laboratorio tiene un conjunto de líneas dedicadas al diagnóstico y tratamiento y, en cada una de estas líneas, fuimos pioneros en mercado local, posicionándonos como referentes. En su momento, fuimos los primeros en tener generadores. También fuimos los primeros en tener los distintos kits de productos para diagnóstico. Y hoy somos los primeros en poner en el mercado productos derivados de ciclotrón, el único enteramente privado del país”, aseguró.

La doctora Zubata explicó también que la esencia de la innovación está basada, justamente, en “trabajar para que los estándares de diagnóstico en Argentina sean equivalentes a los estándares de diagnóstico aplicados en el resto del mundo”, siempre teniendo como premisa fundamental la calidad de los productos generados.

Actualmente, varias son las líneas que se están trabajando para poder crear nuevos productos. “Estamos profundizando nuestra tarea, haciendo hincapié en trazadores radiactivos, que están en fase de investigación y desarrollo”, comentó Nicolini, mencionando los nuevos agentes que podrían ser empleados para detectar diferentes cánceres primarios o sus recidivas, tumores, patologías como el Parkinson, entre otras. El objetivo es llegar a un diagnóstico certero, revelando la localización y características en forma precisa y, en función de eso, poder decidir el tratamiento más adecuado.

 

A demanda y contrarreloj

El día a día en Laboratorios Bacon no es para nada sencillo. La producción se planifica en forma semanal. Según la doctora Zubata, todos aquellos productos que poseen material radiactivo en su composición se producen en función de las actividades solicitadas por el cliente, es decir, por los médicos especializados en medicina nuclear. A diferencia de los productos que no contienen material radiactivo en su formulación, que se pueden elaborar y mantener en stock.

Esta diferencia radica en la caducidad de los primeros. Mientras que los kits para diagnóstico y las especialidades medicinales poseen una vida útil de entre 12 y 36 meses; en aquellos que poseen isótopos radiactivos en su composición, ésta dependerá de la vida media isótopo que contengan, la cual puede ir desde los 10 minutos a varios meses, e incluso años.

En función de lo expresado, no sólo la producción será contrarreloj. La entrega del producto también lo es para aquellos casos que así lo ameriten en función de su propia vida media. “Para ello, contamos con una flota de vehículos autorizados para el transporte de nuestros productos, además de una excelente y fluida comunicación con cada uno de nuestros clientes.

Esto nos permite optimizar los manejos de material y productos, con el objetivo primordial de cumplir con las solicitudes en tiempo y forma para que el paciente reciba el medicamento adecuado para poder hacerse el estudio y, obviamente, con la calidad que establecen las normativas en la búsqueda de un diagnóstico eficaz y seguro que permita acceder a la mejor terapia en pos de la cura”, afirmó Zubata.

Tanto la calidad de sus productos, como la efectividad en las entregas, han consolidado a Laboratorios Bacon como una empresa privada líder en materia de medicina nuclear. Sumado a eso, su filosofía de “innovación y calidad” le ha permitido encarar nuevos desafíos comerciales, tanto en el interior del país como en toda Latinoamérica.

 

No sólo medicina nuclear…

Si bien Laboratorios Bacon tiene un amplio catálogo de productos que lo convierte en una empresa líder en materia de medicina nuclear; en el último tiempo ha desarrollado varias líneas de trabajo dedicadas a la Tecnología Médica.

Es el caso del denominado “Test del Piecito”, que consiste en unas tarjetas de toma de muestra de sangre en forma de mancha seca que se utilizan para screening neonatal.

Otro ejemplo es el BAC MT, un equipo desarrollado por el Laboratorio que integra la marcación y el control de calidad del SESTAMIBI, un radiomarcador para la evaluación de la perfusión miocárdica. Este posee un horno eléctrico regulado y controlado por un microprocesador para la adecuada marcación que, a su vez, permite realizar el control de calidad del producto marcado.

Finalmente, el Swirler es un sistema para nebulizar radiofármacos comercializado por Laboratorios Bacon. Se trata de un equipo muy versátil y liviano que se puede acomodar fácilmente a un paciente en posición horizontal o sentado frente al equipo. El dispositivo posee un diseño tal que permite obtener una atomización más eficiente con un menor tamaño de las gotas, lo que favorece la rápida penetración de la solución hasta los alvéolos. Además, mantiene un blindaje que proporciona una protección equivalente a la del plomo.