Joven egresada del Balseiro trabajará con dos Premios Nobel

Con tan solo 31 años, Soledad Gonzalo Cogno se acaba de recibir de Doctora en Física en el Instituto Balseiro y en el mes de abril viajará a Noruega para trabajar en el Instituto Kavli de Trondheim, en Noruega, en el laboratorio de dos Premios Nobel en Medicina: Edvard y May-Britt Moser.

En agosto de 2016, Soledad asistió a una escuela de verano en el Instituto Kavli. “Como parte de mi visita, Edvard y May-Britt me invitaron a dar una charla sobre el trabajo que hice durante la última etapa de mi doctorado. Luego de la presentación, me propusieron que considerase su laboratorio para mi postdoctorado”, recuerda Gonzalo Cogno.

Sobre su doctorado, Gonzalo Gogno explica que su tesis estuvo enfocada en el estudio del código neuronal, es decir, “en el estudio de cómo los estímulos se traducen en los impulsos eléctricos con los que se comunican las neuronas”. Detalla que abordó la neurociencia desde un punto de vista computacional y que en la segunda mitad de su doctorado agregó el análisis de datos experimentales.

La física, que es oriunda de la ciudad de Buenos Aires, ingresó en 2007 en la carrera de Licenciatura en Física del Instituto Balseiro (CNEA – UNSAM), donde todos los estudiantes reciben becas de estudio completas para dedicarse de forma exclusiva al estudio. Allí también se recibió de Magíster en Ciencias Físicas, luego realizó una estadía en Alemania y en 2012 regresó al Balseiro para iniciar su Doctorado en Física.

La joven investigadora asegura que su interés por la física nació en la escuela secundaria. “Recuerdo que en mi casa había libros de física básica que eran de mi papá, y que por curiosidad empecé a mirar. Ese interés, acompañado del gusto que tenía por la matemática, hizo que terminara estudiando física”, cuenta.

Con respecto a su formación en el Instituto Balseiro, afirma que vivió una gran experiencia como estudiante. “Luego de recibirme tuve una especie de enamoramiento con el estudio del cerebro. Me voy del Balseiro agradecida por la formación que recibí y por la gente que conocí, entre la que se encuentra mi marido”. Y agrega: “Estoy contenta por los años vividos y lista para enfrentar lo que sigue”.

“En este momento –asegura Soledad– lo que más deseo es aprender mucho, y hacer ciencia de gran nivel en un laboratorio fascinante. También espero que ese proceso esté acompañado de mucho disfrute, y de conocer gente y lugares nuevos. Creo que me esperan buenos años, de mucho trabajo pero también de mucha alegría”.