La industria se prepara para la certificación ASME

En U-238 # 22 Julio – Agosto 2016

Especialistas argentinos participan en grupos internacionales de trabajo para fomentar la calificación de empresas locales dentro de estas exigentes normativas internacionales que rigen para el sector nuclear. La iniciativa es impulsada por el INTI y la CNEA, con estrecha colaboración de ADIMRA.

A pesar del importante desarrollo nuclear de la Argentina, existen muy pocas empresas en nuestro país certificadas bajo las normas internacionales ASME, las cuales abarcan todos los componentes metalmecánicos de la parte nuclear y no nuclear de un reactor. Esto no sólo se debe a los altísimos costos que se requieren para la certificación, sino a que muchas de estas normativas vigentes para el sector nuclear no contemplan las necesidades y requerimientos del ámbito productivo local.

Con el propósito de revertir esta situación, especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), junto con la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME, por sus siglas en inglés), celebraron un taller para incentivar la conformación en el país de grupos internacionales de trabajo en la materia.

De acuerdo con el ingeniero Nicolás Rona, Gerente de Gestión de Calidad de la CNEA, “uno de los objetivos de este trabajo es colaborar en la gestación de soluciones a nivel país para que la industria nacional, principalmente el sector metalmecánico, pueda participar como proveedora en la mayor cantidad posible de elementos para las centrales nucleares que se van a construir en el futuro, sobre todo la cuarta y la quinta central, y cualquier otro proyecto al que se le exija el cumplimiento de las normas internacionales ASME”.

Nacido ante la necesidad de optimizar la seguridad, la aplicación del Código ASME busca disminuir al máximo posible el riesgo de accidentes que involucren a recipientes de presión y a otros componentes de la parte nuclear y convencional de una central. “Por ello, es necesario generar nuestras propias normas sobre la base de las experiencias internacionales, con esquemas de certificación nacionales”, subraya Rona, quien además de ingeniero químico es magister en Gestión de Calidad.

Un pedido de auxilio desde la industria

Adquirir una certificación ASME Nuclear es una aspiración casi imposible para la mayoría de las pequeñas y medianas empresas nacionales por los altísimos costos que estos trámites demandan. De hecho, en Argentina hay sólo dos firmas que lo han conseguido (IMPSA y CONUAR) y otro puñado que obtuvo la certificación ASME No Nuclear. En total, son 25 las compañías en el país certificadas bajo este código internacional.

Tomando nota de esta situación, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) emitió una nota en la cual se planteaba que la industria nacional necesita apoyo para poder acceder a esas certificaciones internacionales. “La nota enviada hacía referencia a dos problemas puntuales: Por un lado, la necesidad de contar con las herramientas necesarias para obtener las competencias dentro de sus organizaciones y lograr la certificación, es decir, contar con asistencia técnica; y el segundo problema planteado era la falta de financiamiento por los altos costos”, cuenta el licenciado Ignacio Guerreiro, del Departamento Coordinación de la Gestión de Calidad de la CNEA.

Tras recibir el pedido formal de las autoridades, Rona cuenta que “nos juntamos con especialistas del INTI para desarrollar una serie de propuestas, y hemos consensuado muy bien entre las dos instituciones. Apuntamos a generar mecanismos de certificación de empresas y de productos nacionales a través de un esquema que no necesariamente tenga que pasar a través de ASME, sino que pueda hacerse a través de un organismo nacional que dirija todo esto”.

“Lo que buscamos —resalta Guerreiro— es brindar algunas soluciones, adaptándolas a las necesidades de la industria nacional. Estamos trabajando sobre la traducción de las normas, los requerimientos, las inspecciones y los productos que pueden cumplir las normas ASME en torno a la parte técnica”.

Desde la CNEA, el principal impulsor y coordinador de la iniciativa es el ingeniero Mauricio Bisauta, vicepresidente del organismo, quien destaca como antecedente fundamental para este nuevo proyecto la estrecha colaboración que existe entre la CNEA y ADIMRA, la cual se remonta a la creación del Servicio de Asistencia Técnica a la Industria (SATI) en 1961 y que fue actualizada el año pasado a través de la firma de un nuevo Convenio Marco de Colaboración.

El primer encuentro

Los días 18 y 19 de abril pasado, se realizó en la sede del INTI la primera reunión del Grupo Internacional de Trabajo que, entre otros objetivos, busca promover la comprensión y la utilización de los códigos y normas ASME, así como su revisión con el fin de sugerir modificaciones y adaptaciones para hacer frente a las necesidades regionales de aplicación técnica y normativa.

“Para nosotros es muy importante este tipo de encuentros porque uno de los objetivos de la Institución es la divulgación y el desarrollo tecnológico para las empresas —en este caso, a través de la gestión de normas—. También quiero resaltar el trabajo en equipo, entre INTI, ASME y otras instituciones vinculadas a la energía nuclear, porque generará un impulso tanto para el sector como para otros ámbitos”, señala el presidente del INTI, ingeniero Javier Ibáñez.

Este primer encuentro contó con la participación de más de 60 profesionales del INTI, CNEA, ASME, y de otros actores del sector como la empresa Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), fabricantes de componentes y combustibles nucleares y de ADIMRA.

Como resultado del taller, se acordó la conformación de dos grupos internacionales de trabajo. “El objetivo central de estos grupos es que esté contemplada la realidad argentina para la redacción de códigos internacionales; y se tomen en cuenta las necesidades del sector para establecer alcances, requerimientos técnicos y especificaciones”, señaló el ingeniero Jorge Schneebeli, gerente de Proyectos Especiales del INTI.

Además de realizar sugerencias para modificar las normativas ASME, teniendo en cuenta las necesidades locales en la materia; estos grupos internacionales de trabajo también estarán habilitados para defender los intereses nacionales en caso de que se sugiera una modificación en la normativa internacional que se considere perjudicial para Argentina.

Sobre esto último, el licenciado Guerreiro apunta que “si, por ejemplo, estuviésemos técnicamente en contra de algunos requisitos que plantea ASME o si quisiéramos agregar o modificar algunas pautas, el hecho de tener un grupo local permitiría que todas las partes interesadas puedan tener acceso a esas discusiones a través de un comité”. Guerreiro destaca, además, que para ser parte de estas discusiones no es necesario hacerse socio de ASME, con lo cual disminuyen los costos de membresías y viajes al exterior.

Si la Argentina aspira a ser un productor internacional de componentes nucleares, debe cumplir con las normas ASME, como lo hacen países como Estados Unidos y Canadá. El objetivo fundamental de estos grupos internacionales de trabajo —que por primera vez se conforman en Latinoamérica— es que todo equipamiento fabricado en el país cumpla con los parámetros de seguridad y calidad de esta entidad y que, en un futuro, las pymes argentinas puedan llegar a ser proveedoras de tanques a presión, válvulas o calentadores para esta exigente industria.

“Nuestro propósito es facilitarle a los industriales argentinos trabajar bajo normas internacionales y que sea mucho más sencillo que los trámites que tiene que realizar actualmente, que son vía Estados Unidos”, destacó el ingeniero Miguel Méndez, vicepresidente del grupo ASME Argentina y jefe del Laboratorio de Soldadura del Centro INTI-Mecánica.

Plan de trabajo

El licenciado Guerreiro comenta que, por el momento, se han identificado dos posibles planes de trabajo: “Por un lado, crear un esquema de certificación nacional que, a priori, no podría tener reconocimiento internacional, sino que sólo serviría localmente. Para lograr eso hay que trabajar muchísimo en la traducción y adaptación de normas, generar las competencias necesarias en los distintos estamentos (inspectores, auditores, etc.), lo cual lleva mucho tiempo”, explica el experto del Departamento Coordinación de la Gestión de Calidad de la CNEA.

“Por otro lado —continúa Guerreiro—, se podría instalar en el país una Agencia de Inspección autorizada por ASME. Este esquema brindaría una certificación ASME que permitiría a los industriales exportar sus productos. Lo que estuvimos discutiendo es qué hacer primero. Creemos que lo mejor es empezar por la agencia de inspección para que las empresas que están en condiciones puedan ingresar al esquema ASME, pero localmente, a través de una organización gubernamental, lo cual tendría menos costos para ellas que hacerlo de la manera tradicional. Sobre la base de esa experiencia, generar luego el esquema de certificación nacional”.

Por su parte, Rona agrega que “para implementarse, este esquema de trabajo requiere de la creación de un organismo gubernamental sin fines de lucro que, en principio, estaría formado por la CNEA y el INTI, y posiblemente también por ADIMRA. La idea es que el manejo técnico provenga de los dos organismos, donde la parte no nuclear sea competencia del INTI y la parte nuclear competencia de la CNEA, pero trabajando mancomunadamente para brindar un esquema de certificación nacional”.

Finalmente, el ingeniero Rona señala que otra pata fundamental de este ambicioso proyecto es la capacitación de los futuros inspectores. La idea es que la formación pueda llevarse a cabo en Argentina, impartida por especialistas de ASME, y que luego los aspirantes vayan a rendir los exámenes correspondientes para poder certificarse. “De esta manera —indica el Gerente de Gestión de Calidad de la CNEA— se pondría en marcha el esquema conocido como ‘train de trainers’, es decir, formar a los que van a dar formación y que, con los cursos en marcha, se pueda tener una continuidad en el tiempo de inspectores”.

¿Qué es ASME?

La Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME, por sus siglas en inglés) fue fundada en 1880, cuando un grupo de destacados ingenieros norteamericanos comenzó a discutir sobre el desarrollo de herramientas y piezas estandarizadas, así como prácticas de trabajo uniforme.

Sin embargo, no fue hasta 1905 que, ante un grave accidente en una fábrica de zapatos de Massachusetts, quedó demostrada la necesidad de desarrollar reglamentos para el funcionamiento de calderas y recipientes de presión.

En 1911 ASME formó el Boiler Code Committee, que derivó en el Boiler & Pressure Vessel Code (BPVC), publicado en 1915, e incorporado más tarde en las leyes de la mayoría de los estados y territorios de Estados Unidos y Canadá.

El Código ASME también especifica la existencia de Agencias de Inspección Autorizadas (AIA) y de Inspectores Nucleares Autorizados (ANI). Asimismo, se han establecido reglas generales para el programa de certificación ASME N-Type para la construcción de distintos componentes, incluyendo recipientes de presión.

Estas reglas y requisitos del programa de certificación ASME N-Type están dirigidas a diseñadores, propietarios de componentes, inspectores autorizados, profesionales ingenieros y proveedores de materiales.