Los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2 atravesaron exitosamente la primera temporada de Eclipses de Tierra correspondientes al período 2016, según informó la empresa estatal Arsat, encargada de la operación de los dos satélites geoestacionarios argentinos.
Uno de los desafíos más importantes para un satélite mientras está en órbita en el espacio es superar la temporada de eclipses. Durante estos periodos del año, la Tierra se interpone entre el satélite y el Sol causando un cono de sombra. Al no recibir luz solar directa, su funcionamiento queda garantizado por la energía almacenada en su batería.
Además, atraviesan transiciones térmicas extremas y veloces, al ingresar y salir de dicho cono de sombra. Los satélites pasan en pocos minutos de un calor de +140º bajo pleno sol, a un enfriamiento de -200º en absoluta oscuridad, para recobrar súbitamente los +140º ni bien vuelve a quedar iluminado por el sol.
Para superar esta dura prueba, en el centro de control de satélites de la empresa Arsat se llevaron a cabo todas las operaciones necesarias para asegurar la vida de los satélites y garantizar la disponibilidad y calidad del servicio prestado.
Ambos satélites geoestacionarios fueron construidos casi en forma simultánea por la empresa estatal INVAP. El ARSAT-1 fue puesto en órbita en octubre de 2014, por medio del vehículo lanzador Ariane 5, desde una base ubicada en la Guayana Francesa. Desde entonces, brinda servicios de televisión, internet y telefonía a todo el Cono Sur, incluyendo la Antártida y las Islas Malvinas.
En tanto, el segundo satélite nacional, ARSAT-2, se puso en órbita el 30 de septiembre de 2015, con el fin de transportar señales de radiofrecuencia en banda Ku y banda C para telecomunicaciones. Su tarea es complementar la cobertura y labor del ARSAT-1, logrando de esta manera extender el espectro a todo el resto del continente americano.
