Mujeres de Ciencia

Por Laura Cukierman. EN U-238 Marzo 2013.

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer en todo el mundo. Una oportunidad para reflexionar sobre cuestiones fundamentales en relación al género y a la ciencia: los avances, desafíos, victorias y derrotas. U-238 entrevistó a tres destacadas personalidades de la comunidad científica que abordan esta problemática desde diferentes puntos de vista. Porque también dentro del universo científico las mujeres han recorrido un largo camino pero todavía queda mucho por hacer.

 

Bibiana Vilá es Licenciada y Doctora en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Es investigadora del CONICET. Lleva 25 años de trabajo investigando el manejo y conservación de la vicuña en Argentina. Pero también ha dedicado parte de su vida como profesional a reflexionar sobre la particularidad der ser mujer y trabajar en ciencia. Es miembro de la “Third World Organization for Women in Science” perteneciente a la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, que tiene como objetivo promover el acceso de la mujer a la ciencia y tecnología, aumentar su participación en procesos de toma de decisiones para el desarrollo de sus países y en la comunidad científica internacional.

 

¿Por qué decidiste trabajar y ocuparte de las cuestiones de género en el campo científico? ¿Cuáles son los puntos más críticos que vos percibís en tu campo de trabajo?

Yo investigo en ecología en el altiplano, lo que significa realizar campañas en zonas alejadas y sin comunicación muchas veces, y claramente noté que la equidad entre las investigadoras que hacemos trabajo de campo, y nuestros compañeros varones, desaparecía definitivamente, al momento de tener hijos. Con chicos, se espera que las mujeres abandonen el trabajo de campo (no pasa eso con los papás para nada) o lo limiten al mínimo y esto a su vez genera campañas hiper estresantes tratando de tomar mil datos en muy poco tiempo para volver rápido al hogar. Es común el abandono de carreras con trabajo de campo en la tensión entre la maternidad y la carrera, y este fue el motivo principal que me hizo darme cuenta de la existencia de un hándicap muy complicado y silencioso.

 

¿Sigue operando en el campo científico y académico cierto estereotipo en la imagen del científico/a?

Absolutamente. El estereotipo del científico es varón, un tipo medio loco, con una inteligencia superlativa, desconectado de la realidad, y que se la pasa explicando a otros sus grandes descubrimientos y pensamientos. La imagen es que está en “otro” plano y las cuestiones hogareñas no le interesan para nada.

 

¿Qué opinas de la discriminación positiva? ¿Es un camino válido para ir ganando espacios o una simple concesión que no se debe aceptar?

Creo que la mirada de las mujeres es importante y diferente y debe ser incorporada en todos los campos de toma de decisión y sería genial que la presencia de mujeres no fuera consecuencia de la discriminación positiva sino de la madurez de la sociedad. Si hoy tiene que haber discriminación positiva es sin duda para contrarrestar los años de invisibilización de las mujeres. Ahora, como mujer en ciencia, sí que me molesta que una mujer sin meritos ocupe un lugar simplemente porque hay un espacio de no-varón, nada más que por eso.

 

¿Por qué es importante para vos que la ciencia y el campo científico tengan en cuenta las cuestiones de género?

Porque el campo científico tiene mecanismos de permanencia y promoción que se basan en un modelo de competencia y dominio. El estilo de evaluación y las condiciones necesarias para poder sostenerse y ser exitosas en nuestras carreras implican un mayor costo en relación a los colegas varones, si además estamos a cargo de hogares y chicos. Nuestras propias culturas familiares atentan contra las rutinas propias de la investigación científica y el sistema no son muy consideradas. Además muchos jefes evitan tomar chicas jóvenes como becarias porque en algún momento van a tener hijos y se complica. En mi caso personal dos miembros de mi equipo abandonaron al trabajo de campo por temas maternales y de organización familiar. A veces esta situación es temporaria y se retoma, y a veces es definitiva y se abandona la profesión. El sistema no permite el retorno, no tiene plasticidad en este sentido.

 

ANALIA CANOBA

Analía Canoba es Gerente de Apoyo Científico Técnico de la ARN. Gestiona un área específica en donde la mayoría de las personas que allí trabajan son mujeres. La gestión y la administración de ciencia también tienen una dimensión particular en materia de género.

 

¿Cuáles son los grandes desafíos en materia de género en el campo científico en la actualidad? ¿En qué se avanzó? ¿Qué queda pendiente?

El conocimiento se ha convertido en una variable estratégica de la sociedad, donde el capital humano es un factor preponderante. La lucha por la igualdad a lo largo de la historia ha llevado a que la mujer tome papeles importantes en los distintos ámbitos y ayude al desarrollo de la sociedad del conocimiento. La incorporación de la mujer en el ámbito tecnológico, de conocimiento e información es un avance concreto. La ciencia marca un camino hacia el progreso social y las mujeres no deben estar excluidas. En la sociedad del conocimiento, para tener éxito es necesaria la plena participación de las mujeres, la diversidad de enfoques enriquece al sistema. No se debería prescindir de esa fuente de conocimiento, creatividad e innovación. Si bien la participación de las mujeres ha ido en aumento, siguen concentradas en algunas ramas de la ciencia y no tanto en las ramas “más duras”. En líneas generales, durante la vida profesional se enfrentan obstáculos y dificultades específicas, que obedecen tanto a factores intrínsecos de los modelos y prácticas característicos de las instituciones científicas, como a condicionantes socioculturales que limitan el pleno desarrollo del conjunto de las mujeres, entre los que resaltan la persistencia de la delegación de los tradicionales roles domésticos y de cuidado familiar. Como resultado, persisten situaciones de discriminación salarial y laboral, que se expresa en cargos de menor jerarquía, y en una presencia minoritaria en los niveles de decisión. Afortunadamente en la institución que me desempeño esto no sucede y varios cargos con niveles importantes de decisión están ocupados por mujeres. Un ejemplo palpable es que la Vicepresidencia de la institución es ejercida por una mujer así como también algunos niveles gerenciales son desempeñados por mujeres dentro de la organización. También en la ARN existen acciones destinadas a la conciliación de la vida familiar y laboral con la existencia de un jardín maternal.

 

Usted gestiona un área donde hay una significativa presencia de mujeres. ¿Cuál es la percepción que se tiene de eso? ¿Siguen operando los estereotipos?

Los estereotipos siguen existiendo, son preconceptos, pero ya en forma más atenuada. En algunos casos existe cierta hostilidad o desconfianza. Sin embargo, ya hay suficiente evidencia del rol preponderante que tiene la mujer en los distintos puestos de trabajo y de su capacidad de desempeño. No hay diferencias en el desempeño de mujeres y varones. Destaco la visión integradora de la mujer, que junto a la capacidad técnica y compromiso en las tareas contribuye a que el sector tenga una gestión eficaz.

 

¿Cuáles son los principales desafíos en la gestión científica en la Argentina?

Que se continúen adoptando medidas que promuevan el ingreso de las mujeres a los campos de la ciencia y la tecnología, garantizando la formación desde los estudios iniciales, asegurando el pleno desarrollo profesional. Por otra parte, implementar todas las medidas necesarias para garantizar la igualdad de oportunidades por género en los distintos ámbitos científicos y tecnológicos. Las instituciones deben promover ámbitos laborales más receptivos para las mujeres y propensos a la valoración de su trabajo. Las acciones deberían estar enfocadas hacia un desarrollo humano equitativo e integral. En cuanto a los desafíos en la gestión científica en general, sería beneficioso para el desarrollo de nuestro país fortalecer los aspectos de desarrollo de investigación aplicada a las diferentes áreas de la industria, estableciendo un vínculo más estrecho entre la formación académica y las aplicaciones agroindustriales.

 

JUANA GERVASONI

En Argentina hay varias iniciativas grupales e interdisciplinarias que trabajan algunas cuestiones fundamentales entre género y ciencia. Una de ellas es el Foro de Mujeres en Ciencia, Tecnología y Sociedad. Auspiciado por CNEA y CONICET, este encuentro que se realizó el año pasado por segunda vez en el Centro Atómico Bariloche fue una experiencia importantísima para conocer, reflexionar y proponer nuevos desafíos. Una de sus impulsoras más destacadas es la Doctora en Física, investigadora y docente del Instituto Balseiro.

 

¿Cuáles fueron los puntos más centrales para destacar del encuentro?

Se dividió en seis mesas redondas, donde en cada una de ellas se abordaron los siguientes temas: participación de las mujeres en el campo educativo en general y en el científico tecnológico en particular, salud y desigualdad, representación femenina en arte, trata de mujeres, y género y feminismos. En cada uno de los temas abordados hubo muchos puntos interesantes para destacar. Pero hay uno persistente, y que cuesta erradicar: La desigualdad entre hombres y mujeres en el acceso a la educación, producción y gestión en los sistemas de ciencia y tecnología. Por eso, en las conclusiones del Foro se desarrollaron propuestas de estrategias globales y específicas que tiendan a una auténtica igualdad de géneros. Insistimos, como ya se hizo en la primera edición del Foro, en la necesidad de guarderías infantiles en las diversas instituciones científicas, tecnológicas y universitarias, cuya carencia es un verdadero techo de cristal para las aspiraciones laborales femeninas, como lo apuntan varias especialistas en el tema. Sugerimos aplicar, en lo posible, las recomendaciones para la utilización del lenguaje no sexista, fundamentalmente en ciencia. Apoyamos la discusión parlamentaria de diversos temas, como la reproducción asistida y la trata de personas. Y, por supuesto, continuamos fomentando la realización de distintos encuentros de género.

 

¿Dónde se pueden percibir las desigualdades más profundas en materia de género dentro del campo científico en la actualidad?

La situación de hombres y mujeres en el sistema de ciencia y tecnología en relación con la equidad puede observarse en distintos estudios de indicadores que ponen en evidencia, por un lado los acontecimientos a nivel de género que obstaculizan el desarrollo profesional de las investigadoras, y otros relacionados con el entorno familiar y social. En este sentido, cabe mencionar cómo los estereotipos de género inciden tanto en la elección de carreras científicas como en su desarrollo posterior: en algunas áreas, como por ejemplo en las ciencias duras, se da una menor presencia de mujeres. Lo mismo sucede en los puestos de poder y, en consecuencia, de decisión en la gestión de la actividad científica y tecnológica, en que el número de mujeres es considerablemente menor al de hombres.

 

¿Cuáles son las grandes cuentas pendientes y los grandes desafíos en materia de generó en la ciencia?

El superar los estereotipos de género, y el acompañamiento del entorno familiar, laboral y de otros son aspectos de fundamental importancia en la formación continua y, particularmente, en la capacitación tanto a nivel nacional como internacional. En Europa y Estados Unidos ya se han adoptado medidas tendientes a corregir la situación antes mencionada. En Iberoamérica, en cambio, recién se está comenzando, con muchos vaivenes. Por eso la necesidad, entre otras actividades, de celebrar periódicamente congresos sobre Ciencia, Tecnología y Género.

 

¿Por qué decidió vincular la cuestión de género con su trabajo como científica?

Porque me parece fundamental allanar el camino a jóvenes que recién se inician en la carrera científica, ayudando a concientizarlas sobre las dificultades y prejuicios de género que todavía existen y que hay que superar, para lograr una autentica igualdad entre hombres y mujeres en el campo científico–tecnológico.

 

“Los hombres no quieren competir con las mujeres”

Como presidenta de la CNEA, Norma Boero se desempeña en un campo que tradicionalmente cuenta con hombres entre sus principales referentes. “Mayoritariamente, está manejado por varones. De la primera línea de la CNEA, sólo 3 puestos tienen mujeres a su cargo, entre los cuales está mi posición como presidenta.

Los otros 25 son manejados por varones. Esta relación, sin embargo, tiende a invertirse entre las generaciones de profesionales más jóvenes”.

Sin embargo, Boero considera: “el mundo va manejándose selectivamente hacia el hombre quien prefiere trabajar con otros hombres porque no quiere competir con la mujer. A pesar de que el comentario general suele ser que la mujer es más competitiva en su puesto de trabajo que los hombres, eso no es así: el hombre es más competitivo. A las mujeres nos cuesta más acceder a espacios de poder porque esos espacios están dominados por hombres y ahí se produce la discriminación”.

Aunque en su experiencia profesional Boero reconoce que nunca sintió un trato diferencial por su condición de mujer. “Cuando fui jefa de departamento, me dijeron que no iba a ser capaz de manejar tanto personal masculino. Pero nunca tuve problemas. Toda mi vida fui jefa de grupos de trabajo mixtos. Con carácter pero en un buen clima de trabajo”. Si se trabaja con decisión y autoridad las diferencias de sexo no existen.

Como presidenta de la CNEA, Boero reconoce que su trabajo le demanda mucho tiempo. “En una tarea de dirección no se trabaja ocho horas por día sino doce o más; paso mucho tiempo fuera de mi casa, en misiones oficiales. Son lugares de mucha exigencia en las responsabilidades y en el tiempo que demanda”.

Esto es el mayor obstáculo que tiene una mujer que tenga niños pequeños que demandan su atención para acceder a estos cargos.