La empresa energética estatal de México, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se convertirá en una agencia estatal integrada verticalmente bajo las reformas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador. CFE es propietaria de la única central nuclear del país, Laguna Verde, que se encuentra en la costa del Golfo.
En una conferencia de prensa en Cuernavaca el 1 de octubre, López Obrador señaló que las reformas presentadas a la Cámara de Diputados el 30 de septiembre darían a la CFE el lugar que le corresponde en el sistema eléctrico. De hecho, desharían las reformas realizadas en 2014 destinadas a aumentar la competencia.
Obrador sostuvo que se había alentado a las empresas privadas a ingresar al mercado eléctrico mexicano a expensas de CFE. El presidente consignó que habían podido generar energía y ganar dinero mientras se requería que las plantas de energía de CFE estuvieran inactivas, y podían usar la red eléctrica nacional sin costo alguno.
De aprobarse las nuevas propuestas, la CFE se convertirá en una agencia estatal verticalmente integrada, adelantó el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández: «Las filiales anteriores desaparecerán y habrá un solo organismo encargado de la generación, distribución y administración de energía eléctrica. energía.»
«Con esta iniciativa la CFE tendrá el 54% del mercado, mientras que el 46% quedará en manos privadas», celebró el primer mandatario mexicano.
Hernández, a su vez, : «Se trata de rescatar y fortalecer a la CFE, garantizando a través de ella la seguridad energética del país, en este caso la industria eléctrica nacional y haciendo posible tener electricidad a un mejor costo para todos los mexicanos».
México depende del gas natural para el 60% de su electricidad, sobre la base de una creciente cantidad de importaciones de Estados Unidos. El petróleo permanece presente en el sistema eléctrico en un 10% del suministro, mientras que las fuentes limpias como la nuclear y la eólica son solo el 4%, según la Agencia Internacional de Energía.
En 2015, una ley de transición energética estableció el objetivo de que el 35% de la electricidad provenga de fuentes limpias, incluida la nuclear, para 2024, pero nunca se han anunciado planes firmes para la contribución de la energía nuclear.
