Director del OIEA ante el Consejo de Seguridad

El director del OIEA, Rafael Grossi, declaró ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que las hostilidades en la central nuclear de Zaporiyia deben cesar y que debe permitirse al OIEA evaluar el estado de la instalación.

La presencia del OIEA en la central nuclear de Zaporiyia en Ucrania permitiría a la organización llevar a cabo importantes actividades técnicas en materia de seguridad nuclear tecnológica y física y de salvaguardias y, al mismo tiempo, ejercer una influencia estabilizadora, declaró hoy el Director General, Rafael Mariano Grossi, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

En una sesión dedicada a examinar la situación en la central, que lleva ocupada por Rusia desde marzo, Grossi reiteró su llamamiento al cese de todas las acciones militares en el emplazamiento, que sufrió bombardeos los días 5 y 6 de agosto.

“Sobre la base de la información más reciente proporcionada por Ucrania, los expertos del OIEA han determinado de forma preliminar que no existe ninguna amenaza inminente para la seguridad nuclear derivada del bombardeo o de otras acciones militares recientes. No obstante, esto podría cambiar en cualquier momento —declaró ante el Consejo de Seguridad por videollamada—. (Puede consultarse aquí su intervención completa)

Pido a ambas partes en este conflicto armado que colaboren con el OIEA y permitan el envío de una misión a la central nuclear de Zaporiyia lo antes posible. Cada minuto cuenta”.

El OIEA ha recibido información contradictoria por parte de Ucrania y de Rusia acerca de la situación de la instalación, su operación y los daños que ha sufrido, y sin presencia física en el emplazamiento los expertos del OIEA no pueden corroborar esas evaluaciones. “A partir de los datos que se recopilen durante una visita al emplazamiento, el OIEA podrá elaborar y proporcionar una evaluación independiente de los riesgos relacionados con la seguridad nuclear tecnológica y física”, explicó.

En esa misión, expertos del OIEA evaluarían los daños físicos de las instalaciones, determinarían si los sistemas de seguridad tecnológica y física principales y de reserva funcionan, y evaluarían las condiciones de trabajo del personal de la sala de control. Al mismo tiempo, el OIEA también llevaría a cabo actividades de salvaguardias de carácter urgente para verificar que el material nuclear se utiliza únicamente con fines pacíficos. Los expertos necesitan verificar el estado de los reactores y los inventarios de material nuclear para garantizar que este no se desvíe de los usos pacíficos. El OIEA también procedería al mantenimiento de los equipos de salvaguardias para garantizar la transmisión de datos a distancia y mantener la continuidad de los conocimientos tras abandonar la instalación.

“Una misión a Zaporiyia no solo sería beneficiosa para la labor independiente del OIEA, sino también, creo, para los operadores y reguladores de la central nuclear”, remarcó Grossi.