Importante avance en la extensión de vida de Embalse

La semana pasada Nucleoeléctrica Argentina informó que se completó la instalación de los 760 alimentadores inferiores que se ubican en el reactor de la Central Nuclear Embalse.

De esta forma, se dio por concluido el retubado del reactor. «El revamping de Embalse costará 2.100 millones de dólares y demandará unos tres años, frente a los seis años y seis mil millones de dólares que implicará Atucha III«, sostuvo el año pasado Rubén Semoloni. El logro de este objetivo es uno de los hitos más relevantes del Proyecto Extensión de Vida de la Central, que permitirá iniciar el proceso de retorno al servicio por 30 años con una potencia de 683 MW.

Embalse para, pero no se detiene
El proyecto de extensión de vida de la Central Nuclear Embalse se inició en 2005. Tras la puesta en funcionamiento de Atucha II, comenzó su salida de servicio con el objetivo de inspeccionar, reemplazar y mejorar diferentes componentes de la central.
Los 437 reactores construidos en el mundo tienen una edad promedio de 29 años. De ellos, 280 superan esa edad. Aunque los diseños originales de las centrales nucleares contemplaban una vida útil de aproximadamente 30 años, los condicionamientos externos y una serie de avances tecnológicos transformaron los proyectos de extensión de vida útil (revamping, literalmente renovado) en proyectos de alta viabilidad desde el punto de vista de seguridad, tecnología y financiación.

Embalse funcionará por 30 años con una potencia de 683 MW

El retubado consistió en la remoción y reemplazo de los componentes principales que conforman el reactor, como los tubos de calandria, los tubos de presión, accesorios extremos y alimentadores superiores e inferiores.

La totalidad de los componentes de reemplazo se fabricaron en el país y el trabajo se desarrolló bajo el gerenciamiento de Nucleoeléctrica Argentina con la participación del diseñador del área nuclear, CANDU Energy.

La Central Nuclear Embalse finalizó su primer ciclo operativo el 31 de diciembre de 2015, y durante más de 30 años de operación cumplió con los más altos estándares de seguridad. A lo largo de su trayectoria la comunidad internacional del sector nuclear la reconoció por su excelente performance y siempre se mantuvo entre los diez primeros puestos del ranking mundial de centrales nucleares.