Durante el mes de diciembre, la Central Nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en Burgos, España, fue definitivamente desconectada de la red eléctrica y ya se extrajo el combustible del reactor para trasladarlo a la piscina de almacenamiento.
En un comunicado del Consejo de Administración de Nuclenor, la empresa titular de la planta explicó que la decisión de la desconexión se ha tomado tras analizar el impacto que tendría para la empresa la entrada en vigor de la Ley de Medidas Fiscales de Sostenibilidad Energética, aprobada recientemente por el Poder Ejecutivo español.
Según las estimaciones de Nuclenor, esta nueva tasa perjudica sobremanera a la central de Garoña, por la que tendría que pagar 153 millones de euros, lo que llevaría a la empresa a la quiebra.
De esta manera, la central más antigua de España en activo -puesta en marcha en 1971 y generadora de un 6 % de la energía nuclear del país- anticipó su cierre, el cual estaba previsto para el próximo mes de julio de 2013.
