Con el objetivo de reanudar su plan nuclear, Brasil anunció que relanzará la construcción de cuatro centrales nucleares que se sumarán a las dos que ya están en funcionamiento (Angra I y Angra II) y a una tercera que está en plena fase de desarrollo (Angra III, la cual entraría en operaciones en 2018).
Ante el Senado brasileño, el ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, indicó que ya era hora de retomar los proyectos paralizados: “Hemos discutido y debatido mucho al respecto, y la conclusión es que no podemos abandonar la fuente nuclear. Tenemos que dar pasos importantes, osados y con coraje en esa dirección”, aseguró.
Según el funcionario, la idea es que las cuatro nuevas plantas puedan estar operativas para 2030. “Todavía no está definida su ubicación. A priori, dos se situarían en el sudeste y las otras dos en el noreste del país. Hasta el momento hemos evaluado 21 locaciones posibles”, puntualizó.
Brasil dispone, hasta el momento, de una potencia nuclear neta de 1.901 megawatts (Mw), cifra que se obtiene al sumar los 626 Mw de Angra I y los 1.275 Mw de Angra II, lo que constituye un 3% del total de su consumo eléctrico.
Ideada en 1971 y construida con tecnología estadounidense, la primera de las dos usinas fue conectada a la red brasileña en 1982. La segunda, fruto de un acuerdo con Alemania, comenzó a producir comercialmente en el año 2000.
Dotadas de reactores tipo “PWR” (de agua presurizada), ambas centrales se ubican en las costas de Itaorna, en Angra dos Reis, Río de Janeiro. También allí funcionará Angra III, que comenzó a construirse en junio de 2010, y que contará con una potencia de alrededor de 1.245 Mw.
