Debates en torno a la tecnología de la Cuarta Central

A fines de noviembre de 2009, se aprobó por ley la construcción de una cuarta central nuclear en Argentina, cuyo megaproyecto demandará la inversión de varios miles de millones de dólares. Inicialmente, la tecnología de Atucha III iba a ser CANDU (“Canadian Deuteriun Uranium”), pero el proceso de privatización que inició la empresa estatal AECL (Atomic Energy of Canada Limited) obligó a dar marcha atrás con la decisión y abrió la posibilidad para nuevos oferentes.

En este nuevo contexto, las empresas que tienen más posibilidades –y sobre las que el Ministerio de Planificación Federal y la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) deberán pronunciarse en breve– son la canadiense CANDU Energy, la firma rusa Rosatom y la China National Nuclear.

De continuar con la idea de inicial de que la cuarta central sea un ACR-1000 de tecnología CANDU, este tipo de reactor usa agua pesada como moderador y una tecnología similar a la de la planta de Embalse. Eso implica menores costos y tiempos de adaptación y construcción, el uso del agua pesada que produce Argentina en la Planta Industrial de Arroyito y la posibilidad de desarrollar en forma progresiva un programa nucleoeléctrico independiente. Sin embargo, se trata de una tecnología que podría considerarse relativamente atrasada en algunos campos, que no implicaría una transferencia tan importante de nuevos conocimientos, y que generaría una cantidad de residuos de alta actividad mayor que otros modelos.

Las otras dos opciones también tienen sus pros y contras: podrían aportar mayor eficiencia energética, reducirían probablemente los costos de operación y al ser la tecnología que se usa en la mayoría de las plantas en el mundo (agua liviana y uranio levemente enriquecido), implicaría una cantidad más amplia de proveedores posibles, como así también la posibilidad de simplificar el licenciamiento de la central al ser diseños bastante conocidos a nivel internacional.

De estas dos alternativas, la opción rusa (con un reactor AES-2006) es una tecnología probada y segura, mientras que la china (ACP-1000) todavía se encuentra en proceso de certificación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La ventaja de la segunda consistiría en una mejor financiación, algo que le interesa al Gobierno y a la Secretaría de Energía; más allá de que los especialistas consideran como mejor opción tecnológica a la rusa.

Otra posibilidad, que ya comenzaron a considerar varios expertos y autoridades en el campo nuclear, es que la Cuarta Central posea un módulo con tecnología CANDU y agua pesada, y un segundo reactor con uranio levemente enriquecido y agua liviana. Esta “opción mixta”, sin embargo, podría implicar una carga importante a nivel infraestructura.