Echávarri ex DG NEA: «El futuro de la electricidad en Europa es nuclear y renovable»

El exDirector General de la NEA/OCDE, Luis Echávarri, actualmente consultor de grandes empresas de la industria nuclear japonesa y rusa, asegura que «el futuro de la electricidad en Europa es renovable y nuclear». Considera que «la información veraz y objetiva es fundamental para que la sociedad entienda la importancia de una fuente de energía que es básicamente tecnología y prácticamente inagotable y que es esencial para la lucha contra el cambio climático y para unas tarifas eléctricas razonables».

El área de comunicación del Foro Nuclear entrevistó al especialista.

Ha declarado que no se puede aislar a la energía nuclear de las políticas energéticas. ¿Cree que ha habido una tendencia a hacerlo?
Una política energética racional debe seguir los principios básicos de diversificación, competitividad y protección del medio ambiente y la energía nuclear responde muy bien a estos principios. Sin embargo, en muchas ocasiones se ha tratado de descartarla a priori, por razones que nunca han estado claras, ya que la experiencia española es muy positiva y las centrales nucleares de nuestro país cumplen con los estándares más elevados de seguridad. Por otra parte, en la coyuntura actual de tarifas eléctricas muy elevadas y de lucha contra el cambio climático, la energía nuclear es cada vez más esencial dada su competitividad y por no emitir gases de efecto invernadero. La Comisión Europea acaba de reafirmar que el futuro de la electricidad en Europa está en las nucleares, como energía firme, y en las renovables.

¿Considera que la planificación energética tiene que ser una cuestión de Estado?
Desde luego, la energía es esencial para el desarrollo económico y social de nuestras sociedades y su planificación global debería estar basada en un pacto de Estado que responda a esos objetivos de diversificación, competitividad y protección del medio ambiente. Es un error tener una visión ideológica de la energía y demonizar algunas de ellas como sucede a veces, sobre todo con las nucleares. Es una ingenuidad pretender ser los más adelantados en la lucha contra el cambio climático, y dedicar a ello subvenciones desproporcionadas, cuando este problema es global y las emisiones españolas son una parte ínfima de las emisiones totales. Por otra parte, es una contradicción decir que es una prioridad absoluta luchar contra el cambio climático y pretender cerrar las nucleares. Menos aparente ideología y más racionalidad.

Luis Echavarri Estuvo durante 17 años al frente de la Agencia de la Energía Nuclear de la NEA/OCDE hasta su jubilación hasta finales de 2014. ¿Con qué recuerdos y experiencias se queda?
Esta experiencia internacional, con un excelente equipo de colaboradores de muchos países, ha sido muy positiva tanto desde el punto de vista profesional como humano. Lo más importante es haber visto directamente que el mundo es muy grande y que los problemas a abordar son los mismos en todas partes y que el abordarlos conjuntamente beneficia a todos. Por otra parte, el apoyo que he recibido siempre de todos los países miembros y de los Secretarios Generales de la OCDE ha sido extraordinario, cosa que agradezco mucho.

¿Qué objetivos busca esta organización?
Como parte de la OCDE, la Agencia de Energía Nuclear (NEA) trata de que las mejores prácticas y experiencias en materia de energía nuclear estén al alcance de todos en el desarrollo de esta energía de una manera segura y limpia. La NEA dedica la mayor parte de su esfuerzo a la seguridad nuclear en todos sus aspectos tanto técnicos como legales, y pone la visión común de los países más adelantados en esta materia a disposición de todos. Además, la Agencia publica estudios en materias de economía y de desarrollo tecnológico de la energía nuclear que son una referencia mundial.

¿Cómo transcurre actualmente su trabajo de consultoría a nivel internacional en temas nucleares y energéticos?
Es muy interesante poder estar en contacto con proyectos importantes que se desarrollan en países como Japón y Rusia. En Japón como Asesor Internacional de IRID (Internacional Research Institute for Nuclear Decommissioning) colaboro en la gestión para el desarrollo de la tecnología y los robots necesarios para extraer el combustible fundido de los reactores de Fukushima, el reto más importante para el desmantelamiento total de la central. Presido el Consejo de Expertos Internacionales de ROSATOM, que asesora a esta empresa en su proceso de globalización para su transformación desde un Ministerio a una verdadera multinacional. ROSATOM se ha convertido en el mayor exportador de tecnología nuclear del mundo, con 25 centrales de nueva construcción comprometidos en 9 países y suministrando bienes y servicios en todo el ciclo nuclear. Asesorar a una empresa de cerca de 260.000 empleados y 400 entidades y con una gran experiencia nuclear es también un reto muy atractivo.

Fue Consejero del Consejo de Seguridad Nuclear de 1987 a 1994. ¿Cómo valoraría esos años?
Ya desde 1985 había sido Director Técnico del Consejo, participando en la organización y desarrollo de la Dirección Técnica y en el licenciamiento de las centrales en construcción, lo que me dio una visión muy directa de la función del Consejo. Como Consejero tuve una visión también muy directa del proceso político que acompaña a la función del Estado en materia nuclear y a la importancia de la gestión colectiva en la toma de decisiones sobre seguridad nuclear. Fue muy importante para mí colaborar en la consolidación del Consejo como el referente objetivo de la sociedad española para asegurar que las centrales de nuestro país cumplen con los requisitos de seguridad más estrictos de los países más adelantados en tecnología nuclear y que siguen las recomendaciones y estándares de las Organizaciones Internacionales del campo nuclear como el OIEA y la NEA/OCDE.

También fue Director General de Foro Nuclear de 1995 a 1997. Si me he informado bien, creó el departamento de Comunicación, una muestra de la visión que tenía usted ya por entonces de la importancia de comunicar. ¿Considera que el sector nuclear no ha sabido contar bien los beneficios de la energía nuclear?
Efectivamente, creo que la información veraz y objetiva es fundamental para que la sociedad entienda la importancia de una fuente de energía que es básicamente tecnología y prácticamente inagotable y que es esencial para la lucha contra el cambio climático y para unas tarifas eléctricas razonables. El papel que la energía nuclear ha jugado, juega y jugará en el futuro en España es crucial para su desarrollo económico y social y es necesario informar a la sociedad. El Foro Nuclear, como representante de la industria, tiene un papel importante en la comunicación, pero no debería ser el único, y la verdad es que está muy solo. El sector nuclear quizá no ha sabido comunicar suficientemente bien, pero creo que el problema ha sido más complejo que eso, el sector político español nunca ha sido un gran promotor de tecnologías, no sólo nuclear. No se da cuenta de que los países que tienen un desarrollo importante, no sólo económico sino también social, son líderes en tecnología. La visión administrativa de la expansión española y el ‘que inventen ellos ´ ha hecho un daño bastante irreparable a nuestro país.

En su experiencia internacional, ¿por qué cree que hay sociedades más partidarias de la energía nuclear que otras?
Creo que la percepción de la importancia de la tecnología y la buena articulación social difiere de unos países a otros y es fundamental para una amplia aceptación social. El consenso político de una mayoría clara es necesario para desarrollar la energía nuclear y un programa nuclear no puede decidirse por el 50% de los votos en un Parlamento, es necesario una fuerte mayoría que asegure la consistencia de la política energética a largo plazo. Un ejemplo muy cercano a nosotros es Francia, donde, aunque con cierto debate, derecha e izquierda han defendido siempre la importancia de las centrales nucleares para el país. Hay que trabajar para alcanzar un consenso político para una política energética razonable.

¿Qué futuro cree que tendrá la energía nuclear en nuestro país? ¿Y en Europa?
La energía nuclear es una realidad en nuestro país. Produce el 20% de la generación eléctrica y, en la Unión Europea, el 25%, y creo que en el futuro continuará siendo una energía esencial. La Comisión Europea ha reiterado, tal y como he indicado antes, que el futuro de la electricidad en Europa es renovables y nucleares. Europa está saliendo de una gran crisis económica en la que la demanda de electricidad no ha crecido excesivamente. En cuanto Europa salga definitivamente de esta crisis, y si no hay otra próxima, la demanda eléctrica crecerá y la oportunidad de construir nuevas centrales nucleares aparecerá de una forma natural. En nuestro país espero que las centrales nucleares hoy en operación completen su vida útil que hoy por hoy es de 60 años. Las tecnologías que tenemos ya tienen licencia en Estados Unidos para completar este período. El país tiene suficiente capacidad eléctrica instalada, pero dentro de unos años, si entramos en un periodo de alto crecimiento, la necesidad de nuevas centrales nucleares, aunque hoy no lo veamos, aparecerá.

¿Qué le gustaría añadir?
Me gustaría recalcar la importancia del factor humano en el desarrollo nuclear. El compromiso de nuestras sociedades con continuar gestionando las centrales en operación y su posterior desmantelamiento y gestión de los residuos implica la necesidad de formar suficientes técnicos para el futuro. Hay que atraer científicos y técnicos a las diferentes especialidades nucleares y proporcionarles una formación adecuada y que participen también en el desarrollo de nuevas tecnologías nucleares. Creo que hay que sentar también las bases para desarrollar este factor humano de cara a en el futuro poder desarrollar un nuevo programa nuclear sin perder la experiencia adquirida después de tantos años. Sería un desastre perder las empresas y entidades de primera línea que se han desarrollado en este campo tecnológico, operadores, ingenierías, fabricantes, de servicios, residuos, seguridad, y volver a partir del principio otra vez.