Argentina participó de la Iniciativa del OIEA de Armonización y Estandarización Nuclear de los Reactores Modulares Pequeños. El lanzamiento de esta iniciativa reunió a organismos reguladores, empresas industriales y operadores de 33 países.
Se realizó el lanzamiento de la Iniciativa de Armonización y Estandarización Nuclear de los Reactores Modulares Pequeños (SMR, por su sigla en inglés), del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que se desarrolló el 23 y 24 de junio de 2022, en Viena, Austria.
Esta nueva iniciativa (NHSI, por su sigla en inglés), impulsada por el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, reunió por primera vez a altos directivos de los organismos reguladores nucleares y líderes de la industria para facilitar el despliegue seguro de los SMR, con la contribución que representan para la consecución de las emisiones netas de CO2 para 2050.
Participaron 125 representantes de 33 países que se abocaron a dos líneas de trabajo complementarias – una para los reguladores y otra para las empresas industriales, promotores y operadores, a fin de desarrollar un plan de trabajo conjunto que contemple los posibles enfoques que podrían adoptarse en el proceso de implementación del NHSI.
La República Argentina participó activamente de la reunión, con representantes de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA).
Los beneficios que podría traer el despliegue de los SMR para cumplir con los compromisos ambiciosos pero urgentes del Acuerdo de París para fortalecer la respuesta global al cambio climático, así como a la seguridad energética.
La construcción y tareas de licenciamiento del Reactor Prototipo CAREM 25, que Argentina está desarrollando.
Las características de esta tecnología: modularidad, operación natural, alta probabilidad de prevención de accidentes severos y el potencial para mitigar cualquier impacto radiológico, entre otras.
El cumplimiento de los compromisos jurídicos y políticos vinculantes, como la Convención de Seguridad Nuclear y la Declaración de Viena sobre Seguridad Nuclear, respectivamente.
Los criterios probabilísticos adicionales que presentan coherencia y consistencia frente a situaciones de seguridad, tanto reales como potenciales, y aplicables a cualquier tipo de reactor.
Por su parte la ARN puso a disposición de esta iniciativa un documento con la propuesta de elaborar un Código de Conducta, adecuado para facilitar el consenso y resolver los problemas asociados a los desafíos regulatorios que presenta la nueva generación de los SMR. El objetivo principal sería simplificar el sistema regulatorio actual, que fue desarrollado para diferentes tipos de reactores y, al mismo tiempo, fortalecer la seguridad, aprovechando las ventajas que ofrecen los SMR en este sentido.
Los principales puntos acordados fueron:
- Los beneficios que podría traer el despliegue de los SMR para cumplir con los compromisos ambiciosos pero urgentes del Acuerdo de París para fortalecer la respuesta global al cambio climático, así como a la seguridad energética.
- La construcción y tareas de licenciamiento del Reactor Prototipo CAREM 25, que Argentina está desarrollando.
- Las características de esta tecnología: modularidad, operación natural, alta probabilidad de prevención de accidentes severos y el potencial para mitigar cualquier impacto radiológico, entre otras.
- El cumplimiento de los compromisos jurídicos y políticos vinculantes, como la Convención de Seguridad Nuclear y la Declaración de Viena sobre Seguridad Nuclear, respectivamente.
- Los criterios probabilísticos adicionales que presentan coherencia y consistencia frente a situaciones de seguridad, tanto reales como potenciales, y aplicables a cualquier tipo de reactor. Esta es una de las principales contribuciones que la ARN podría ofrecer para abordar los desafíos regulatorios de los SMR.
- El enfoque de la ARN de utilizar criterios probabilísticos de seguridad, que no está dirigido a realizar un estudio “confirmatorio” a posteriori del riesgo de la instalación nuclear que se está considerando. El objetivo es comprobar “a priori” que la prevención de accidentes nucleares es coherente y consistente con los principios fundamentales de seguridad.