Desmantelar la accidentada central nuclear japonesa de Fukushima demandará más de 30 años de trabajo y costará más de 2 billones de yenes (unos 17.598 millones de euros), según una proyección del Ministerio de Industria nipón difundida el pasado martes 25 de octubre.
Esta nueva estimación supera lo inicialmente presupuestado por Tokyo Electric Power (TEPCO), la empresa operadora de la planta, que en un principio calculó que los gastos superarían los 80.000 millones de yenes (cerca de 704 millones de euros).
El Ministerio japonés de Economía, Comercio e Industria presentó esta nueva estimación en la reunión de un comité de expertos establecido para ayudar a financiar las operaciones de desmantelamiento y reformar la gestión de TEPCO, intervenida por el Estado nipón desde 2012.
Entre otras medidas, este comité de expertos estudia reestructurar TEPCO, ya que la operadora tuvo que solicitar un paquete de ayuda extra al Gobierno para poder hacer frente a los costos del desmantelamiento de la planta, la limpieza de zonas contaminadas y las compensaciones a los afectados por el accidente.
Asimismo, para poder desmantelar Fukushima, TEPCO tiene primero que investigar cómo retirar el combustible fundido del interior de los reactores y cómo evitar que el agua contaminada anegue las instalaciones.