Cuba depositó ante el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el Instrumento de ratificación de la Convención de Seguridad Nuclear (CNS) y el de adhesión a la Convención Conjunta sobre Seguridad en la Gestión del Combustible Gastado y sobre Seguridad en la Gestión de los Desechos Radiactivos (Convención Conjunta). De esta manera, la isla se convierte en la Parte Contratante número 82 de la CSN y el número 76 de la Convención Conjunta.
Ambas Convenciones, en vigor para Cuba a partir del 1° de octubre, integran el grupo de instrumentos jurídicos internacionales sobre Seguridad Nuclear adoptados bajo los auspicios del OIEA, junto a las dos convenciones sobre emergencias: la Convención sobre Asistencia en caso de Accidente Nuclear o Emergencia Radiológica y la Convención sobre la Pronta Notificación de Accidentes Nucleares, de las que Cuba es Estado Parte desde el 8 de enero de 1991.
La Convención de Seguridad Nuclear fue adoptada en Viena el 17 de junio de 1994 con el objetivo de conseguir y mantener un alto grado de seguridad nuclear en todo el mundo y entró en vigor el 24 de octubre de 1996. Cuba firmó la CSN el 20 de septiembre de 1994 y ahora se suma a las 81 Partes Contratantes.
Esta Convención se basa en el interés común de las Partes para lograr niveles más altos de seguridad, que se desarrollan y promueven mediante reuniones periódicas en la que las Partes están obligadas a presentar informes sobre el cumplimiento de sus obligaciones. Los informes nacionales de los países son examinados por las Partes Contratantes, que pueden presentar preguntas y observaciones por escrito. Este mecanismo, denominado “revisión por homólogos o pares”, es el principal elemento innovador y dinámico de la Convención de Seguridad Nuclear.
En tanto, la Convención Conjunta sobre Seguridad en la Gestión del Combustible Gastado y sobre Seguridad en la Gestión de los Desechos Radiactivos fue adoptada en Viena el 5 de septiembre de 1997 y entró en vigor el 18 de junio de 2001. Es el primer instrumento jurídico vinculante que aborda la cuestión de la seguridad de la gestión del combustible gastado y los desechos radiactivos a escala mundial, mediante un proceso similar de revisión al de la Convención sobre Seguridad Nuclear.