Un equipo interdisciplinario de científicos argentinos desarrolló un biomaterial con propiedades similares al hueso y que, en el futuro, podría aplicarse para regenerar el tejido en casos de traumas, tumores o incluso implantes dentales. El proyecto lleva cuatro años de desarrollo y actualmente se encuentra en la fase de diseño de producto.
En experimentos de laboratorio, el biomaterial probó ser biocompatible y tener atributos mecánicos superiores a los de productos similares reportados en la literatura. “Nuestro biomaterial es apto para ser aplicado en neurocirugía, traumatología, cirugía maxilofacial e incluso implantología odontológica. Y permitiría evitar la necesidad de tomar injertos de otra parte de cuerpo”, señaló el doctor Cristian Martínez, cirujano maxilofacial e investigador del Instituto de Bioingeniería Médica de la UBA, a la prensa.
El biomaterial fue íntegramente desarrollado en Argentina y recibió de la Academia Nacional de Odontología el premio Fundación René Barón como la investigación más relevante de 2017 en esa disciplina.
Del avance también participan Carlos Fernández y Andres Ozols, de la UBA; Miguel Prado, del Centro Atómico Bariloche y de la Comisión Nacional de Energía Atómica; y Daniel Olmedo, del CONICET y de UNCUYO.
Esta semana la CNEA también informó sobre los avances de en un nuevo compuesto para producir reemplazos óseos para implantes «especialmente de cadera». La gerenta de Tecnología y Aplicación de las Radiaciones Ionizantes, Celina Horak brindó detalles del desarrollo y explicó que se trata de “composite de material sintético generado a partir de un polietileno con hidroxiapatita matriz mineral de los huesos, para obtener un producto biocompatible”.
El composite es un material muy resistente constituido generalmente por fibras de vidrio, de carbono, de boro o de cerámica y que se emplea tanto en las prótesis dentales, por ejemplo, como en la industria. La ventaja de este nuevo material es que al ser tratado con radiaciones, ello genera «una especia de malla sobre el polímero, una reticulación, que impide que se desgaste” (…) que “en condiciones fisiológicas, es decir, cuando el material ya fue implantado en un paciente, permite que se obtenga un mejor anclaje entre el hueso y la prótesis, haciéndola más durable y minimizando la necesidad de recambios con el paso del tiempo», según explica la especialista Horak.
Las técnicas para irradiación de polímeros son consideradas más seguras que las que utilizan químicos, logrando además que la reticulación del material tratado sea más eficiente. Los últimos avances en el sector del tratamiento
con radiaciones están dando lugar a usos más novedosos e innovadores de los polímeros irradiados, como láminas de hidrogel para uso médico, en el tratamiento de quemaduras y heridas, y para su uso en radioterapia, en el tratamiento del cáncer.