En el contexto del Día Internacional de la Mujer, el área de copmunicación del Instituto Balseiro invitó a tres profesoras de física e ingeniería a reflexionar sobre qué implica ser mujer y trabajar en ciencia y tecnología. También comparten recuerdos de su infancia vinculados con el despertar de su vocación profesional. Tres historias para inspirarse y reflexionar.
En el mundo, cada 8 de marzo se realizan actividades que realzan la importancia de los avances logrados en la lucha por la igualdad de género y también remarcan los desafíos pendientes. Incluso en muchos países se celebra la semana o el mes de la mujer, con el objetivo de despertar reflexiones sobre diversas temáticas. En la ciudad de Bariloche, el Área de Comunicación del Instituto Balseiro consultó a una doctora en física y dos doctoras en Ingeniería que son docentes de esta institución para hablar sobre qué significa ser mujeres y científicas con el objetivo de inspirar y llamar a la reflexión.
Además de responder preguntas para esta nota, las profesoras del Balseiro que participaron de esta iniciativa se sumaron a la grabación de tres videos que están disponibles en las redes sociales. Ellas son: Yanina Fasano, que es Doctora en Física egresada del Instituto Balseiro (Comisión Nacional de Energía Atómica y Universidad Nacional de Cuyo), Fabiana Gennari, Doctora en Ingeniería por la Universidad Nacional de La Plata, y Sol Pedre, doctora en ingeniería por la Universidad de Buenos Aires. Gennari y Pedre son investigadoras de la CNEA, y Fasano y Gennari lo son del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en distintos laboratorios del Centro Atómico Bariloche.
MUJERES EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA
La primera pregunta realizada a las tres docentes fue qué reflexión podían hacer a partir del hecho de ser mujeres y científicas o tecnólogas, en el contexto del Día Internacional de la Mujer. “Para mí ser mujer y científica implica divertirme haciendo lo que siempre soñé desde pequeña: tratar de dilucidar los misterios que nos presenta la naturaleza desde una mirada de los procesos físicos involucrados, predecir lo que puede llegar a ocurrir en situaciones controladas, y el tratar de dar y comunicar la mejor descripción posible de ese conocimiento básico a los actores tecnológicos con la esperanza de producir tecnologías, dispositivos y programas que mejoren la calidad de vida de las personas en el mundo”, describe Yanina Fasano.
“Esas son mis expectativas de ‘mujer científica’, no muy distintas a las de un hombre porque en definitiva el conocimiento científico y la construcción racional del mismo no tiene género”, agrega Fasano, que investiga en el campo de los materiales súper conductores, en el Laboratorio de Bajas Temperaturas del Centro Atómico Bariloche. Para Fasano, ser mujer y científica se ha convertido a lo largo de los años en su profesión, su mettier y su ‘saber hacer’ compartido con estudiantes y colegas. Enfatiza que tiene esperanza de poder transmitir toda la pasión que siente por tratar de entender un problema a otras personas “con interés y curiosidad por desenmarañar la realidad física del mundo”.
Por su parte, la doctora en Ingeniería Fabiana Gennari, que investiga en el área de energías y medioambiente y que es Jefa del Departamento de Fisicoquímica de Materiales de la Gerencia de Investigación Aplicada (GIA-CNEA), reflexiona que se está viviendo a nivel nacional y mundial un gran movimiento por la defensa de los derechos de la mujer en la sociedad. “Siento que ser mujer y científica hoy por hoy es una gran responsabilidad. Por la actividad que realizamos, estamos expuestas, podemos ser la voz de otras mujeres que no pudieron estudiar, que no tuvieron las mismas oportunidades. Somos observadas y juzgadas por nuestros pares, y por ser mujer posiblemente con más dureza”, dice Gennari, que es egresada de Ingeniería Química por la Universidad Nacional del Comahue. Y agrega que también las científicas pueden ser un modelo a seguir.
La ingeniera destaca que desde su lugar trata de defender la igualdad de oportunidades y en pos de que se reduzca la brecha de género en los sectores de ciencia, tecnología e ingenierías. “Si bien a lo largo de los últimos años he observado que la cantidad de mujeres ha aumentado en el ámbito científico, los números aún son desiguales. Las mujeres siguen siendo minoría, y en general están subprepresentadas en los puestos de toma de decisiones. El cambio que se busca debe lograr la participación plena y equitativa de las mujeres por sus capacidades, mediante el reconocimiento de sus cualidades intelectuales y académicas”, expresa Gennari.
Sol Pedre es Doctora en Ciencias de la Computación, egresada de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. En la actualidad es Jefa de División de Robótica y Automatización del proyecto CAREM, de la CNEA. Ante la consulta de qué significa ser mujer y científica, responde: “Primero, diría que implicó, la amplia mayoría del tiempo, ser la única. En las materias que cursé a partir de segundo o tercer año en la facultad, en las que di clase y en todos mis grupos de trabajo, acá y en el exterior, hasta hace muy poco tiempo. La ingeniería es un área muy masculinizada, y en el área de robótica es bastante impresionante”, reflexiona.
Pedre comenta que durante mucho tiempo no reflexionó sobre el tema de género y que aún en el ámbito universitario, no había debates en ese campo. “Hace pocos años, de la mano del asombroso movimiento de mujeres que empezó a cuestionar mucho de los patrones establecidos como ‘normales`’, empecé a darme cuenta y a revisar un poco mi propia historia y darme cuenta de cosas que me pasaron y que no tenía tan presentes”, dice la profesional. Y opina que es fundamental visibilizar la vivencia de las mujeres en el ámbito científico tecnológico, que se empiece a debatir el tema de género y que se formen colectivos de mujeres, además de que se concreten políticas institucionales al respecto.
RECUERDOS DE LA INFANCIA
La segunda pregunta realizada a las tres profesoras del Balseiro tuvo que ver con el despertar de la vocación científica. ¿Qué recuerdo de la infancia vinculado con ese despertar podían mencionar para esta nota? Yanina Fasano cuenta que sus primeros recuerdos de cuando tenía 4 o 5 años se vinculan con la observación del cielo y las estrellas durante las noches de verano en su ciudad natal, San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe, mientras escuchaba las charlas entre sus padres y sus abuelos.
“Sólo prestaba atención a las estrellas y me preguntaba qué aspecto tendrían las superficies de esos cuerpos celestes, por qué las vemos desde la tierra, por qué dicen los adultos que es imposible llegar ya que se requieren millones de años luz, y qué es un año luz”, cuenta. También menciona que el encuentro con las matemáticas y con la física ya en la escuela forma parte de sus recuerdos vinculados con la ciencia.
Fabiana Gennari elige, entre sus recuerdos de la infancia, a su abuelo. “Recuerdo que cuando iba a la primaria, pasaba las tardes en la bodega de mi abuelo. Me fascinaba observar los procesos a los que se sometía la uva hasta llegar a ser el vino, preguntaba, participaba en lo que podía”, cuenta la ingeniera.
“También miraba con preocupación el uso de los pesticidas en los frutales, me interesaba saber el efecto sobre las personas, la tierra, el agua de los canales de riego”, comenta. Y agrega: “Estos eventos que me rodeaban fueron un motivador: preguntas, búsqueda de respuestas en las enciclopedias y libros de casa…..Luego de varios años tuve la oportunidad de estudiar algunos de estos temas en la universidad”.
En el caso de Sol Pedre, la Licenciada en Ciencias de la Computación recuerda que su padre tiene una biblioteca en casa con muchos de los libros clásicos de la ciencia ficción; y que desde chica ella se los devoraba. “Como nota de color, encontrar una mujer protagonista entre los libros de la ciencia ficción clásica es un desafío”, comenta. Y cuenta que luego se interesó por la astronomía, que se pasaba noches buscando constelaciones y que quería ser astronauta. Así empezó a participar en las olimpiadas matemáticas.
Pedre también menciona que su padre es ingeniero y su madre, bioquímica por lo que la ciencia siempre estuvo presente en su casa. Y que desde chica siempre tuvo una avidez por entender, por conocer, por saber por qué. Luego llegó a la universidad y se fascinó con la matemática, la computación y la ingeniería como herramientas para modificar la realidad.
ALGUNAS REFLEXIONES MÁS
Por último, se invitó a las tres profesionales a agregar alguna reflexión en el contexto del Día Internacional de la Mujer y teniendo en cuenta que tanto esta nota como los videos que se publicaron en este contexto se realizan desde una institución de formación universitaria: el Instituto Balseiro.
Fasano destacó que es importante dejar de lado prejuicios de que hacer física o ingeniería es aburrido, muy difícil o que no es para mujeres. “En mi perfil de redes sociales tengo una foto con los pelos parados por estática y la frase ‘la ciencia despeina’. Creo que eso produce la ciencia: no te deja inmutable, no pasa por tu vida sin que lo notes, pasa y te despeina, te fascina, te divierte, te apasiona, y te da enormes satisfacciones”, expresa Fasano. Y agrega que dedicarse a este campo implica una “especie de gimnasia de honestidad intelectual permanente”, ya es una invitación permanente a seguir intentando entender algo.
Para Fabiana Gennari, es crucial reflexionar sobre la necesidad de construir entre todos una sociedad más equitativa, donde las niñas y las mujeres sean parte fundamental, donde puedan ser escuchadas, consideradas e incluidas. “Soy consciente que el proceso de cambio es lento. Se deben superar prejuicios y estereotipos arraigados desde hace mucho tiempo, los que han sido responsables de mantener a niñas y mujeres alejadas de sectores relacionados con la ciencia. El cambio es posible, debemos construir esta sociedad sostenible entre todos”, destaca la ingeniera.
Sol Pedre destaca que el tema de las mujeres en la ciencia y la tecnología es un tema que requiere mucha reflexión y análisis. Aunque suene trillado, destaca que es importante insistir en que la ciencia y la tecnología “sí es cosa de chicas”, que es un camino apasionante de desarrollo profesional a seguir, más allá de que siga siendo difícil a veces compatibilizar este desarrollo con otros aspectos de la vida como mujeres, como la maternidad. Y menciona algunos avances recientes: “Recién el año pasado logramos que se tenga en cuenta en la evaluación de los antecedentes para la dirección de los subsidios científicos si la persona que se postula fue madre en los últimos cinco años, y hace pocos días logramos que se incorpore como derecho la franquicia horaria para las adaptaciones de los niños al jardín maternal y para asistir a los actos escolares”, sintetiza. Y reflexiona que hay mucho camino por hacer, pero que hay mucho que se está haciendo.
El pasado domingo 8 de marzo, la Organización de Naciones Unidas publicó en su sitio web un artículo sobre el Día Internacional de la Mujer. En el mismo, se expresó que este día, cada año, es “un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”. En ese contexto, sólo resta expresar que historias de mujeres científicas hay muchísimas, de aquí y de allá, y de todas partes…. Contarlas y visibilizarlas es otra historia, no sólo los días dedicados a la temática: cada pequeño granito de arena cuenta.
Fuente: IB. Por Laura García Oviedo. Área de Comunicación Institucional del Instituto Balseiro.