Paralizan la planta de Dioxitek en Formosa: los riesgos de la desfinanciación

El proyecto estaba destinado a producir dióxido de uranio (UO₂).

El Gobierno nacional paralizó el proyecto de la Nueva Planta de Uranio (NPU) de Dioxitek en Formosa por la falta de transferencias comprometidas por parte del Tesoro de la Nación. Este proyecto estaba destinado a producir dióxido de uranio (UO₂). La desfinanciación repercutirá negativamente en los reactores, que no tendrán lo necesario para funcionar, y causará un grave daño a la matriz energética nacional.
Asimismo, la paralización lleva a la pérdida de empleos especializados y al abandono de infraestructura e instalaciones al 70% de su avance, lo cual representa una pérdida de inversión para el Estado nacional por 150 millones de dólares. También impacta negativamente en la economía regional y en las numerosas contratistas involucradas en el proyecto, las cuales hoy exigen el pago de los compromisos asumidos, generando un perjuicio económico significativo y potenciales conflictos legales.

Dioxitek abastece el 7% de la energía eléctrica nacional. La complementación de esta planta con la actual en Córdoba es crucial para mejorar la eficiencia y asegurar el suministro continuo de combustible nuclear necesario para las centrales de Atucha I, Atucha II, y Embalse.
Dioxitek es líder regional en la producción de UO₂ y en la fabricación de fuentes selladas de Cobalto-60 (Co-60), utilizado en diversos sectores como la medicina y la industria alimentaria. Todas estas tecnologías son exportadas a Canadá y Chile.

El expresidente del Directorio de Dioxitek, Julio René Aráoz, aseguró que la paralización de la planta de Formosa perjudica a toda la industria energética de Argentina. «La construcción de la planta tenía por objetivo fortalecer la capacidad de proporcionar energía limpia y confiable con tecnología única en el país y una de las pocas en Sudamérica, significaba una gran innovación», precisó.
En relación a ello, Aráoz remarcó que «todas las operaciones iban a estar automatizadas y controladas digitalmente».

La planta iba a minimizar el impacto ambiental y a eliminar la necesidad de desechar líquidos, al adoptar un enfoque de vertido líquido cero.
El futuro de la planta de Dioxitek en Córdoba, que ya enfrenta desafíos regulatorios, también está supeditado al avance del proyecto NPU en Formosa. La renovación del permiso para su operación más allá de diciembre de 2024 depende directamente del progreso de Dioxitek en Formosa.