Durante el acto que se realizó el pasado viernes 31 de mayo en conmemoración del Día Nacional de la Energía Atómica y del 63º aniversario de la Comisión Nacional de Energía Atómica, el ingeniero Mauricio Bisauta, vicepresidente de la CNEA, recordó el penoso estado del sector durante la década de los 90 y su posterior reactivación gracias a las políticas estatales.
Al respecto, aseguró que “políticamente, no podemos tener ningún tipo de reparos por lo que han hecho con nosotros. Han confiado en nosotros: nos han incrementado el presupuesto, nos han incrementado la plantilla, hemos mejorado en lo edilicio, hemos recuperado laboratorios, hemos recuperado capacidades individuales, hemos repatriado profesionales, hemos crecido y estamos creciendo. Estamos transitando ni más ni menos lo que habíamos planteado un grupo de militantes allá por el año 2003 y 2004.”
En este sentido, Bisauta recordó que los intereses hacia la actividad nuclear planteados en la década del ’90 no pasaban por entender que sus trabajadores tenían un rol que cumplir para la sociedad. Concretamente, aseguró “no estábamos en el eje de la conducción política y la estrategia política de los años 90”.
“No existía un horizonte de largo plazo –continuó Bisauta– porque nadie podía garantizar lo que está garantizando hoy, donde se plantea la extensión de vida de Embalse, la extensión de vida de Atucha I, donde se está planteando la culminación exitosa y puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha II”.
El vicepresidente de CNEA, también hizo referencia a que antes existía un proyecto puertas afuera de los límites de Argentina: “Veíamos con agrado que podíamos exportar tecnología nuclear, pero no le podíamos dar contención a cada uno de los trabajadores de la actividad. Teníamos capacidades para exportar pero no teníamos capacidades para desarrollar nuestra propia tecnología, nuestra propia soberanía, y nuestras propias capacidades de poner en marcha un reactor, ya sea de potencia, o de investigación, o sea una facilidad crítica, enriquecimiento de uranio, minería o radioisótopos”.
“El proceso era para afuera. No era para dentro”, enfatizó Bisauta. “Algunos, en forma de parodia y ficción, hablan del ‘para todos’, y yo creo que la CNEA no está fuera del ‘para todos’. ‘Para todos los trabajadores’ y ‘para todas las empresas’ que han podido desarrollarse gracias a las decisiones políticas tomadas sistemáticamente en el año 2003 por Néstor Kirchner, en el año 2007 y 2011 por la presidenta Cristina”.
Asimismo, admitió que la política nuclear no está exenta ni sale del escenario de la década ganada: “Podemos estar más o menos de acuerdo con la ‘década ganada’ –argumentó– lo que no podemos negar es que la actividad nuclear ha ganado una década en estos últimos años y está recuperando la que perdió en los 90.
Por otro lado, Bisauta subrayó la inminente necesidad de mirar hacia el futuro: “Si no entendemos qué futuro queremos, todo lo que se construyó en estos años va a terminar fácticamente con los modelos de los ’90, donde va a ser más fácil utilizar nuestras capacidades para desarrollarlas puertas afuera de la Argentina y no puertas adentro. Este es el desafío que tenemos los que conducimos hoy la CNEA y los otros sectores de la actividad nuclear en Argentina. Nuestra obligación es capacitar a dónde vamos, porque si no tenemos claro hacia dónde vamos, más allá de los proyectos que están consolidados, nos vamos a quedar a mitad de camino”.
Finalmente, aseguro que “de ninguna manera vamos a dilapidar nuestros propios crecimientos, ni nuestra propia capacidad intelectual, ni nuestra presencia en el ámbito internacional, sólo porque potencialmente pueda haber un cambio de gobierno. Esa es nuestra obligación y tenemos dos años para consolidarlo”, concluyó.