Google usará energía nuclear para sus centros de datos de inteligencia artificial

La compañía firmó contrato con Kairos Power.

Google anunció que se asoció con la startup Kairos Power para construir siete reactores nucleares modulares en Estados Unidos. Estos serán más pequeños que los reactores existentes y esperan utilizarlo para dotar de energía a centros de datos de inteligencia artificial. La empresa afirma que el acuerdo con Kairos Power permitirá comenzar a utilizar el primer reactor en esta década y añadir más para 2035.

Las empresas tecnológicas buscan fuentes de energía para suministrar la gran demanda de electricidad que requieren los enormes centros de datos que impulsan la IA. «Creemos que la energía nuclear puede desempeñar un papel fundamental en nuestro crecimiento limpio y contribuir al progreso de la IA», declaró en rueda de prensa el director de Energía y Clima de Google, Michael Terrell.

Se prevé que el primero de una serie de pequeños reactores modulares (SMR) desarrollados por Kairos como resultado de su acuerdo con Google esté en línea a finales de esta década, según las empresas.

El mes pasado, Microsoft llegó a un acuerdo para reiniciar las operaciones en la planta de energía de Three Mile Island, el sitio del peor accidente nuclear de Estados Unidos en 1979.
En marzo, Amazon anunció que compraría un centro de datos alimentado por energía nuclear en el estado de Pensilvania.
«Este acuerdo ayuda a acelerar una nueva tecnología para satisfacer las necesidades energéticas de manera limpia y confiable, y desbloquear todo el potencial de la IA para todos», comunicó la empresa californiana.

Jeff Olson, ejecutivo de Kairos, remarcó que el acuerdo con Google «es importante para acelerar la comercialización de la energía nuclear avanzada al demostrar la viabilidad técnica y de mercado de una solución crucial para descarbonizar las redes eléctricas».

Cabe mencionar que las compañías no dieron detalles sobre el valor del acuerdo ni sobre dónde se construirán las plantas. Los planes aún deben ser aprobados por la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, así como por agencias locales, antes de que puedan continuar.