El presidente del Directorio de la Autoridad Regulatoria Nuclear, doctor Francisco Spano, brindó una entrevista exclusiva a U-238 en la que repasó los objetivos de los simulacros de emergencias. Además, resaltó la importancia de la participación ciudadana en estos ejercicios.
¿Qué objetivos tiene la realización de un simulacro como el que se llevó a cabo recientemente en Atucha?
Un simulacro es la implementación material de las consignas, acciones necesarias y formas de implementación contenidas en el Plan de Emergencia (PE) de una instalación. Ese plan, en contenido y extensión, es compatible con el riesgo asociado a dichas instalaciones o prácticas nucleares.
El objetivo central de dichos simulacros es poner en práctica la implementación de esas contramedidas a fin de mitigar los efectos estocásticos y eliminar los efectos determinísticos, consecuencia de los efectos de las radiaciones ionizantes liberadas por el accidente. Así las cosas, es fundamental desarrollar estas prácticas de implementación porque es la manera de confirmar que se está preparado para actuar, contrarrestando la acción de esas radiaciones.
Además, en el concepto de “defensa en profundidad” el Plan de Emergencia y el simulacro de implementación correspondiente es la última barrera de acción frente a este tipo de eventos.
¿Cómo han visto la participación de la sociedad? ¿Creen que hay un grado importante de compromiso por parte de la población en estos eventos?
Los simulacros se vienen desarrollando por norma desde el inicio de la operación de las centrales nucleares: en el caso de Atucha desde 1974 y en Embalse desde 1983. Estos simulacros se han ido perfeccionando y mejorando a lo largo de los años. El elemento central que se ha tratado de mantener en un estándar alto y permanentemente es la información con que debe contar el ciudadano que potencialmente puede estar afectado por un accidente y su necesaria participación en los ejercicios. Resumiendo, es la única garantía de éxito para la implementación de las contramedidas de mitigación.
¿Qué evaluación puede hacer del ejercicio?
Luego de este tipo de ejercicios se hacen dos tipos de evaluaciones. La primera se realiza a un par de horas de finalizado el simulacro, con todos los actores presentes y aún en “caliente”. La otra evaluación es más elaborada y pensada, y puede realizarse hasta un mes después de finalizado el simulacro. Por ahora, podemos hablar solo de la primera evaluación y se puede decir que se han alcanzado los objetivos propuestos para este simulacro, que por supuesto cada año se modifican para ejecutar y practicar todas las facetas que se presentan tanto en el Plan de Emergencia como en el simulacro en si mismo.
En primer instancia creemos que se alcanzaron los objetivos, la gente participó masivamente, el rol de cada institución participante fue desarrollado y cumplido correctamente (fuerzas de seguridad, defesa civil, gobierno municipal, etc.)
¿Qué medidas se tomaron dentro de la Central Nuclear como parte del simulacro?
La instalación fue llevada a “parada segura” adecuadamente, que es otro aspecto muy importante del simulacro. Es decir, contrarrestar la evolución negativa del accidente sobre la instalación, operar y tomar medidas para detenerla en condiciones de refrigeración garantizada, etc. Obviamente, esta es la única forma de eliminar la “fuente de emisión radiactiva” al ambiente.