Por Marina Lois. En U-238 Noviembre 13
Para consolidar el papel estratégico que en materia nuclear Argentina juega en América Latina, la CNEA establece una multiplicidad de relaciones, tanto a nivel internacional como nacional, en los ámbitos científicos y tecnológicos. Facundo Deluchi, Gerente de Relaciones Institucionales de la CNEA, explicó a U-238 las razones que ubican a la Argentina en un lugar de privilegio en América Latina en el ámbito nuclear. También, analizó las condiciones de un incipiente crecimiento de la región con los principios de no proliferación y cooperación como ejes centrales de ese desarrollo.
¿Cuál es la situación nuclear argentina en términos regionales?
Desde hace más de 60 años, Argentina desarrolla la actividad nuclear con usos pacíficos de manera institucional desde el Estado. Esto la ha convertido en pionera a nivel regional en todas sus aplicaciones. Dicha posición, que como sector nos enorgullece mucho, ha sido mantenida como política de Estado durante todas estas décadas y, a pesar de los vaivenes económicos y políticos, nunca se ha abandonado su desarrollo consciente del carácter estratégico y multiplicador de beneficios que este sector conlleva. Esto es fundamental, ya que el sector nuclear necesita de una determinada infraestructura, de formación en recursos humanos y de instalaciones básicas para garantizar su sustentabilidad. Por esa razón, Argentina es en la actualidad referente latinoamericano en desarrollo de energía nuclear. Contamos con los institutos más importantes de habla hispana en Física e Ingeniería Nuclear, pero también en otras carreras como Física Médica, Ciencia de los Materiales y Ensayos no Destructivos. El Instituto Balseiro junto con el Instituto Sabato y el Instituto Beninson son centros de referencia en formación de recursos humanos para usos pacíficos de la energía nuclear. Y esto es muy importante, no solamente por el desarrollo en sí de la energía nuclear, sino por todo el spin off que genera para diferentes ramas de la industria en toda la región.
Como referente regional, ¿qué papel debería cumplir la Argentina en el desarrollo de la actividad nuclear en otros países, en el marco de una política internacional de integración?
Es sabido que este gobierno tiene una particular vocación latinoamericana y, desde el lanzamiento del Plan Nuclear en 2006, se ha fortalecido el rol de Argentina como formadora y promotora de la energía nuclear con usos pacíficos en la región. Actualmente, Argentina trabaja de manera conjunta con los países de la región con un pilar fundamental: el trabajo asociado con los países para el desarrollo de capacidades que permitan operar instalaciones, formar nuevos expertos en los países receptores y, además, desarrollar esta tecnología por sí mismos. Nosotros no vendemos la tecnología simplemente. Por eso, además de recibir a los estudiantes en nuestros institutos, estamos yendo a capacitar gente a diferentes países y, sobre todo, a formar profesionales para el desarrollo de esta industria. Gracias a las capacidades existentes en la CNEA, países de la región como Cuba, Costa Rica, Bolivia y el caso más conocido de Perú que pueden generar, por primera vez, los centros de verificación de cumplimiento de normas internacionales para determinados materiales.
¿Cuál es la política institucional que lleva adelante la CNEA a través de la Gerencia de Relaciones Institucionales?
La CNEA tiene entre sus funciones, como elemento central, asesorar al Poder Ejecutivo en la política nuclear. También se encarga de conducir los desarrollos científicos y tecnológicos en el ámbito de los usos pacíficos de la energía nuclear, a partir del establecimiento de objetivos prioritarios en el marco del Plan Nuclear. Desde el ámbito de la Gerencia de Relaciones Institucionales se trabaja en la coordinación institucional de CNEA con los sectores políticos y científico-tecnológico a nivel nacional e internacional. A nivel nacional, nos vinculamos con los diferentes organismos científicos y tecnológicos en el marco de las políticas del Ministerio de Planificación Federal, del cual dependemos. También trabajamos en coordinación con los organismos científicos provinciales. A través del Centro Atómico Bariloche, nos vinculamos activamente con las instituciones educativas y científicas de la provincia; lo mismo hacemos con las regionales de Salta, Chubut, Córdoba y otros puntos del país. A nivel internacional, trabajamos en la coordinación de los convenios y proyectos conjuntos a nivel bilateral y con los organismos internacionales entre los cuales se destaca el OIEA. En ese caso, además de la cooperación técnica a través del organismo, también participamos en los órganos políticos de la OIEA. En los últimos años ha habido una proliferación de , en los que se discuten iniciativas vinculadas al desarrollo de ámbitos propicios para la cooperación científico-tecnológica, y cuestiones relativas a la seguridad nuclear y a la no proliferación. Desde esta Gerencia, coordinamos la presencia de la CNEA en esos foros en los que el organismo participa junto al Ministerio de Relaciones Exteriores y la ARN.
¿Qué posición tiene el OIEA sobre la Argentina?
La Argentina es vista por el OIEA como uno de los países más avanzados de la región y, sobre todo, con la capacidad técnica necesaria para formar parte de todos los grupos técnicos conformados por el OIEA en diferentes campos de la tecnología nuclear. A su vez, han reconocido al Instituto Balseiro como un centro de colaboración de referencia en la región, es decir, el organismo considera a la Argentina como un actor clave para la promoción de las actividades del OIEA para la región y, a su vez, para garantizar la participación latinoamericana en los programas del OIEA. Hay una ida y vuelta: nosotros recibimos muchísimo apoyo del OIEA y promovemos muchos de los programas en la región. Ahora estamos trabajando para que el Instituto Beninson y el Instituto Sabato sean también reconocidos como centros de referencia.
¿Cómo es la relación de Argentina y Brasil en el ámbito nuclear?
Brasil comparte con Argentina el desarrollo de la tecnología nuclear para la producción de energía eléctrica y el impulso a la investigación y a las capacidades tecnológicas. Es por ello que, a nivel presidencial, se decidió la creación de la Comisión Binacional de Enegería Nuclear (COBEN), un mecanismo institucionalizado, presidido por los dos organismos competentes de cada país en el ámbito de la energía nuclear, la CNEA y la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil (CNEN), junto con los respectivos Ministerios de Relaciones Exteriores, para realizar un seguimiento de las actividades y de los proyectos conjuntos en los desarrollos pacíficos de la energía nuclear.
Además, Argentina y Brasil cuentan con la ABBAC
A través de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control, Brasil y Argentina acordaron realizar una inspección recíproca y un control del uso pacífico de la tecnología nuclear con inspectores de la Argentina que van a Brasil y viceversa. Eso se ve fortalecido por el acuerdo cuatripartito entre Brasil, Argentina, ABBAC y el OIEA de aplicación del sistema de salvaguardias entre estos dos países. Por todas esas razones, la ABBAC no solamente es único en el mundo, sino que genera muchísima confianza entre los países y también a nivel internacional, debido a que demuestra las capacidades nacionales en la contabilidad y el control de los materiales nucleares, pero también, la garantía política del uso pacífico de la energía nuclear. La ABBAC dice muchas cosas, no solamente en el plano de la energía nuclear sino también a nivel de la integración y la madurez política de los países. Y esto es algo que destacamos porque el desarrollo de la energía nuclear lleva asociado la maduración institucional, política y económica de los países.
México es otro de los países de la región con peso en materia nuclear. ¿Cuál es la relación que tiene la Argentina con México en este aspecto?
El lanzamiento del Plan Nuclear en 2006 no solamente marcó el reinicio de actividades a nivel nacional, sino que también tuvo una fuerte impronta en la actividad internacional del capítulo nuclear. Esto se ve, por ejemplo, en las visitas encabezadas por nuestra presidenta Cristina Kirchner, en donde el tema nuclear siempre está presente en la agenda bilateral. En los últimos años se han establecido nuevos compromisos con Argelia, Sudáfrica, India, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y también se han reactivado acuerdos que a nivel regional estaban parados, como en el caso de México. La relación bilateral con este país en el capítulo nuclear estaba bastante paralizada. Se había firmado un acuerdo en 2002 que estaba parado. Hace unos años, se reforzó y se ratificó en el Parlamento un acuerdo que estaba parado desde 2002. Durante la última Conferencia General tuvimos más de 35 reuniones bilaterales en una semana con países de Asia, de África, de Europa de América Latina, Oceanía. La reunión con México fue muy interesante, nos reunimos con la Secretaría de Energía, que coordina la actividad nuclear en México, y con los organismos competentes técnicos, como el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares de México. Después de mucho tiempo, nos volvimos a ver las caras y acordamos el reinicio de un plan programático para la cooperación bilateral que consiste, en una primera instancia, en hacer un exploración de los temas que son de interés común para ambos países. A partir de allí, desarrollaremos las visitas científicas para ir avanzando en el establecimiento de proyectos concretos de cooperación. De esta manera, se retoman los vínculos con los países de la región, no solamente con México y Brasil, sino también con Chile, Bolivia, Cuba, Perú. Estamos trabajando fuertemente a nivel regional en este sentido.
¿De qué manera se relaciona Argentina con el resto de los países de la región?
Las relaciones con los países de la región no tienen características particulares. Argentina ha provisto a Perú dos reactores, uno de facilidad crítica y uno de investigación para el cual, estamos trabajando para fortalecer los desarrollos conjuntos con sus aplicaciones. Con Chile hemos establecido diferentes conversaciones, ellos se vienen a capacitar a nuestro país, nosotros intercambiamos diferentes actividades en proyectos técnicos específicos, porque tienen un grado de desarrollo importante en reactores de investigación y en fabricación de elementos combustibles para estos reactores. En los casos de Ecuador, Venezuela, Colombia y Costa Rica, estamos en una etapa inicial, en la que ofrecemos nuestras capacidades para ayudarlos a evaluar las necesidades que puedan llegar a tener en el campo de la energía y de la industria. Con Bolivia hemos colaborado en el diagnóstico de la situación en la que se encuentran, en identificar qué infraestructura sería necesaria para iniciar un programa nuclear y, simultáneamente, les ofrecimos capacitación en nuestros institutos. Cualquiera sea el paso que se dé, la capacitación de físicos e ingenieros nucleares siempre va a redundar en beneficios. Estamos convencidos de que el desarrollo nuclear argentino no puede darse si no es en conjunto con el desarrollo de la región.
Hablamos de la integración a nivel países, pero ¿cómo se replica eso en el ámbito de la comunidad científica y tecnológica nuclear?
La comunidad nuclear internacional es muy unida, porque los desarrollos que se concretan son tan significativos a nivel mundial que se necesita de la contribución de todos los países. Se requieren grandes inversiones de dinero, pero también de tiempo y de instalaciones para concretar proyectos con repercusión de amplio alcance. Ejemplo de ello es la generación de electricidad a partir de energía nuclear. Dicha generación es tan masiva que se encuadra mejor si hay redes integradas de energía eléctrica, como sucede en el caso europeo en donde Francia, con su gran capacidad de generación eléctrica a partir de la energía nuclear, brinda energía eléctrica a los países de la región. En línea con esto, nuestra central CAREM busca atender una necesidad que es regional. El CAREM tiene la particularidad de ser una central pequeña que se puede adaptar a las matrices regionales pero también, al ser modular, no necesita de una matriz energética gigantesca para incorporar energía nuclear, sino que puede ir gradualmente dando los pasos necesarios para esa incorporación. El CAREM está pensado desde nuestro punto de vista incorporando los últimos desarrollos en cuestión de seguridad y eso permite que los países de la región quieran trabajar con la Argentina. No es casualidad que hayamos hecho tantos acuerdos de cooperación con Argelia, con Egipto, con Australia, con Perú, con Arabia Saudita. Son países que se sienten cómodos con la cooperación Sur-Sur. Nosotros no vendemos una tecnología para que después dependan de nuestra provisión, sino que formamos profesionales y trabajamos de forma conjunta en el desarrollo de las capacidades nacionales para que cada país pueda seguir adelante de manera independiente con su programa nuclear.
¿Es posible pensar en una CELAC o en una UNASUR “nuclear” en la actual coyuntura?
El fortalecimiento de las capacidades nucleares de la región hace que no resulte necesario mirar a los centros históricos de referencia como Europa o Estados Unidos, sino que permite que se consoliden los nodos de articulación, difusión y divulgación de proyectos conjuntos regionales. En este momento, el principal desafío para la región es aprovechar las circunstancias políticas y económicas para desarrollar la energía nuclear hasta un punto en el cual se constituyan las capacidades autónomas y soberanas para el desarrollo regional de esta energía. Estamos convencidos de que esto es muy importante y, por eso, se está trabajando fuertemente y se han consolidado muchos hitos. Somos el único país de la región que ha desarrollado y fabricado reactores de investigación en su país y que ha exportado esa tecnología a países como Australia. Necesitamos contar con una masa crítica de desarrollo, una voluntad política para ir en esa dirección, para aprovechar este momento único y constituir en la región un polo de desarrollo científico y tecnológico que tenga el capítulo nuclear como uno de sus pilares fundamentales.
Los contextos políticos y económicos de Europa y de Latinoamérica permiten percibir cierta situación de equilibrio en cuestiones nucleares…
En el sector nuclear se replican las asimetrías existentes en otros planos. Estados Unidos y algunos países de Europa han tenido un desarrollo de la energía nuclear sumamente importante, lo que los ha constituido en referentes internacionales. No obstante ello, Argentina ha encontrado un nicho, el de los reactores de investigación y el de la producción de radioisótopos. Nosotros tenemos algo para decir y algo para aportar. Si vinculamos esto al contexto actual de crisis económica en Europa, o a la crisis financiera de Estados Unidos, si comparamos con la buena situación y el buen momento económico de Latinoamérica, sumado ello a la buena voluntad política de integración, estamos ante una oportunidad única para consolidar los pilares del desarrollo científico y tecnológico que garantice soberanía. Tenemos una oportunidad para aprovechar y lo estamos haciendo, no solamente en Argentina, sino también en los países de la región que están trabajando en este sentido. En materia de energía nuclear, la región se está sentando en la mesa del histórico Norte desarrollado con argumentos serios y con tecnología que respalda el reclamo de sentarse en esa mesa de discusión. Los países que tienen peso a nivel mundial, como Estados unidos Francia, Japón, China y Rusia, todos tienen un importante desarrollo nuclear. La energía nuclear es considerada un claro indicador de desarrollo, por eso no es una cuestión menor, porque es a través del desarrollo de energía nuclear que se despliegan capacidades y beneficios para toda la sociedad en su conjunto. Desarrollar energía nuclear implica desarrollar industrialmente al país.
Quién es Facundo Deluchi
Egresado de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador, Facundo Deluchi asumió recientemente como Gerente de Relaciones Institucionales de la CNEA. Con 30 años, Deluchi forma parte de la generación de jóvenes profesionales que llegan a este organismo luego de una sangría generacional producto de las políticas de vaciamiento del sector durante la década del 90. Entró a la CNEA en 2005, como becario. Comenzó trabajando en el Departamento de Relaciones Bilaterales que se encarga de los vínculos con los organismos científicos y tecnológicos de otros países. Posteriormente, se incorporó a la planta permanente de la CNEA y pocos años más tarde asumió como Jefe de ese Departamento. Hace dos meses Deluchi fue designado Gerente de Relaciones Institucionales y, como tal, no solamente se encarga de las relaciones bilaterales, sino que también se de la relación con los organismos internacionales de energía nuclear y con otros organismos multilaterales. También, es responsable de la relación con los organismos científicos y tecnológicos a nivel nacional.
Fotos: Álvaro Domínguez