Integrantes de la Unidad PET-Ciclotrón de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) investigan nuevos radionúclidos. Estos son unos compuestos que sirven para marcar y seguir a los radiofármacos, lo cual permite que, a partir de la biodistribución de éstos, se pueda hacer un diagnóstico más preciso de diversas enfermedades oncológicas, cardiológicas y neurológicas.
Los radionúclidos pueden ser utilizados en la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), una técnica de diagnóstico que permite obtener imágenes funcionales del organismo, es decir, información metabólica a partir de la distribución de diferentes radiofármacos que se introducen en el cuerpo del paciente, regularmente de manera intravenosa.
Los radiofármacos son compuestos que, una vez administrados, muestran la ruta metabólica a donde se van a alojar dentro del organismo. Así permiten obtener información más precisa de un tumor, como sus características de proliferación o si es hipóxico (privado del suministro adecuado de oxígeno), entre otras.
Estos radionúclidos son producidos en un ciclotrón, un acelerador de partículas que genera dichos elementos radiactivos. El ciclotrón con el que cuentan en la Facultad de Medicina de la UNAM es el único disponible en una institución pública y produce entre 60% y 70% de los radiofármacos para PET que se utilizan en la ciudad de México.
Sin embargo, la reducida vida media de los radionúclidos convencionales representa una desventaja, pues limita la producción para instituciones distantes, ya que se deben crear casi al momento en que serán utilizados.
Para vencer este obstáculo, los investigadores de la USAM trabajan en la producción de radionúclidos metálicos emisores de positrones para el marcado de moléculas con farmacocinética lenta, lo que abrió la posibilidad de distribuirlos a otros centros fuera de la universidad y del propio país.
Durante el periodo de desarrollo de este proyecto, que es de 2013 a 2015, los investigadores esperan generar galio-66, que tiene una vida media de 9.5 horas; cobre-64, con una vida de 12.7 horas, y zirconio-89, con 78 horas. Asimismo, a diferencia de los radionúclidos convencionales, en donde se irradian gases o líquidos, este nuevo proyecto propone irradiar blancos sólidos como los metales.