Por Laura Cukierman. En U-238 Mayo 14
Hace menos de un año se sentaron las bases para la construcción de un espacio de los trabajadores del sector energético dentro de la Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (FETIA). Allí, Pedro Wasiejko, Secretario General de la FETIA, afirmó: “Es fundamental discutir la política energética que tiene que tener el país desde la visión de los trabajadores”. U-238 entrevistó a Pedro Wasiejko para conocer más detalles sobre los aspectos gremiales ligados al sector de energía.
¿Cómo comenzó a organizarse gremialmente el sector de energía?
Desde la CTA hay un compromiso claro de hacer un planteo organizativo del conjunto de los trabajadores que tiene características novedosas. Desde su fundación, la CTA tuvo como prioridad darle una participación a sectores que no estaban incluidos dentro del movimiento obrero organizado. Entonces, hubo una contemplación muy especial para incluir a todos los trabajadores que el modelo neoliberal había excluido. Había una preocupación de la Central para reconstituir la unidad de los trabajadores. Esto es lo que diferencia a la CTA de las centrales tradicionales, que han servido a una determinada etapa de la historia, pero para contemplar una Argentina donde había un 25% de desocupados y un 24% de trabajadores informales, esa herramienta organizativa tradicional no alcanzaba. La CTA ha realizado un gran aporte a la vida gremial del país. Se comenzó a pensar cuál era el modelo de organización que servía para representar a los intereses de los trabajadores en los diferentes sectores. De ahí surge la necesidad de generar federaciones con características que se diferencien de las tradicionales. En un mundo globalizado, con corporaciones de un poder inmenso, se necesitan organizaciones sindicales estructuradas de otra manera. La FETIA nace entonces como una propuesta que ofrece a los sindicatos organizarse sin tener en cuenta si son de un sector particular. Agrupa a todos los que sean de la actividad productiva: industriales, de servicio o de energía. El principal elemento para participar de la organización es el compromiso con esta herramienta gremial. Por su parte, la Federación se compromete a llevar adelante un planteo que supere lo meramente corporativo. Todos los aspectos que tienen que ver con las cuestiones corporativas y con los intereses sectoriales quedan en el escalón del sindicato de base. La Federación asume el rol de convertirse en el interlocutor o el vocero de todo lo relacionado con la generación de agendas en las que estén contempladas las políticas públicas que debe haber en nuestra sociedad. Como la FETIA agrupa a trabajadores de la industria en general, también ha desarrollado una rama importante dentro de la Federación, la de los trabajadores ligados al sector energético. Por ejemplo, los trabajadores de Luz y Fuerza de Mar del Plata que están en el área de distribución de energía o los trabajadores de Yaciretá y Salto Grande que están ligados a la generación de energía. También tenemos vínculos con los compañeros relacionados con la actividad nuclear, que muchos de ellos pertenecen a la Asociación de Trabajadores del Estado, pero que ven en la Federación una herramienta que les permite canalizar con más energía y decisión toda la problemática de su sector. Desde la FETIA, nos proponemos desarrollar una estrategia que plantee claramente los lineamientos que, desde el sector de los trabajadores consideramos necesaria para poder tener un modelo autónomo de energía.
¿Usted plantea que es necesario que los trabajadores participen activamente a la hora de pensar una política de energía?
Claro, los trabajadores cumplen un papel muy importante. La Federación representa los intereses de los trabajadores, pero también da cuenta de la agenda de los trabajadores para tener un proyecto de país, un modelo productivo y un sistema energético que alimente ese modelo productivo y ese proyecto de país. En el mundo globalizado hay una transferencia de sectores productivos a las economías emergentes, industrias desechadas de los países más desarrollados a países como el nuestro. Ahí es necesario que los trabajadores tengan una voz protagónica para que se oiga en el Estado o en los sectores de gobierno a cuáles industrias hay que prestarle atención, dónde es importante comprometerse, qué tipo de energía vamos a brindar, cómo vamos a proteger el medio ambiente, qué condiciones de seguridad vamos a garantizar, si vamos a focalizarnos en una sola energía o vamos a tener una diversidad lo bastante amplia como para no depender de un solo sector. Todo esto implica una participación activa de los trabajadores.
¿Cómo repercutió en el sector la existencia de una plan de energía concreto como el que se aplicó estos últimos años?
Nosotros tenemos que llevar tranquilidad a los trabajadores del sector y asegurarles que, si va a haber una Atucha II, como existe un plan nuclear y un plan de desarrollo de energía, también va a haber una Atucha III y seguramente una Atucha IV. En ese marco, no podemos permitir que se utilicen mecanismos para frenar el desarrollo de estos emprendimientos y debemos garantizar que las cosas se hagan en tiempo y forma, que se cumplan los contratos y los programas. Esto es lo que terminará beneficiando al conjunto de los trabajadores, ya que de este modo se pueden generar lugares de trabajo efectivos. Si no se cumple con los programas, con los convenios, con los presupuestos se producen más altos de lo que debe haber y esto termina perjudicando a los trabajadores del sector, del mismo modo en que se perjudica al resto de la sociedad y al gobierno, que termina pagando los costos políticos de estas postergaciones. Es importante que haya actores sociales, como la FETIA, jugando un rol protagónico para impedir que esto suceda.
¿Qué otras demandas tiene el sector en agenda?
Desde hace dos años y medio está aprobada la colación de ocho turbinas más en Yaciretá que, por cuestiones diplomáticas o burocráticas, frenan su puesta en marcha. Por eso, es importante que los sindicatos que están comprometidos con las transformaciones que se han dado en estos últimos diez años tengan un papel activo. Lo mismo sucede con el desarrollo de energía autónoma, un tema en donde la recuperación de la producción de uranio es fundamental a nivel nacional. También es importante desarrollar reactores con características especiales. Todo esto ayudaría a las cuestiones de la soberanía energética y a desarrollo tecnológico autónomo de nuestro país.
¿Qué balance hace de la política energética de este gobierno?
El balance es muy positivo. Siempre se puede pedir más, pero desde la presidencia de Néstor Kirchner, que desarrolló e implementó un plan de energía hasta el día de hoy, sabemos que si no se avanzó más es porque hubo problemas más burocráticos que de decisión política.
En términos más globales, ¿Cuáles son los temas centrales de la Federación?
En la Federación estamos convencidos de que tanto el gobierno de Néstor Kirchner como el de Cristina Fernández han sostenido en la práctica lo que han dicho con la palabra: mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en general y lograr, inclusive, que vaya creciendo. Esa parte del contrato con el gobierno está cumplida: alcanzar el crecimiento, la inclusión y la incorporación de puestos de trabajo. Entonces, de acá en adelante, cuando llega una etapa más difícil en cuanto al crecimiento y son más complicados los problemas que hay que atravesar, hay que tener una actitud de mayor responsabilidad. Obviamente, nadie está diciendo que haya que bajar los salarios ni reducir los convenios, pero hay que buscar alternativas a través de las cuales se proteja el nivel de salario. Tampoco sin quedarnos encerrados en la cuestión casi mecánica en la que todos los años estamos discutiendo de enero a octubre lo mismo. Esto impide avanzar con otras cuestiones que tienen que ver con el convenio colectivo. Hay que buscar otras alternativas y otras formas, probablemente acuerdos más largos con cláusulas que, de alguna manera, garanticen ajustes de los salarios de forma bimestral o trimestral para que se mantengan actualizados. Pero es importante sacar del ojo de la tormenta la cuestión salarial, porque todos sabemos que terminamos resolviendo más o menos los mismos porcentajes de actualización. Es necesario poner el acento en los temas importantes porque, en la medida en que se incremente la productividad y la competitividad, va a ser posible mantener los niveles de salario e, inclusive, los niveles de inflación.