El primer satélite geoestacionario de telecomunicaciones de la Argentina, Arsat-1, fue lanzado con éxito al espacio ayer desde la base Kourou, en la Guayana Francesa. El satélite despegó cerca de las 19 y, tras media hora de vuelo, fue inyectado en una órbita elíptica desde donde los técnicos de la base terrena de Arsat en Benavídez lo maniobran hasta su órbita definitiva de 71, 8º oeste a 36.000 kilómetros de la superficie terrestre.
Este satélite prestará servicios de televisión, internet y telefonía a todo el territorio nacional, incluyendo la Antártida y las islas Malvinas, y también alcanzará a gran parte de los países limítrofes; lo que permitirá brindar esos servicios a comunidades alejadas de los grandes centros urbanos que no reciben cobertura de prestadores privados.
Argentina tiene asignadas dos posiciones orbitales por la Unión Internacional de Telecomunicaciones para colocar satélites geoestacionarios, la 71,8º y la 81º. La 71,8º era ocupada hasta ahora por un satélite alquilado denominado «AMC-6», operado por la empresa SES. Una vez que Arsat-1 ocupe esa posición todos los datos que opera el satélite alquilado serán migrados al nuevo.
La posición orbital 81º, que actualmente es ocupada por los satélites alquilados «AMC-2» y «IS603», será ocupada por el ARSAT-2, que en estos momentos construye INVAP y se estima que será lanzado desde este mismo puerto espacial a mediados del año próximo.
Tras el exitoso lanzamiento, Matías Bianchi, presidente de Arsat, destacó desde el centro espacial de la Guayana francesa, que «esto es una muestra más de las políticas de inclusión, de disminución de la brecha digital». Además, recordó que Argentina «es el nuevo integrante de un selecto grupo de países, no sólo por lo que pasa hoy, sino también porque la industria satelital lo confirmó reconociendo nuestro proyecto».
En tanto, el ministro de Planificación, Julio De Vido, también presente en el centro espacial, resaltó la «significación técnica, científica y tecnológica» que tiene para la Argentina la fabricación y lanzamiento del satélite y valoró el esfuerzo de todos los que participaron del proyecto.
Para la construcción de Arsat-1, se invirtieron más de 1.121 millones de pesos, a los que se sumaron otros 867 millones que fueron invertidos en ingeniería de desarrollo, estaciones terrenas, software, seguros y la puesta en órbita.
El satélite pesa cerca de tres toneladas y su cuerpo principal es una caja de 2 metros de ancho por 1,80 de alto por 3,95 de largo; y con sus paneles solares extendidos alcanza una envergadura de 16,42 metros. El combustible le permitirá tener una vida útil mayor a 15 años.