Con esas palabras, el ministro de Planificación Federal, Julio De vido, salió a contestar un artículo publicado en el diario Clarín, titulado “Argentina logró dominar otra forma de enriquecer uranio”, en la que se sostiene que “el nuclear es uno de los pocos proyectos que con altibajos fueron mantenidos en el tiempo pese a los cambios de gobierno”.
En tal sentido, De Vido sostuvo que “más allá del trabajo y esfuerzo de los técnicos y científicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), cuyo trabajo es reconocido y valorado internacionalmente, tanto la paralización del sector durante el neoliberalismo como su reactivación hace una década fueron decisiones políticas producto de la visión y la ideología de los distintos gobiernos” por lo que “no es cierto que se hayan mantenido el tiempo”, afirmó.
“En el 2003, a partir de una articulación entre organismos y objetivos que se inició con la creación del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, fue posible impulsar el conocimiento argentino en áreas estratégicas logrando, entre otros, finalizar Atucha II con un 88% de componentes locales, la construcción y puesta en órbita de nuestro primer satélite de telecomunicaciones Arsat 1, la fabricación de radares nacionales, iniciar el primer reactor de potencia argentino CAREM, la extensión de vida de la Central Embalse y avanzar con las pruebas de nuestro primer lanzador satelital Tronador II”, enumeró De Vido.
Asimismo, el ministro remarcó que “se amplió la Planta de Agua Pesada en Neuquén, se firmaron los acuerdos para la construcción de la Cuarta y Quinta Central Nuclear de 800 megavatios cada una y se están construyendo Centros de Diagnóstico Nuclear en la Ciudad de Buenos Aires y en Mendoza, y se construirán Centros en Formosa, Santiago del Estero y Santa Cruz para federalizar la medicina nuclear”.
Por ello, cuando “Clarín informa sobre el enriquecimiento de uranio, tanto con los primeros resultados exitosos con el método de difusión gaseosa luego de la reactivación del Complejo de Pilcaniyeu como el desarrollo de un nuevo método a través de tecnología láser, ambos presentados en la última conferencia del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena, omite mencionar que forman parte de una política integral de desarrollo, tecnología y soberanía, que en otro momento fue opuesta y procuró destruir el sector”, enfatizó De Vido.
Por otra parte, desde la Comisión Nacional de Energía Atómica confirmaron que “el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu alcanzó los valores que acreditan el enriquecimiento de Uranio 235 para uso en combustibles nucleares, a casi cuatro años del relanzamiento de sus actividades realizado por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, junto al ministro Julio De Vido. Se concreta así un aporte fundamental para la autonomía tecnológica del sector nuclear argentino y sus aplicaciones asociadas al beneficio del conjunto de la sociedad”.
El prototipo de enriquecimiento de uranio del Complejo Tecnológico Pilcaniyeu es una planta piloto de desarrollo que ya trabajó en la década del 80 y fue prácticamente desmantelada en los ’90. Entre 2006 y 2010 fue actualizada en su equipamiento tecnológico. “Esta planta permitirá a nuestro país consolidar la tecnología de difusión gaseosa y adicionalmente llevar adelante actividades de investigación y desarrollo de otras tecnologías avanzadas de enriquecimiento de uranio, como el uso de centrífugas y láser”, explicaron desde CNEA.
En este contexto, el proyecto LASIE (Laboratorio Argentino para Separación Isotópica para Enriquecimiento por Laser) acaba de demostrar la factibilidad a escala de laboratorio del método de vaporización metálica asistido por láser (SILVAR), enriqueciendo en el orden del 2 al 4 % de uranio 235, en pequeñas cantidades. Este experimento forma parte de una serie de cuatro tipos distintos de experiencias que se realizarán a partir de ahora, en particular de métodos de separación molecular por láser con el fin de dominar esta tecnología estratégica y analizar cuál es la más apta para su escalado industrial.
La CNEA destacó que “poseer esta tecnología permitirá que la Argentina, en forma independiente y soberana, pueda proveer combustible nuclear tanto para reactores argentinos como para exportar al mundo”. Y aclaró que “todos los experimentos y prácticas fueron informados a las agencias internacionales de salvaguardias (ABACC y OIEA) por intermedio de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), y de esta manera Argentina consolida su posición internacional en el desarrollo de esta tecnología para fines pacíficos”.
