Dos compañías eléctricas niponas anunciaron el cierre definitivo de tres reactores nucleares que superan los 40 años de vida útil. Esta es la primera decisión de este tipo en Japón desde que se produjo el accidente de Fukushima, en marzo de 2011.
Los tres reactores que serán clausurados son la unidad 1 de la central de Tsuruga, operada por Japan Atomic Power y en funcionamiento desde 1966; y las unidades 1 y 2 de Mihama, propiedad de Kansai Electric Power y operativas desde 1967 y 1968.
La decisión de su clausura responde a un cambio legislativo -aprobado en Japón en 2013- que por primera vez estableció el periodo de funcionamiento máximo (40 años en este caso) que debía tener un reactor.
Se prevé además que otras dos compañías anuncien la “jubilación” de otras dos unidades con más de 40 años de vida, por lo que el parque nuclear nipón quedaría reducido a 43 reactores (contaba con 56 en el momento del accidente de Fukushima).
Los otros dos reactores que podrían cerrar son las unidades más antiguas de las plantas de Shimane (oeste) y Genkai (suroeste), que empezaron a funcionar en 1970 y 1971, respectivamente.
Pese a estos cierres, existe en Japón una nueva ley, aprobada en 2013, que permite extender la vida operativa de una central por otros 20 años (hasta los 60 años en total).
Para ello, se deben cumplir ciertos requisitos de seguridad y además la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) debe estimar que el grado de desgaste de la central no es excesivo y que la empresa operadora tiene la capacidad suficiente para garantizar su mantenimiento a nivel tecnológico.
Sin embargo, ninguna de las empresas operadoras de estos cinco reactores que ya han cumplido los 40 años de operación han manifestado la intención de prologar su vida útil por los altos costos que requeriría el proceso de extensión de vida.