En el año 2009 Kazajistán propuso instalar en su territorio un banco de combustible nuclear bajo la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Ahora, un grupo de países donó unos 150 millones de dólares para su creación.
«La financiación del proyecto se realiza a través de contribuciones voluntarias de los respectivos países y organizaciones: el Fondo Iniciativa para la Reducción de la Amenaza Nuclear (50 millones de dólares), Noruega (5 millones de dólares), Estados Unidos (49,54 millones de dólares), Emiratos Árabes Unidos (10 millones de dólares), la Unión Europea (25 millones de euros) y Kuwait (10 millones de dólares)», informaron autoridades kazajas.
Los gastos del almacenamiento del material nuclear correrán por cuenta de Kazajistán (se estima que estos gastos no superarán los 10.000 dólares al año); mientras que la conservación y la protección del material serán financiadas por el OIEA.
El banco podrá almacenar hasta 90 toneladas de uranio levemente enriquecido y se ubicará en una planta metalúrgica en el noreste de Kazajistán. Desde la cancillería del país informaron que la instalación no representa peligro para la ecología y tampoco para la población de la región.
“El uranio pobremente enriquecido no es un residuo radiactivo y no representa interés para los terroristas porque no puede ser utilizado para fabricar armas nucleares sin respectivas tecnologías e infraestructura para el enriquecimiento del material”, agregó la fuente de Cancillería.