El nuevo gobierno japonés, que arrasó en las pasadas elecciones generales del 16 de diciembre, prometió durante su campaña política que evaluaría la seguridad de cada uno de sus reactores durante los próximos tres años y que después decidiría si el país abandona o no la energía nuclear.
Sin embargo, días atrás, el presidente de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA), Shunichi Tanaka, reconoció que será difícil concluir las revisiones de seguridad de todos los reactores atómicos nipones en ese lapso de tiempo, tal y como propone el nuevo Gobierno.
Para ello, primero la NRA debe compilar y aplicar nuevos estándares de seguridad, lo que se estima que estará listo para el mes de julio. Luego, los operadores de plantas nucleares podrán solicitar el reinicio de operaciones en sus instalaciones.
Al respecto, Tanaka explicó que esas solicitudes no llegarán “una detrás de otra” y que será complicado asesorar a todos los reactores en tres años, “aunque haremos todo lo que esté en nuestra mano”, aseguró. Además, argumentó que llevará tiempo concluir la construcción de los elementos necesarios en las centrales para reforzar su seguridad y alcanzar dichos estándares.
Actualmente, por motivos de seguridad, solo dos reactores de los más de 50 con que cuenta Japón permanecen operativos tras el incidente en la central de Fukushima, en marzo de 2011.