Junto a otros organismos nacionales de Chile, la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) colabora con el uso de técnicas nucleares para cuantificar las emisiones de gases efecto invernadero (GEI), producidas por la actividad agrícola.
Se trata del proyecto nacional «Cuantificación de la contribución de la producción agrícola en la emisión de gases efecto invernadero (GEI), usando técnicas isotópicas”, donde de manera conjunta con la CCHEN trabajan desde 2014, profesionales de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, del Servicio Agrícola y Ganadero y del Instituto de Desarrollo Agropecuario.
El trabajo se enmarca dentro de los compromisos que tiene Chile ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), en cuanto a elaborar reportes que permitan visualizar los sectores que más contribuyen en emisiones de este tipo.
El proyecto es apoyado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el cual ha proporcionado equipos, capacitaciones y recursos humanos. Concretamente, el organismo donó un segundo analizador isotópico que permite cuantificar la procedencia del Carbono (13C) asociado a los gases como el Dióxido de Carbono y el Metano (CO2 y CH4), para determinar el origen de las emisiones de GEI en cuanto al tipo de vegetal y contenido de carbono en el suelo.
Por el momento, el análisis de cuantificación de gases de efecto invernadero se ha focalizado principalmente en los cultivos de maíz, ya sea en la producción de granos o para consumo humano, en las regiones Metropolitana, Quinta y Sexta de Chile.
“Hay un compromiso país con el tema del cambio climático. Si bien no todo es atribuible a la agricultura, porque, obviamente los sectores de transporte, la industria, minería, todo está aportando; efectivamente la agricultura también lo hace. Entonces, los datos que arroje este estudio nos permitirá tomar acciones para mitigar o reducir los gases de efecto invernadero”, explicó Adriana Nario, jefa de la Sección Agricultura, quien dirige este trabajo en la CCHEN.