Por Laura Cukierman. En U238 # 20 Febrero – Marzo 2016
El Complejo Minero Fabril San Rafael (CMFSR) fue creado hace más de dos décadas con el objetivo de contribuir a la soberanía energética y tecnológica de Argentina al abastecer con materia prima estratégica a las centrales y reactores nucleares argentinos. Se encuentra ubicado en la Zona de la Sierra Pintada, a 38km al Oeste de la ciudad de San Rafael, en Mendoza. Cuenta con un laboratorio que realiza los controles analíticos necesarios para operar en óptimas condiciones y según los rigurosos criterios de organismos internacionales.
Las actividades principales en el CMFSR, a cargo del Estado nacional, se basan en la extracción y procesamiento industrial de uranio que requieren de rigurosas normativas ambientales, según los parámetros aconsejados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en cuanto a los parámetros de diseño de Plantas Industriales. El complejo operó desde 1975 a 1997 preservando los recursos energéticos nacionales, hasta que la producción del mineral nacional fue suplantada por su importación, como consecuencia de las políticas neoliberales dominantes en el país en ese entonces, y el bajo precio del uranio en el mercado mundial. Esta situación comenzó a revertirse a partir del lanzamiento del Plan Nuclear Argentino durante la presidencia de Néstor Kirchner en 2006, cuando se buscó reactivar el Complejo que cuenta, en la actualidad, con grandes perspectivas de desarrollo.
Desde su nacimiento, se utilizaron superficies impermeabilizadas para el proceso industrial, y los efluentes de planta se neutralizaron y depositaron en grandes piletas impermeabilizadas llamadas diques, entre otras acciones. Además, se aplicó un programa de monitoreo de aguas superficiales y subterráneas que rige hasta la actualidad. Hoy, las tareas del Complejo están destinadas al mantenimiento de las instalaciones y al control ambiental. Asimismo, se presentó un proyecto, en cumplimiento con la Ley 5961, “Ley de Ambiente de la Provincia de Mendoza”, para comenzar, en una primera fase, con la gestión final de los pasivos ambientales prioritarios: Agua de Cantera y de Residuos Sólidos. En este contexto, se construyó un Dique receptor de efluentes denominado DN 8-9 como una obra fundamental que utiliza una moderna tecnología de múltiples barreras de protección.
Es precisamente en el laboratorio del CMFSR donde se realizan los controles analíticos de distintas muestras de aguas, sedimentos y suelos del sitio y zonas de influencia, extraídas por la división ambiente y seguridad. Específicamente, explica Roque Botasso, gerente del Complejo Minero y el Jefe del Laboratorio, “le brindamos servicios a la División Control Geológico y Minería, a la División Ambiente y Seguridad, y a la División Seguimiento de la Producción en las muestras que ellos requieran analizar. Las determinaciones que realizamos son: uranio en bajas concentraciones sobre muestras de aguas, suelos y orina, Radio 226 en aguas y suelos, cationes y aniones en aguas y suelos.”
El laboratorio cuenta con tecnología de última generación para realizar estos estudios. Posee un “Espectrofotómetro de Absorción Atómica” preparado para la determinación de elementos metálicos existentes en la naturaleza (cobre, calcio, magnesio, manganeso, plomo, aluminio, bario, zinc, potasio, sílice, plata, molibdeno, entre otros) y un “Cromatógrafo iónico” para la determinación de aniones (sulfatos, nitratos, cloruros, fluoruros, nitritos, bromuros). Botasso destaca la importancia de contar con un laboratorio de estas características “ya que podemos brindar las respuestas analíticas necesarias sobre todos los muestreos ambientales (aguas superficiales y subterráneas, y sedimentos) que se realizan en el CMFSR y zonas de influencia.”
El laboratorio cumple con todos los estándares de control de calidad y por eso cuenta con la acreditación ante el OAA (Organismo Argentino de Acreditación) para la técnica de uranio en muestras de aguas superficiales y subterráneas. Por esto mismo realiza cada vez más estudios tanto dentro como fuera del complejo. Sólo en el último año se recibieron 1.687 muestras y se realizaron 24.567 análisis. Precisamente, uno de los lugares para los cuales brinda servicios es a la Gerencia PRAMU (Programa de Restitución de la Minería del Uranio), analizando muestras de agua y sedimentos procedentes de todos los sitios del país que dicha gerencia tiene bajo su custodia. También asiste a la empresa Dioxitek, analizando quincenalmente muestras de orina
del personal.
Pero, sobre todo, el laboratorio hace un gran aporte al medio ambiente y a los requerimientos necesarios para asegurar y preservarlo de la mejor forma posible. Tema obviamente muy sensible en esta área, pero como explica Botasso: “consideramos que aportamos de manera significativa con nuestro trabajo al cuidado del medio ambiente, toda vez que contamos con el equipamiento apropiado y la suficiente experiencia en las determinaciones analíticas que permiten caracterizar las diversas variables ambientales, fundamentalmente en aguas y suelos.”
Datos de interés del Complejo Minero Fabril San Rafael
Ubicación: Zona de la Sierra Pintada a 38 km al oeste de la ciudad de San Rafael, Provincia de Mendoza.
Puesta en marcha: Operó desde 1975 a 1997 preservando los recursos energéticos nacionales. La producción del mineral nacional fue suplantada por su importación, como consecuencia de las políticas neoliberales imperantes en el país en ese entonces y el bajo precio del uranio en el mercado mundial.
Reservas: 1600 toneladas fue el uranio extraído, lo que equivale al consumo eléctrico de nuestro país durante 18 meses (según datos de 2014). Restan por extraer 6500 toneladas aproximadamente.
Agua utilizada para el procesamiento del mineral: 150.000 m3/año, aproximadamente lo que consume una finca de 15 Ha durante un año.
Concentración de U en forma natural del Río Diamante: Valor promedio de 1,5 µg/l (límites permisibles: hasta 100 µg/l).
Control Ambiental: Diversos organismos supervisan periódicamente las actividades del CMFSR, como el Departamento General de Irrigación, la Dirección de Protección Ambiental y la Autoridad Regulatoria Nuclear.