Los gobiernos de Japón, Estados Unidos y Francia trabajarán juntos para desarrollar las tecnologías necesarias para retirar el combustible fundido de la accidentada planta nuclear de Fukushima. Estas tareas constituyen el proceso más complejo dentro de las labores de desmantelamiento de la central, que llevarán de tres a cuatro décadas y que sólo se han completado en un 10 %.
Washington ayudará a Tokio a crear equipamiento y tecnología para hacerse cargo y deshacerse de los residuos radiactivos derivados de las labores de desmantelamiento, mientras que París cooperará con el país asiático para desarrollar tecnologías por control remoto que puedan resistir entornos con altos niveles de radiación.
Por otro lado, expertos de universidades, investigadores e ingenieros estadounidenses y franceses estudiarán en materia de robótica, procesamiento de imagen y otras tecnologías para avanzar en el proceso. Japón seleccionará a las organizaciones candidatas y les ofrecerá asistencia durante más de tres años.