Ing. Mauricio Bisauta – Vicepresidente de CNEA y presidente de ENSI En U-238 nº 19 Octubre – Noviembre 2015
Algo que pocos conocen, y que es fundamental para el desarrollo nuclear argentino, son los organismos y empresas que sostienen las piezas clave del denominado Ciclo de Combustible Nuclear, que le permiten a la Argentina pertenecer al selecto grupo de países que manejan el ciclo, con los máximos niveles en materia de seguridad y cuidado ambiental. Una de esas empresas es la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI S.E.), que produce un insumo estratégico para el desarrollo argentino: el agua pesada.
ENSI opera la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) —propiedad de la Comisión Nacional de Energía Atómica— una de las pocas proveedoras de agua pesada en el mercado internacional y cuenta con la planta de mayor capacidad de producción en el mundo.
Las tres centrales nucleares argentinas utilizan agua pesada como moderador y refrigerante para aprovechar la fisión del uranio natural.
Para producir este insumo fundamental, Argentina construyó la PIAP y, tras un revés con una empresa extranjera en 1989, la CNEA y la Provincia del Neuquén crean ENSI, la cual logró concluir las obras de la PIAP, ponerla en marcha y producir agua pesada con la calidad de diseño especificada.
Las políticas sufridas hasta 2003, que pusieron en jaque a todo el sistema nuclear, hicieron que la PIAP estuviera parada casi siete años. Durante ese lapso, con muy pocos recursos y mucho esfuerzo por parte de su personal, se realizaron las tareas de mantenimiento que permitieron, a partir de la decisión del Gobierno nacional, recuperar rápidamente la producción.
Tras el relanzamiento del Plan Nuclear Argentino en 2006, por iniciativa del Ministerio de Planificación Federal, gracias al compromiso del ex presidente Néstor Kirchner, profundizado por Cristina Fernández de Kirchner, puso en valor la Planta Industrial de Agua Pesada. Entonces, se firmó un contrato entre ENSI y Nucleoeléctrica Argentina S.A. para la provisión de ٦٠٠ toneladas de Agua Pesada, destinadas a la carga inicial de la Central Nuclear Atucha II.
Dicha producción se logró gracias a la reactivación de la PIAP a plena capacidad, lo que permitió la preservación de un grupo de trabajo con técnicos y profesionales altamente calificados y que hoy ubica a ENSI entre los mayores productores mundiales de este fundamental insumo.
Actualmente, la PIAP produce 200 toneladas anuales de Agua Pesada Virgen Grado Reactor para satisfacer las necesidades de las tres centrales nucleares argentinas, así como también las demandas de los mercados nacional e internacional.
La reactivación de la PIAP a plena capacidad implica numerosos beneficios para el país en general y para Neuquén en particular, ya que se mantiene operativa una instalación de muy alta complejidad, que completa el ciclo de combustible nuclear y que significó para el país una inversión mayor a los 1000 millones de dólares.
Además, implica la preservación de un grupo de trabajo con técnicos y profesionales altamente calificados, la incorporación de más de 100 trabajadores entre profesionales y técnicos de distintas especialidades y la generación de una importante actividad económica con la activación de una gran cantidad de servicios requeridos para el funcionamiento del complejo industrial, como contratistas, talleres y comercios, entre otros.