Con motivo de extremar las medidas de seguridad, se realizó en el entorno de la Central Nuclear de Almaraz (España) el ejercicio europeo de simulacro de accidente nuclear clasificado como nivel IV (accidente nuclear de alcance local), según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).
El ejercicio –que tuvo una duración de dos días y contó con la participación de más de 5.000 personas– comenzó con la simulación de una fuga radiactiva a la atmósfera y la activación de los planes de emergencia exterior, que incluyeron, entre otras medidas, el control de los accesos.
Al mismo tiempo, comenzó a funcionar la megafonía fija y móvil para recomendar a la población implicada que permanezcan atentos a las indicaciones a través de los medios de comunicación. En forma simulada, se emitieron mensajes de aviso sobre medidas de autoprotección que tendrían que adoptar en el caso de que se diese una situación de emergencia real: la puesta a cubierto en edificios cerrados, la profilaxis radiológica mediante la administración de comprimidos de yoduro potásico y la evacuación.
Durante la simulación, fue activado el nivel 3 de alerta del Plan Territorial de Protección Civil (Platercaex). Este nivel implica que los medios de respuesta de la comunidad autónoma no serían suficientes para hacer frente a la emergencia y la competencia pasaría al Estado al entrar en juego el interés nacional y la defensa civil.
Durante el ejercicio, participaron agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Ejército de Tierra y Aire, bomberos, voluntarios de Protección Civil, junto a helicópteros, vehículos de intervención, laboratorios de descontaminación y de caracterización nuclear, y unidades de vigilancia radiactiva medioambiental. También participó el Consejo de Seguridad Nuclear, como órgano competente en materia de seguridad nuclear y protección radiológica. Asimismo, asistieron observadores de la Unión Europea, Argelia, Israel y Rusia.
El objetivo de este importante simulacro –que contó con un presupuesto superior a los 600 mil euros– fue ensayar la puesta en práctica del Plan de Emergencia Nuclear Exterior a la Central Nuclear de Almaraz (PENCA) y el Plan de Emergencia Nuclear del Nivel Central de Respuesta y Apoyo (PENCRA), así como la colaboración de equipos de apoyo nacionales e internacionales en caso de emergencia.
Una vez finalizado el simulacro, comenzó la fase de análisis y conclusiones que terminará el próximo mes de marzo. Las «lecciones aprendidas» servirán para detectar posibles mejoras en los planes de emergencia de otras centrales españolas, así como en la normativa nuclear nacional y europea.