El ministro de Planificación Julio De Vido participó como disertante en la Conferencia Internacional Ministerial sobre Energía Nuclear en el Siglo 21 que se realizó el 27 de junio pasado en la ciudad de San Petersburgo, Federación de Rusia. Además de participar en la Conferencia, De Vido mantuvo una serie de reuniones con representantes del sector nuclear de Rusia, China, Estados Unidos y con el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano.
Nuestro país ha demostrado, a lo largo de los años, su compromiso con el desarrollo nuclear con fines exclusivamente pacíficos, tanto en lo que se refiere al cumplimiento de los regímenes internacionales de seguridad y no proliferación, así como también a partir del desarrollo de nuestras capacidades en los diferentes ámbitos de las aplicaciones pacíficas de la energía nuclear.
Contamos con una amplia trayectoria, reconocida internacionalmente, que se remonta a 1950, cuando se funda la Comisión Nacional de Energía Atómica, logrando contar, ya en 1958, con un primer reactor nuclear de investigación en funcionamiento, que fue construido por científicos y técnicos argentinos.
En lo que respecta al campo nucleoeléctrico, en 1974 tuvimos el orgullo de inaugurar Atucha, con una potencia de 347 MWe, que fue la primera central nuclear de potencia de América Latina.
En este sentido, el anuncio de nuestro Gobierno del Plan Nuclear Nacional, en 2006, nos encuentra actualmente abocados a la concreción de proyectos de gran relevancia con el objeto de afianzar el desarrollo científico y tecnológico nacional. Este Plan Nuclear fue transformado en Política de Estado de la Argentina por Ley del Congreso de la Nación en 2009, contemplando en su conjunto un Plan de Inversión total de 42 mil millones de dólares hasta el año 2023. Teniendo en cuenta que la Argentina posee 41 millones de habitantes, esta cifra global representa una inversión de 1.020 dólares per cápita para todo el período comprendido entre 2006 y 2023, de los cuales ya se encuentra ejecutado el 15%.
En los últimos diez años, la economía argentina creció a un promedio anual del 8%, marcando el récord histórico de mayor etapa de crecimiento del país: la desocupación disminuyó del 25% al 7,9%, los salarios y jubilaciones promedios medidos en dólares aumentaron 260%, su comercio con el mundo se multiplicó por 3, el parque automotor, tanto particular como de cargas, se duplicó, la demanda de potencia eléctrica se expandió un 60%, la demanda de gas natural un 40% y el consumo energético por hogar se duplicó de 1,3 barriles de petróleo equivalentes por año a 2,6 barriles de petróleo equivalentes por año.
Es por ello que Argentina necesita y requiere más energía nuclear, lo que permitirá, sin lugar a dudas, acompañar este crecimiento económico, diversificando decididamente su matriz energética.
En primer lugar, quisiera referirme a la generación nucleoeléctrica, de gran importancia en nuestra planificación energética, y que encuentra como primer hito la construcción de la Central Nuclear Atucha II. Este reactor de recipiente de presión, agua pesada y uranio natural de 745 MW, cuya construcción comenzara en 1980 y fuera demorada por muchos años, ha sido retomada en 2006 y se encuentra en la última etapa de su puesta en marcha.
(…)
El Proyecto Atucha II ha permitido recuperar y desarrollar todas las capacidades de la Argentina para el diseño, construcción y Puesta en Marcha de Centrales Nucleares de potencia, significando un desarrollo tecnológico sin precedentes en el país.
En el marco de este mismo Plan Nuclear 2006, también se destaca la decisión de incrementar la potencia y extender la vida útil de la Central Nuclear de Embalse, un reactor de tubos de presión, agua pesada y uranio natural de 650MW de potencia, por un segundo ciclo de treinta años. En ese contexto ya se encuentran en ejecución los contratos principales para equipos y servicios, previéndose la parada de la Central para iniciar las obras el año próximo.
Para este Proyecto, empresas nacionales ya fabrican componentes de calidad nuclear y elaboran ingeniería de detalle y de montaje para la actualización de la instalación. Por primera vez se producirán en el país componentes internos para el reactor.
(…)
El acceso de nuevos países a la generación nucleoeléctrica requiere de alternativas para la solución de este problema, así como su enfoque multilateral debería dar un marco apropiado para su estudio y ejecución. En un contexto de crisis y de cambio, este precedente reviste una importancia fundamental, especialmente si se considera el interés en expandir los alcances y beneficios de la energía nuclear a nivel internacional.
El Plan Nuclear Argentino ha de continuar ahora con la decisión de construir la Cuarta y la Quinta Central Nuclear Argentina, con uno o dos reactores cada una, con lo cual se estima que la participación de la Energía Nuclear en la generación de energía eléctrica podría alcanzar entre un 15 y 18% del total del consumo del país. La primera de ellas será de Uranio Natural, mientras que la siguiente será de Uranio Enriquecido, que representará el ingreso de Argentina en esta Tecnología.
(…)
Nuestro Plan Nuclear encuentra como otro pilar fundamental de desarrollo autónomo tecnológico el diseño, licenciamiento y construcción de la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), primera central nuclear de potencia completamente argentina.
El reactor CAREM viene a ocupar un lugar estratégico para generar electricidad en bajas y medianas potencias, cuya construcción, operación y mantenimiento simplifica los conceptos generales que han sido aplicados en el diseño de varias de las centrales que actualmente están en operación en el mundo, haciéndolo más eficiente y seguro.
(…)
Por eso, la construcción de esta clase de centrales se constituye como una alternativa adecuada para la generación de energía eléctrica destinada al consumo nacional, así como también para la exportación hacia países con similares características que el nuestro, continuando así la trayectoria iniciada con la venta en el mundo de varios reactores argentinos de investigación.
En abril de este año se comenzó la obra civil del edificio del reactor. Dicha obra será completada en 30 meses a partir de mayo de 2013. Se prevé realizar el primer hormigonado, hito importante en este tipo de construcciones, hacia fines de septiembre de 2013.
El recipiente de presión del CAREM25 del reactor se encuentra íntegramente diseñado en el país, así como se está realizando una licitación internacional para la provisión de éste, sus internos y su montaje en obra.
Paralelamente, se ha comenzado en 2010 con los estudios de macrolocalización de una central nuclear CAREM, de 150MW, en la provincia de Formosa, al noreste de nuestro país.
Cabe destacar que el financiamiento de este proyecto ha sido posible gracias a los aportes del Tesoro Nacional que se han mantenido, aun en un contexto de inestabilidad financiera internacional y sin asistencia de organismos internacionales.
En cuanto a la cooperación bilateral, la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (CNEA) y la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil (CNEN) han dado un paso más hacia la consolidación del proceso de integración iniciado hace ya más de dos décadas, firmándose en la ciudad de Buenos Aires en enero de 2011 el acuerdo para el desarrollo de la ingeniería básica común a los dos reactores de investigación “gemelos” actualmente en ejecución.
El Mecanismo de Integración y Cooperación Bilateral Argentina–Brasil (MICBA), que llevó a la conformación de la Comisión Binacional de Energía Nuclear (COBEN), permitió sentar las bases para la concreción del Proyecto de los reactores RA-10 en Argentina y RMB (Reactor Multipropósito Brasilero) como uno de los hitos de mayor relevancia en la relación bilateral. Estos reactores están destinados a la producción de radioisótopos de aplicación medicinal, ensayos de irradiación de combustible y materiales, entre otras facilidades. Un indicador de la importancia que reviste este proyecto a nivel regional y mundial es nuestra estimación de que estos reactores alcanzarán a proveer el 40% del mercado de radioisótopos.
Nuestro país siempre ha reafirmado su voluntad de trabajar a nivel internacional en la promoción de los usos pacíficos de la energía nuclear, sobre la base del desarrollo de las capacidades autónomas afianzadas en la formación de recursos humanos y transferencia tecnológica. En nuestro recorrido de cooperación internacional en este ámbito podemos encontrar varios hitos tales como la exportación por parte de INVAP y CNEA de los reactores de investigación a Perú, Argelia, Egipto y Australia, los cuales se suman a diversas instalaciones nucleares asociadas y servicios provistos a través de INVAP a diferentes países del mundo que buscan ampliar sus capacidades nucleares.
En lo que compete exclusivamente al RA10, Argentina completó la realización de la ingeniería básica del reactor y actualmente nos encontramos abocados a la elaboración de la ingeniería de detalle. Se completó la revisión crítica de diseño de la obra civil y se finalizó el estudio de emplazamiento del reactor. Al día de hoy se está trabajando en un programa de comunicaciones con la Autoridad Regulatoria Nuclear del país para obtener la “licencia de construcción” requerida por nuestro sistema Nacional.
En el marco de las capacidades nacionales necesarias para la consolidación de la soberanía energética, se ha reactivado la Planta de Enriquecimiento de uranio en la localidad de Pilcaniyeu, construida en la década del 80, que utiliza la tecnología de difusión gaseosa. En este marco, se ha finalizado y verificado el funcionamiento de un nuevo sistema de carga y descarga de hexafluoruro de uranio, se ha completado el montaje de la planta de efluentes y del equipamiento de última generación de los laboratorios.
Otro paso importante para la puesta en marcha de la instalación fue la obtención de la aprobación por parte del OIEA de la documentación referente a Salvaguardias. El reinicio de la operación integral de la planta es inminente.
Adicionalmente y en forma complementaria, estamos trabajando en IyD sobre la implementación local de tecnologías alternativas a la difusión gaseosa, tales como lo son el enriquecimiento isotópico por ultracentrifugación y el uso de métodos de separación por inducción con láser, con notables progresos.
La planificación estratégica vinculada a los desarrollos en estas tres tecnologías nos da una independencia tecnológica que no sólo garantiza el suministro del combustible nuclear para los reactores argentinos experimentales y reactores de potencia, sino que nos permite respaldar nuestras exportaciones de tecnología nuclear nacional.
En lo que concierne a la Salud Pública, existe actualmente un verdadero compromiso político y federal para desarrollar aplicaciones en este campo, tal como quedó evidenciado no sólo con el aporte de CNEA de tomógrafos y equipamiento tecnológico de última generación para la realización de estudios de alta complejidad a la Fundación Escuela de Medicina Nuclear (FUESMEN), sino también con la creación del Centro del Diagnóstico Nuclear. Estas medidas se enmarcan en nuestra decisión de orientar los desarrollos tecnológicos de la energía nuclear hacia beneficios directos de la sociedad, asistiendo al desarrollo de los programas de salud pública, trabajando de forma transversal con los diferentes sectores que pueden beneficiarse de esta fuente energética.
Cabe destacar que hemos sido el primer país en desarrollar la tecnología de producción de radioisótopos por fisión con blancos de uranio de bajo enriquecimiento y demostrar su viabilidad técnica y económica, contribuyendo a las buenas prácticas internacionales para la no proliferación de armas nucleares, permitiéndonos satisfacer la demanda nacional y proveer a parte del mercado Latinoamericano, produciendo nuestro país el 5% del Radioisótopo Molibdeno-99 que se consume a nivel mundial.
Todas estas medidas se encuadran en el firme convencimiento de nuestro país de que la energía nuclear constituye una fuente sustentable y segura de energía, que permite la planificación para el desarrollo a largo plazo. En este sentido, resulta fundamental el trabajo sobre uno de los principales pilares de cualquier estrategia de desarrollo sustentable: la formación de recursos humanos. En esta dirección, nuestros institutos y universidades han reforzado sus programas educativos para formar a un mayor número de estudiantes en las diferentes disciplinas de la materia, no sólo en el ámbito nacional, sino también a nivel regional, recibiendo una importante cantidad de estudiantes de Latinoamérica y el Caribe que obtienen sus especializaciones y desarrollan sus prácticas en nuestro país.
Los desafíos y oportunidades presentadas al sector nuclear a inicios del Siglo XXI afectan en su conjunto a toda la industria a nivel internacional y sólo podrán ser superados con el trabajo conjunto y mancomunado hacia la optimización de la tecnología nuclear con usos pacíficos, con la mirada siempre puesta en aumentar la eficiencia energética, garantizar la fiabilidad del suministro en el marco de los mayores estándares de seguridad y calidad existentes. Es por ello que celebramos la realización de encuentros de esta naturaleza, que permiten el intercambio entre aquellos países con intereses en la materia y fortalecer el trabajo mancomunado en pos de garantizar el desarrollo de la energía nuclear en el Siglo 21.
* Extracto de la ponencia del ministro de Planificación Julio De Vido.