Tras la visita a Argentina del presidente de la República Popular de China, Xi Jiping, se firmó entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par asiático, un Convenio Marco de Cooperación para la construcción de la “Cuarta Central Nuclear de Potencia Argentina”.
En este marco, la semana pasada se llevaron adelante una serie de reuniones entre representantes del Ministerio de Planificación, del Ministerio de Economía y de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A (NA-SA), por el lado argentino; con la Corporación Nacional Nuclear de China (CNNC) y el banco ICBC, como contraparte china, con el objetivo de avanzar en los borradores de contratos de obra y financiamiento.
Actualmente, China cuenta con unos 20 reactores nucleares en operación y tiene otros 28 en construcción. Su desarrollo nuclear se inició a partir de 1970 y ha experimentado una importante fase de crecimiento. La tecnología utilizada en los proyectos fue provista por Francia, Canadá, Rusia y Estados Unidos.
De esta manera, mediante diversos acuerdos estratégicos para la instalación y puesta en marcha de esos reactores, China adquirió prácticamente todos los modelos de centrales nucleares que existen en el mundo (EPR, AP-1000, CANDU, VVER) y cuenta con la posibilidad de comercializarlos. Asimismo, ha desarrollado una línea propia de reactores: CPR-600 y CAP-1400.
En complemento con su estrategia de inversión nuclear, China cuenta con un claro plan de expansión comercial a nivel mundial por medio de la cual ofrece financiar una gran parte de los futuros proyectos. En Argentina, cerró dos importantes financiamientos para la renovación del servicio de la empresa Trenes Argentinos Cargas y Logística (ex Belgrano Cargas) y de las Represas Hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.
En tanto a la cuarta central nuclear, será un reactor de uranio natural y agua pesada, de tecnología CANDU, similar al de la Central Nuclear Embalse en Córdoba. Este tipo de tecnología frente a reactores de agua liviana y uranio enriquecido presenta considerables ventajas para el país. Además de ser económicamente competitivos, dan la posibilidad de tener el ciclo completo de combustible en forma local, sin necesidad de importarlo.
La empresa NA-SA, que será la titular de la central, asumirá desde el diseño hasta la operación de la futura central, contando con la experiencia y la capacidad recuperada para concretar Atucha II y 30 años de excelente operación con reactores CANDU en Embalse, a la que actualmente se le está expandiendo su vida de útil. Por su parte, la CNNC asistirá a NA-SA en la provisión de servicios técnicos y equipamiento, instrumentos e insumos de origen chino financiados a largo plazo.