Herman Blaumann: «el RA-10 va a asegurar la demanda de radioisótopos»

El gerente del proyecto explicó que la CNEA aporta el combustible, la instrumentación y el sistema de protección del reactor multipropósito.

El gerente del proyecto e ing. Nuclear Herman Blaumann remarcó que RA-10 «va a asegurar nuestra demanda de radioisótopos a futuro, pero también la inserción de la Argentina en el mercado mundial, en particular con un radioisótopo muy utilizado, que es el molibdeno, del cual se obtiene el tecnecio». También se utilizará para las pruebas de irradiación de combustible y materiales nucleares avanzados e investigación con haces de neutrones.

El Proyecto RA-10 se ubica en el Centro Atómico Ezeiza. Blaumann reveló que la obra civil del edificio estará terminada en tres meses, mientras la construcción del reactor en sí finalizará el año próximo. A partir de ese momento se realizarán pruebas preliminares y la puesta en marcha, por lo que se espera que el RA-10 esté en condiciones de operación en 2025.

Asimismo, explicó que la CNEA aporta el combustible, la instrumentación y el sistema de protección del reactor multipropósito.

«El RA-10 va a tener facilidades para calificar los combustibles que la Argentina fabrica para reactores tanto de potencia como experimentales. Actualmente, hay que ensayarlos y calificarlos en instalaciones en el exterior, algunas de las cuales han ido cerrando. Por eso, es una ventaja comparativa importante poder hacerlo en nuestro país», explicó el profesional en una nota publicada en la web del organismo estatal.

“Se van a poder producir aproximadamente 80 toneladas anuales de silicio dopado a través de la exposición a los neutrones. Este semiconductor tiene características muy aptas para el uso en electrónica de alta potencia. La demanda actual es de 300 toneladas al año, pero se espera que rápidamente crezca a 3.000 toneladas. La exportación de este insumo significa una oportunidad de negocios para la Argentina, con un ingreso aproximado de 10 millones de dólares por año”, destacó.

El diseño del RA-10 se basa en el reactor Opal de 30MW que Argentina vendió a Australia pero, según la CNEA: «Cada diseño de reactor es diferente, en particular, la potencia se calcula en función de las aplicaciones que va a ofrecer”. “Se espera que sea utilizado para fines que el Opal no tiene, como la irradiación de materiales y barras y elementos combustibles, estas aplicaciones exigen una potencia superior y por lo tanto un diseño de núcleo diferente, con su sistema de refrigeración asociado, también con otros parámetros. Además, requieren de innovaciones en el sistema de protección del reactor, que en este caso es de diseño propio”, detalló Blaumann.

El Proyecto RA-10 fue aprobado por el gobierno e iniciado oficialmente por la CNEA en junio de 2010. La Autoridad Reguladora Nuclear de Argentina otorgó una licencia de construcción para el RA-10 en noviembre de 2014. Las obras civiles se están ejecutando a cargo de GCDI, mientras que INVAP proporciona componentes y conjuntos para el reactor.