Durante la reciente visita del vicepresidente de Brasil, Michel Temer, a Rusia se firmaron numerosos acuerdos, entre los que destaca el ambicioso plan de la empresa Rosatom América Latina y la brasileña Nuclebrás para la construcción del primer reactor nuclear brasileño multipropósito.
Al respecto, el profesor del Departamento de Física Nuclear y Altas Energías de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), Carley Martins, aseguró que «los beneficios que Brasil obtendrá de su colaboración con Rusia serán enormes, puesto que para un país de Sudamérica acceder a la tecnología y vasta experiencia de los científicos rusos en el área nuclear es una gran oportunidad de elevar sus conocimientos».
Como el científico detalló, la construcción del primer reactor multipropósito de Brasil no debería tardar más de 4 ó 5 años y «servirá para avanzar enormemente en nuestros estudios, testar a un nivel más profundo nuevos materiales tecnológicos y desarrollar innumerables aplicaciones en diversos campos», entre ellos la medicina nuclear.
En este sentido, Martins recordó que con el reactor multipropósito «se podría conseguir por primera vez la producción de tecnecio en el país», el cual es empleado en el 80 por ciento de los procedimientos de medicina nuclear, especialmente en el área de diagnóstico del cáncer.
Además, el profesor argumentó que gracias a la transferencia tecnológica suministrada por Rusia, el país «consolidará su liderazgo en América Latina en cuanto a investigación y desarrollo de la energía nuclear por delante de otros países como Argentina» y añadió que «desde el punto de vista de la investigación la creación de un reactor multipropósito será un complemento ideal al sincrotrón que desarrolla el Laboratorio Nacional de Campinas».