La central nuclear más antigua de Francia, Fessenheim, situada en Alsacia, que estaba previsto que se cerraría antes de 2017, será clausurada finalmente en 2018. La unidad entró en servicio en 1977 y actualmente cuenta con dos reactores de 900 megavatios cada uno.
El retraso se debe a la puesta en marcha a finales de 2018 de un nuevo reactor nuclear, de tercera generación en Flamanville (al noroeste del país). De esta manera, «cuando Flamanville abra, Fessenheim deberá cerrar. Y Flamanville abrirá de aquí a 2018», aseguró la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal.
Este anuncio se suma a otro realizado recientemente por el grupo Electricité de France (EDF) en el que confirmó un retraso de la entrada en funcionamiento del reactor de Flamanville al último trimestre de 2018 a causa de varias anomalías técnicas.
Con esta, es la cuarta vez que EDF aplaza la puesta en marcha del reactor de tercera generación, uno de los más potentes del mundo (1.650 megavatios), que originalmente debía entrar en servicio en 2012.