La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, inauguró el pasado viernes el Centro de Ensayos de Alta Tecnología S.A. (Ceatsa), que permitirá a la Argentina probar en el país equipos como satélites, radares y desarrollos de la industria automotriz.
El moderno Centro de Ensayos funciona desde el mes de diciembre en el complejo que la empresa estatal INVAP S.E. posee en el este de la ciudad de Bariloche. Su creación, en 2010, fue concretada a partir del programa satelital geoestacionario para telecomunicaciones Arsat, con capacidad para recrear las condiciones que atraviesa un satélite durante el lanzamiento, y en el espacio exterior, donde deberá funcionar 15 años.
Excepto por el de Brasil -en el que se probó el satélite argentino SAC-D Aquarius antes de mandarlo con éxito al espacio-, el resto de los centros de ensayos están en el hemisferio norte, lo que demanda costos altísimos de traslado del satélite y del personal.
Los materiales de un satélite están sometidos a un extremo gradiente térmico por la variación de frío y calor derivada de si el sol ilumina o no la estructura, por lo cual se lo prueba en un rango de 190 grados bajo cero hasta 150 grados centígrados en una gigantesca cámara de termovacío, sin gravedad, durante 45 días.
También se debe medir la compatibilidad electromagnética de los distintos equipos electrónicos montados en el aparato, y deben ser reproducidas las tensiones mecánicas a las que estan sometidos los diversos componentes del satélite.
El ‘Shaker’ es quizá la prueba más extrema, ya que consiste en un enorme vibrador de 50 toneladas para probar aparatos de hasta 5 toneladas de peso. Aquí se realiza un ensayo acústico tres veces mayor en potencia que un recital de rock, para ver si sobreviven las conexiones eléctricas.