Especialistas del Organismo Internacional de Energía Atómica informaron avances sobre una nueva técnica nuclear para producir nuevas variantes de cereales y vegetales más resistentes a los cambios climáticos que se están produciendo en el planeta, debido principalmente a los gases de efecto invernadero.
A fin de ayudar a proteger las fuentes de alimentos de origen agrícola, un grupo de especialistas en fitomejoramiento, fisiología vegetal, agronomía y biotecnología vegetal y expertos del OIEA, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se unió para crear nuevas variedades de cultivos ‘resistentes al clima’ en el marco de un proyecto coordinado de investigación del OIEA quinquenal.
Estas nuevas variedades de cultivo ‘resistentes al clima’ se desarrollaron en el marco de un proyecto quinquenal cuya finalidad es ayudar a los países a mejorar la seguridad alimentaria y adaptarse a unas condiciones climáticas cambiantes. El proyecto se ocupó específicamente de la mejora de la tolerancia a las altas temperaturas en zonas propensas a la sequía de las plantas de arroz y la chaucha.
«El cambio climático está obligando a productores de alimentos y agricultores a enfocar la agricultura desde otra perspectiva», destacó María González Cepero, científica del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de Cuba. «Existen nuevas variedades como estas de arroz y judías (chauchas) ‘resistentes al clima’, que ofrecen una opción más sostenible para adaptarse a algunos de los efectos negativos del cambio climático, siendo de gran importancia para garantizar la seguridad alimentaria del presente y el futuro».
Una de las consecuencias principales del cambio climático ha sido la fluctuación extrema de las temperaturas en el planeta. El aumento de las temperaturas tiene un efecto directo y perjudicial en el desarrollo de las plantas y en las cosechas, argumentan desde el OIEA. En muchas zonas agrícolas del planeta las temperaturas extremas están haciendo que las plantas se resientan, en particular cultivos básicos como el arroz y los frijoles que son esenciales para la dieta de millones de personas en todo el mundo.
El grupo empezó estudiando la reacción de las plantas de arroz y de la judía verde a unas condiciones climáticas normales y extremas y determinando los genes relacionados con la tolerancia al calor y con un mayor rendimiento. Con esa información, se propusieron obtener plantas que poseyeran los rasgos deseados y realizaron una cría con el objetivo de lograrlos irradiando las plantas para acelerar su proceso natural de mutación. Este proceso de cría aumenta la diversidad de los rasgos de las plantas, lo que permite a los científicos realizar pruebas y seleccionar las plantas con las características deseadas en menos tiempo. El resultado fue una serie de plantas de arroz y de judía verde ‘resistentes al clima’ que pueden tolerar mejor temperaturas elevadas y, a la vez, ofrecer mayor rendimiento que las variedades autóctonas.
Una de esas nuevas variedades de arroz, conocida como «Guillemar» y tolerante a la sequía, se la está utilizando en Cuba con rendimientos mayores al 10% en las cosechas en un 10%. En otros países como India, Pakistán, Filipinas, Tanzanía y Senegal también se está comenzando a plantar esta variedad de arroz de alto rendimiento que se ajustan a las condiciones de temperatura de cada país.
«El cambio climático es uno de los mayores retos que afronta el planeta, y la adaptación de los cultivos a las variaciones del clima es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional», declara Fama Sarsu, científica del OIEA y encargada del proyecto.
Por su parte expertos de Colombia y Cuba lograron resultados satisfactorios con unas variedades nuevas de las plantas de la chaucha común y del fríjol tépari (Phaseuolus acutifolius A. Gray) tolerantes al calor y de mayor rendimiento que esperan poner a disposición de los agricultores a más tardar en 2020 o 2021.
Muchos de los métodos y las técnicas del grupo se están poniendo ahora a disposición de otros científicos para que sigan investigando. Esto se hace mediante proyectos coordinados de investigación y proyectos de cooperación técnica del OIEA en los que participan otros grupos de científicos, así como por conducto de más de 40 publicaciones, entre ellas, una guía de libre acceso publicada recientemente sobre protocolos para el cribado previo sobre el terreno de variedades mutantes de arroz tolerantes al calor.