China e Irán firmaron el primer contrato comercial para rediseñar y modernizar el reactor iraní de agua pesada de Arak. Se estima que, tras la reconfiguración, la instalación empezará a funcionar dentro de unos tres o cuatro años.
Según el contrato –firmado esta semana en Viena- la China National Nuclear Corporation completará el concepto de diseño para la renovación del reactor Arak dentro de los próximos ocho meses.
De acuerdo con el jefe de la Organización de Energía Atómica iraní, Ali Akbar Salehi, las obras serán realizadas por expertos iraníes, pero las pruebas científicas se llevarán a cabo por expertos de Estados Unidos y China.
El objetivo de la reconfiguración del reactor es que ya no se pueda fabricar plutonio de uso militar. Por ello, después de rediseñado, la instalación reunirá los más altos requisitos internacionales y podrá usarse con fines de investigación científica.
En 2015 se acordó que el núcleo del reactor sería removido como parte de un acuerdo internacional que limita el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones económicas. Las tareas para desmontarlo concluyeron en enero de 2016.
Actualmente, el OIEA se encarga de supervisar la implementación técnica del acuerdo nuclear según el cual Irán tiene derecho a usar agua pesada en este reactor, pero debe vender en el mercado internacional tanto el excedente de este material como el uranio enriquecido.