CNEA fabrica protectores faciales por impresión 3D

En los centros atómicos Ezeiza, Constituyentes y Bariloche se comenzaron a producir máscaras regulables que protegen de potenciales proyecciones de microgotas con alta carga viral, para ser entregadas al personal de salud y fuerzas de seguridad.

En el contexto de la emergencia sanitaria declarada en nuestro país por la pandemia de COVID-19, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) comenzó a producir en sus tres Centros Atómicos protectores faciales a través de impresión 3D que serán destinados a personal de diversos centros de salud, fuerzas de seguridad e instituciones que lo han requerido.

Estos protectores faciales cubren la totalidad del rostro, ofreciendo no solo una protección ocular sino también de las mejillas, nariz y boca. De esta manera, protege al usuario de potenciales proyecciones de microgotas con alta carga viral que pueden transmitir el virus al entrar en contacto con las mucosas de la cara. Otra de las ventajas de estas máscaras faciales es que están realizadas con materiales sanitizables, con lo cual pueden ser desinfectadas y reutilizadas.

El proyecto surgió de forma espontánea a través de consultas de médicos sobre si la CNEA tenía capacidad de fabricar estas máscaras. La propuesta fue analizada por las autoridades del organismo, que corroboraron la viabilidad técnica de su producción. Seguidamente se designó un coordinador para el proyecto y se evaluó la cantidad de impresoras 3D disponibles en cada Centro Atómico para evitar la duplicación de esfuerzos en distintos sectores. De este modo se dispusieron 7 máquinas en el Centro Atómico Ezeiza – tres correspondientes a la empresa CONUAR –; una cantidad similar en el Centro Atómico Bariloche; y 4 máquinas en el Centro Atómico Constituyentes.

La CNEA tiene hoy una capacidad de producción de 170 máscaras faciales por día. Los Centros Atómicos Ezeiza y Constituyentes producen diariamente unas 50 que son destinadas al Hospital Municipal Thompson de San Martín (Buenos Aires), el Hospital de Enfermedades Infecciosas Francisco Muñiz de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Centro Asistencial Dra. Cecilia Grierson (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el Hospital Dr. Abel Zubizarreta (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y la Federación Argentina de Asociaciones de Anestesia, Analgesia y Reanimación, entre otras instituciones.

Por su parte, en las instalaciones del CAB se están produciendo alrededor de 120 viseras diarias. La CNEA está trabajando de manera conjunta con el Gobierno de la Provincia de Rio Negro, escuelas y centros de capacitación técnica de la ciudad, y un conjunto de productores nucleados en la iniciativa 3D Solidario BRC. La iniciativa ya venía funcionando y el gobierno provincial le sumó un centro de armado de máscaras donde se centralizan las viseras impresas, se arman las máscaras, se sanitizan y se empacan. Los protectores faciales se entregan a hospitales y centros de salud y servicios esenciales de Bariloche y zona de influencia (Dina Huapi, el Bolsón, Pilcaniyeu, Comallo, Maquinchao, Los Menucos, Ramos Mejía, Ñorquinco, entre otros sitios).

¿Cómo es la máscara?

La máscara protectora fabricada consta de tres elementos:

Pantalla: es el visor del protector el cual se realiza en papel de acetato transparente de espesor adecuado (300 µm).
Soporte: es el componente que sujeta la pantalla. Está realizado en una pieza mediante impresión 3D.
Banda de ajuste: este componente permite la regulación del tamaño y la sujeción a la cabeza. Esta pieza es de un material elástico lavable.
Una vez impresas y ensambladas, las máscaras son sometidas a un procedimiento de limpieza y desinfección, y se les agrega una etiqueta con recomendaciones de uso. Posteriormente, se coordina con las instituciones solicitantes para realizar la entrega.

Para poder encarar este proyecto, informaron desde el organismo, se puso a disposición capacidades de diversas áreas ubicadas en sus tres centros atómicos.

Este proyecto se lleva a cabo con el más estricto control de autorizaciones para que los involucrados puedan circular, tanto para la compra de insumos como para la asistencia presencial en los Centros Atómicos, reduciendo las autorizaciones a lo mínimo imprescindible, ya que la obligatoriedad del aislamiento continúa siendo prioridad. Por este motivo se trabaja por turnos en grupos de no más de tres personas a la vez y con todas las medidas de seguridad necesarias, que incluyen el uso de guantes, barbijos y el mantenimiento de la distancia recomendada. Además, hay personal trabajando desde sus hogares, comprando los insumos necesarios para imprimir.